El Real Madrid logró el pase a los octavos de final de la Copa del Rey, pero no sin antes pasar por momentos de verdadero sufrimiento ante el Talavera, conjunto de categoría inferior que puso en apuros a los blancos hasta el último suspiro del encuentro. La victoria por 2-3 en territorio rival deja un regusto agridulce en el conjunto madridista, que vio cómo su ventaja se evaporaba en los minutos finales y necesitó de una intervención milagrosa de Andriy Lunin para evitar la prórroga.
El encuentro, que debía haber sido un trámite para los hombres de Xabi Alonso, se convirtió en un duro examen de carácter. Los goles tempraneros de Rodrygo, Aurélien Tchouaméni y Jude Bellingham dibujaban un panorama tranquilo, pero la relajación del equipo visitante permitió al Talavera creer en la remontada. Los locales recortaron distancias primero y, en el descuento, estuvieron a un paso de forzar la prórroga con un cabezazo que hubiera significado el 3-3.
Fue entonces cuando Lunin, bajo palos en sustitución del habitual Thibaut Courtois, se erigió como figura indiscutible. Su parada en el último minuto no solo salvó el resultado, sino que, según la crónica de José María Rodríguez, "ha salvado el puesto de Xabi Alonso". Una afirmación contundente que pone de manifiesto la delicada situación por la que atraviesa el técnico vasco.
En la zona mixta, el portero ucraniano mostró una humildad ejemplar ante las preguntas sobre su decisiva intervención: "No pienso de esta manera. Es mi trabajo, lo que estoy haciendo desde pequeño. Tengo que ayudar al equipo y estar siempre preparado". Lunin insistió en que su único objetivo es contribuir al grupo y que no considera sus actuaciones individuales como factor determinante para la continuidad del entrenador.
Sobre la irregularidad mostrada por el equipo, el guardameta fue claro: "Tuvimos que hacer un partido serio y lo hicimos hasta un punto. Lo importante era pasar la ronda y seguir luchando". Una declaración que revela la conciencia del plantel sobre sus altibajos durante el encuentro. El propio Lunin reconoció que "tuvimos que estar igual más agresivos, concentrados y no relajarnos", en referencia a los momentos de desconexión que casi les cuesta la eliminatoria.
La presión sobre Xabi Alonso es un tema recurrente en las últimas semanas. Ante las dudas sobre su figura, Lunin mostró una defensa rotunda del entrenador: "No sé quién puede dudar de Xabi, nosotros no dudamos de nuestro entrenador. Somos un grupo y estamos todos en el mismo barco". El portero desvió la responsabilidad hacia la afición y la prensa, asegurando que al vestuario "no nos importa porque nos concentramos en nuestro trabajo".
Las comparaciones con Carlo Ancelotti son inevitables en este tipo de transiciones. Lunin abordó el tema con diplomacia: "Hay que entender que cada entrenador es diferente. Ancelotti era más mayor, con experiencia y habiendo ganado todo en su carrera. Xabi es joven, le respetan todos, hay novedades y es un proceso normal de adaptación y cambio". Un análisis matizado que refleja la comprensión del plantel hacia la nueva etapa.
En declaraciones a Real Madrid TV, el portero volvió a agradecer el respaldo recibido: "Gracias a la media plantilla que no estaba, a todos los capitanes, la capitanía del Madrid es siempre un orgullo. Detrás hay mucho trabajo y tiempo y estoy agradecido a todos los que me han ayudado todo este tiempo". Lunin también reconoció la dificultad propia de la competición copera: "Era difícil pasar, siempre es complicado, la Copa es diferente, son partidos diferentes y me gustaría pasar sin encajar goles, pero estamos en octavos ya y hay que seguir peleando la Copa".
Otra de las noticias destacadas de la noche fue el debut de César Cestero, joven promesa de la cantera madridista. El futbolista, visiblemente emocionado, no ocultó su felicidad: "Es el sueño de cualquier niño madridista, debutar con el primer equipo, soy el niño más feliz del mundo". Cestero admitió sentir "un poco de nervios, pero he salido volando", y agradeció especialmente a Álvaro Arbeloa "por la confianza que me está dando este año".
El joven mediocentro reveló sus referentes en el plantel: "Me fijo sobre todo en Casemiro y en Toni Kroos", dos de los mejores especialistas de su posición en el mundo. Una declaración que demuestra su ambición y su deseo de aprender de los grandes maestros.
La crónica de José María Rodríguez no deja lugar a dudas sobre la sensación general del partido: "Ni Mbappé evita el sufrimiento". El texto describe un Madrid que "acabó sufriendo por su propia suficiencia después de trabajar bien en Talavera". La referencia a Kylian Mbappé como figura decisiva pone de manifiesto que ni siquiera la presencia de las estrellas garantiza el dominio absoluto.
El periodista apunta directamente a la tendencia del equipo a la "pereza y a la desconexión", dos defectos que el Talavera supo explotar a la perfección. El hecho de que el 1-2 y el 2-3 llegaran con jugadores de la talla de Rodrygo, Tchouaméni y Bellingham en el campo demuestra que el problema no es de talento, sino de actitud y concentración.
Xabi Alonso, en rueda de prensa, intentó poner en contexto el sufrimiento final: "Estas cosas que pasan en la Copa, nos ha pasado a nosotros, he visto que ha pasado a otros equipos, incluso después del 1-3 hemos concedido esa falta, ese 2-3, han apretado, se han venido arriba". El técnico minimizó la gravedad del episodio atribuyéndolo a la dinámica propia del torneo del KO, donde los equipos modestos juegan el todo por el todo en los minutos finales.
Sin embargo, la realidad es que el Real Madrid no puede permitirse este tipo de desconexiones si aspira a conquistar títulos. La Copa del Rey, competición que lleva años sin tocar, representa una oportunidad de oro para un equipo en reconstrucción. Los partidos ante rivales de inferior categoría deberían servir para ganar confianza y rodaje, no para generar dudas y sufrimiento innecesario.
El calendario no da tregua, y el próximo sábado el Madrid se mide al Sevilla en un compromiso liguero de máximo nivel. El partido copero deja interrogantes sobre la capacidad del equipo para mantener la intensidad durante noventa minutos. La lección de Talavera debería servir como toque de atención para un plantel que, pese a su calidad indiscutible, necesita mostrar mayor madurez y compromiso.
La figura de Lunin, sin embargo, ofrece un motivo de optimismo. Su profesionalidad y su capacidad de respuesta cuando el equipo lo necesita demuestran que el Madrid cuenta con un segundo portero de garantías. En una temporada larga y con múltiples competiciones, tener dos guardametas de nivel es un lujo que puede marcar la diferencia.
El debut de Cestero, por su parte, ilustra el buen trabajo que se está haciendo en la cantera. Aunque el partido no dejó el mejor sabor de boca, la oportunidad dada a los jóvenes valores es una política que siempre debe premiarse. La confianza de Arbeloa en estos futbolistas está dando sus frutos y construye un puente sólido entre el filial y el primer equipo.
En definitiva, el pase a octavos es lo que cuenta en el marcador, pero la sensación general es de trabajo pendiente. Xabi Alonso tiene ante sí el reto de corregir los errores de concentración y de consolidar un estilo de juego que, pese a los altibajos, muestra destellos de gran potencial. La temporada es larga y el Madrid tiene margen de mejora, pero el tiempo empieza a apremiar.