La selección nigeriana de fútbol consiguió una importante victoria por 3-1 ante Uganda en el marco de la Copa África, demostrando una vez más su poderío ofensivo y su capacidad para controlar los momentos clave del encuentro. El duelo, que mantuvo en vilo a los aficionados durante los noventa minutos, dejó como grandes protagonistas a Raphael Onyedika, autor de dos tantos, y a Samuel Chukwueze, quien se convirtió en el principal generador de juego de su equipo con múltiples asistencias decisivas.
Desde el pitido inicial, Nigeria impuso su ritmo y su superioridad técnica sobre el terreno de juego. La primera advertencia llegó pronto, con Paul Onuachu probando suerte de cabeza, pero su remate se perdió rozando el larguero. La insistencia nigeriana tuvo premio cuando Raphael Onyedika abrió el marcador con un preciso remate con la derecha desde el interior del área, aprovechando una magnífica asistencia de Chukwueze. Este gol desequilibró a una Uganda que intentó reaccionar, pero que se encontró con una defensa nigeriana bien estructurada.
El segundo tanto llegó de forma similar, nuevamente con Onyedika como ejecutor y Chukwueze como asistente. El mediocampista nigeriano mostró una efectividad demoledora, definiendo con sangre fría por el lado derecho de la portería rival. Uganda intentó responder mediante Uche Ikpeazu, quien recibió una tarjeta amarilla por juego peligroso en una acción que reflejó la frustración creciente del conjunto africano. La situación se complicó aún más para los ugandeses cuando Victor Osimhen estuvo involucrado en una jugada de fuera de juego, anulando una potencial ocasión de gol.
Antes del descanso, Nigeria sentenció prácticamente el encuentro con el tercer gol, obra de Raphael Onyedika completando su doblete. La jugada nació de un saque de esquina ejecutado por Moses Simon, donde la defensa ugandesa no logró despejar adecuadamente y el balón cayó a los pies del mediocampista, que no perdonó desde el centro del área. Con este 3-0, el técnico nigeriano aprovechó para realizar cambios estratégicos, dando entrada a Tochukwu Nnadi y Zaidu Sanusi para refrescar el centro del campo y la defensa.
La segunda mitad presentó un guion diferente. Uganda salió con mayor ímpetu y determinación, consciente de que debía arriesgar para intentar la remontada. Los cambios introducidos por su cuerpo técnico, como la entrada de Jude Ssemugabi por Ikpeazu, aportaron mayor dinamismo al ataque ugandés. La recompensa llegó cuando Rogers Mato recortó distancias con un gran gol, definiendo con la derecha desde el lado derecho del área tras un pase en profundidad de Allan Okello. Este tanto revitalizó a los ugandeses, que durante los minutos siguientes presionaron con insistencia.
Sin embargo, la eficacia nigeriana en la transición defensa-ataque mantuvo a raya a los rivales. Samuel Chukwueze, pese a ser sustituido más adelante por Salim Lawal, había dejado su sello en el partido con tres asistencias fundamentales. Su capacidad para desbordar por la banda derecha y encontrar espacios entre líneas resultó decisiva. Por su parte, Victor Osimhen, aunque no anotó, generó constantes problemas a la zaga ugandesa con sus movimientos y su poderío físico, hasta que fue reemplazado por Akor Adams.
El encuentro no estuvo exento de incidentes. Chidozie Awaziem vio tarjeta amarilla por juego peligroso, mientras que Aziz Kayondo cometió varias faltas tácticas que interrumpieron el ritmo nigeriano. Uganda tuvo una última ocasión clara mediante Kenneth Semakula, cuyo remate de cabeza se perdió por el lado derecho de la portería, pero la falta de precisión en los metros finales condenó a los suyos.
El árbitro decretó cuatro minutos de tiempo añadido, durante los cuales Nigeria gestionó inteligentemente su ventaja, manteniendo la posesión y evitando riesgos innecesarios. El pitido final confirmó la victoria nigeriana, un resultado que refuerza su posición en el torneo y demuestra su potencial como candidato al título.
Este triunfo pone de manifiesto la calidad del plantel nigeriano, capaz de resolver partidos mediante la inspiración individual de jugadores como Onyedika y la visión de creadores como Chukwueze. Por su parte, Uganda mostró carácter y nunca bajó los brazos, pero la diferencia de calidad en las áreas resultó determinante. El gol de Mato, no obstante, deja un punto positivo para los ugandeses, que demostraron que pueden competir con las grandes selecciones del continente.
El análisis táctico revela que Nigeria supo explotar las bandas, especialmente la derecha, y aprovechar los espacios generados por los movimientos de Osimhen. La capacidad de finalización de Onyedika fue excepcional, con un porcentaje de acierto del 100% en sus ocasiones claras. Uganda, por su parte, necesita mejorar su efectividad en los metros finales y corregir los errores defensivos que le costaron caros en este encuentro.
Con este resultado, Nigeria suma tres puntos vitales que le acercan a la siguiente fase del torneo, mientras que Uganda deberá reponerse rápidamente y analizar sus fallos para los próximos compromisos. La competición continúa y ambas selecciones tienen aún mucho que decir en esta emocionante Copa África.