La comisión del Congreso encargada de investigar la gestión de la dana del 29 de octubre en la Comunidad Valenciana ha continuado su labor con nuevas declaraciones clave. Tras la comparecencia de Carlos Mazón la semana pasada, este miércoles fue el turno de la vicepresidenta de la Generalitat, Susana Camarero, y del presidente de la Diputación de Valencia, Vicente Mompó. Ambos comparecieron bajo juramento, obligados a responder con veracidad ante los representantes de los distintos grupos parlamentarios.
La sesión comenzó a las 10:30 con Camarero, quien enfrentó preguntas sobre su rol durante la emergencia. Por la tarde, a las 15:00, fue el turno de Mompó, cuya declaración generó mayor expectación por su cargo y por las declaraciones previas que había hecho en medios. Durante su intervención, Mompó no dudó en señalar una ausencia crítica: la falta de liderazgo político en las primeras horas de la catástrofe. Esta afirmación, que resonó en el hemiciclo, pone en entredicho la coordinación entre las instituciones y los partidos que gobiernan la región.
Mompó, visiblemente afectado por los recuerdos, recordó que vivió "los peores días de su vida" y que recorrió personalmente los municipios afectados. Reivindicó su labor en la gestión de carreteras y en la movilización de recursos, pero también lamentó que una "orden política" entre el PSPV y Compromís hubiera roto la sintonía inicial que existía entre los partidos. Esta tensión, según él, afectó negativamente la respuesta coordinada ante la emergencia.
Uno de los momentos más intensos de la comparecencia llegó cuando el diputado del PP, Fernando de Rosa, cuestionó la actuación de la delegada del Gobierno, Pilar Bernabé. De Rosa destacó que Bernabé se enteró de lo ocurrido en el barranco del Poyo a las 7:30 de la mañana, gracias a la alcaldesa de Paiporta, y criticó que no acudiera físicamente a l'Eliana, donde se ubicaba el Centro de Coordinación de Emergencias (Cecopi), optando por seguir la situación por teleconferencia.
La diputada de Compromís, Sarrià, fue especialmente incisiva con Mompó. Le preguntó cuándo tuvo la primera sospecha de que había víctimas mortales. Mompó respondió que fue por la mañana, al enterarse de la desaparición de un conductor de camión. Sarrià no se detuvo ahí y cuestionó la memoria del presidente de la Diputación, señalando que no recordaba con quién había hablado, qué se dijo en las reuniones, si hubo recesos, o si el director del Cecopi, Pradas, estaba realmente al mando.
"Creo que se generó un proceso de ponerse en valor que después le hicieron recular a toda prisa", afirmó Sarrià, insinuando que Mompó había intentado justificarse o exonerar a otros responsables, especialmente a Carlos Mazón. En ese sentido, le preguntó si Mazón le había exigido corregir lo dicho en el programa 'Salvados'. Mompó aclaró que solo matizó ante la jueza que no podía saber nada a las 5 de la mañana, ya que la llamada del diputado Mascarell fue a las 7.
Sarrià también le interrogó sobre el sistema Es Alert, del que Mompó afirmó no tener conocimiento antes de las 19:00 horas. "Antes de las 7 de la tarde no puede ser que hablase de un sistema que desconocía", insistió. Además, le preguntó si había sido informado de que los bomberos retiraron la vigilancia del barranco del Poyo a las 14:30 horas. Mompó respondió que no.
Otro punto sensible fue el servicio de teleasistencia de la Diputación, del que murieron cinco usuarios. Mompó aseguró que se siguió el protocolo establecido por la empresa encargada del servicio, aunque no profundizó en las circunstancias específicas de cada fallecimiento.
Estas declaraciones tienen un contexto político relevante: se producen apenas unos días antes del pleno de investidura convocado para el jueves, en el que Juanfran Pérez Llorca podría convertirse en el nuevo presidente de la Generalitat Valenciana. La tensión entre los partidos y la necesidad de clarificar responsabilidades en la gestión de la dana podrían influir en el resultado de esa votación.
En resumen, la comparecencia de Mompó ha dejado al descubierto no solo las deficiencias en la respuesta a la emergencia, sino también las fracturas políticas que dificultaron una gestión coordinada. Su reconocimiento de que no hubo liderazgo político ese día es un punto de inflexión en la investigación, y abre la puerta a nuevas responsabilidades y posibles cambios en la estructura de gestión de emergencias en la Comunidad Valenciana.