Valencia Basket vence al Partizan y cierra la primera vuelta con 13 triunfos

El equipo taronja se impone por 86-73 en la Jornada 19 de Euroliga y consolida su posición en zona de playoffs con una gran actuación colectiva

Valencia Basket culminó de manera brillante la primera vuelta de la EuroLeague 2025 al imponerse con contundencia al Partizan de Belgrado por un claro 86-73 en un encuentro correspondiente a la jornada 19 de la competición. La victoria, conseguida en el Font de Sant Lluís, permite al conjunto taronja cerrar la primera mitad del calendario continental con un espectacular balance de 13 triunfos, consolidando su posición entre los equipos de privilegio del torneo.

El duelo ante los serbios estaba marcado en rojo en el calendario valencianista, no solo por la entidad del rival, históricamente poderoso en el panorama europeo, sino también por su trascendencia en el cierre de un año que ha sido excepcional para los intereses del club. Desde el primer salto inicial, los de Alex Mumbrú dejaron claro su intención de dominar los hilos del partido, imponiendo un ritmo alto y una intensidad defensiva que ahogó las aspiraciones visitantes.

El encuentro comenzó con un intercambio de canastas en los primeros minutos, pero pronto la defensa local empezó a surtir efecto. Valencia Basket, conocido por su capacidad para generar juego colectivo, encontró en el perímetro sus primeras ventajas significativas. Los triples consecutivos de Chris Jones y Jean Montero rompieron el empate inicial y situaron a los suyos con una renta de doble dígito antes de concluir el primer cuarto.

La segunda mitad del primer acto vio como el Partizan intentaba reaccionar a través de su juego interior, explotando la presencia de su pívot montenegrino. Sin embargo, la respuesta taronja fue inmediata. Bojan Dubljevic, capitán y referente del equipo, lideró con su experiencia una serie de jugadas en transición que mantuvieron a los serbios a raya. El marcador al descanso reflejaba un favorable 45-34 para los locales, una diferencia que ya empezaba a hacer mella en la moral del conjunto de Belgrado.

Tras la reanudación, el guion del partido no varió. Valencia Basket salió con la misma determinación con la que había concluido la primera mitad, y una vez más la defensa fue la protagonista. Los robos de balón y las contras rápidas se convirtieron en el mejor argumento ofensivo, permitiendo a Jovan Kljajic y Semi Ojeleye anotar con facilidad. El Partizan, por su parte, mostró síntomas de desgaste y falló en momentos clave, especialmente desde la línea de tres puntos, donde apenas superó el 25% de efectividad.

El último cuarto se convirtió en una mera formalidad. Aunque los visitantes intentaron maquillar el resultado con una última arreón, la ventaja era insalvable. Los entrenadores aprovecharon para dar minutos a los jugadores menos habituales, pero incluso así, la diferencia nunca bajó de los diez puntos. El pitido final confirmó el 86-73 y desató la euforia en las gradas del Font de Sant Lluís.

Este triunfo cobra una relevancia especial por varios motivos. En primer lugar, permite a Valencia Basket alcanzar las 13 victorias en las primeras 19 jornadas, una cifra que supera con creces las expectativas iniciales y que sitúa al equipo en puestos de playoffs con total autoridad. En segundo lugar, supone un reválida del proyecto de Alex Mumbrú, quien ha sabido conjugar veteranía y juventud para crear un bloque competitivo y atractivo.

La afición valencianista ha respondido con entusiasmo a esta gran primera vuelta. Las redes sociales del club se han llenado de mensajes de apoyo y celebración, convirtiendo el hashtag #VBC en trending topic en la Comunidad Valenciana. La conexión entre el equipo y su parroquia es total, y cada victoria refuerza ese vínculo que hace del Font de Sant Lluís uno de los feudos más intimidatorios de toda la EuroLeague.

Desde el punto de vista estadístico, el partido dejó varios datos destacados. Valencia Basket finalizó con un 48% en tiros de campo y un 42% en triples, números que demuestran su eficiencia ofensiva. En el apartado defensivo, las 8 recuperaciones en la primera mitad marcaron el ritmo del encuentro. El rebote, tradicionalmente una de las asignaturas pendientes del equipo, se saldó con empate a 34, lo que habla de la concentración y el compromiso colectivo.

El Partizan, por su parte, se va de Valencia con la sensación de haber encontrado un muro infranqueable. Los 23 puntos de su base estrella no fueron suficientes para compensar el bajo rendimiento del resto de la plantilla. La derrota les deja con un balance de 10-9, complicando sus opciones de acabar la fase regular entre los ocho primeros.

El calendario no da tregua, y Valencia Basket deberá reencontrarse rápidamente con la competición doméstica. El miércoles visita la cancha de un rival directo en la Liga ACB, lo que obligará a rotar y dosificar esfuerzos. Sin embargo, el estado de forma y la confianza que transmite el equipo invitan al optimismo. La plantilla está completa, sin lesiones de consideración, y el ambiente de trabajo es excepcional.

La clave del éxito en esta primera vuelta ha sido la regularidad. Valencia Basket solo ha cosechado seis derrotas, muchas de ellas ante favoritos claros como el Real Madrid o el Barcelona, y siempre competiendo hasta el final. Esa capacidad de sufrir y sobreponerse a la adversidad es la que ha permitido sumar victorias como la de este martes, donde el equipo supo administrar las ventajas y no desentonar en ningún momento.

El proyecto deportivo de la entidad va más allá de esta temporada. La cantera sigue aportando talento, la gestión económica es sostenible y la apuesta por Alex Mumbrú como entrenador está dando sus frutos. La EuroLeague es la máxima expresión del baloncesto clubes en Europa, y estar entre los 16 mejores equipos del continente ya es un logro. Hacerlo con opciones reales de pelear por el título es otro nivel.

La afición puede soñar. Los 13 triunfos acumulados son la mejor tarjeta de presentación de un equipo que ha recuperado la ilusión y que juega un baloncesto vistoso y efectivo. La segunda vuelta se presenta apasionante, con visitas a canchas complicadas y la necesidad de mantener el nivel. Pero si algo ha demostrado este Valencia Basket es que no conoce los límites.

El reto ahora es la permanencia en los puestos de playoff. Con 19 jornadas por delante, la competencia será feroz. Equipos como el Anadolu Efes, el Panathinaikos o el Olympiacos acechan desde atrás, con experiencia en instancias decisivas. Pero la ventaja psicológica de haber cerrado la primera vuelta con una victoria contundente puede ser determinante.

En el vestuario, la sensación es de deber cumplido pero con los pies en la tierra. Los jugadores saben que cada partido es una batalla, que la EuroLeague no perdona el más mínimo descuido. La veteranía de Bojan Dubljevic y Chris Jones se mezcla con la frescura de Jean Montero y Jovan Kljajic, creando un cocktail perfecto de talento y compromiso.

El apoyo de Vitaldin como partner del club también merece mención. La empresa ha acompañado al equipo en esta travesía europea, y su presencia en las redes sociales del club evidencia una simbiosis que beneficia a ambas partes. En tiempos donde el patrocinio es vital para la sostenibilidad, contar con aliados de confianza es un activo más.

El baloncesto valenciano vive un momento dulce. La victoria ante el Partizan no es un hecho aislado, sino la confirmación de un trabajo bien hecho, de una planificación acertada y de una ejecución impecable sobre la pista. Los 86-73 reflejan una superioridad clara, pero también el respeto a un rival que nunca se rindió.

Ahora toca disfrutar del éxito, aunque sea por horas. La competición no entiende de descansos, y Valencia Basket ya piensa en el siguiente desafío. Pero los aficionados pueden estar orgullosos. Han visto a su equipo crecer, competir y ganar a los mejores. Y eso, en el deporte de élite, no tiene precio.

El año 2025 llega a su fin con un sabor excepcional para la familia taronja. Las 13 victorias en EuroLeague son el mejor regalo posible, un motivo para la esperanza y la ilusión. La segunda vuelta promete emociones fuertes, pero este Valencia Basket ha demostrado que está preparado para cualquier desafío. El objetivo es claro: playoffs y, desde ahí, soñar con la gloria europea.

Referencias

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