Unicaja vence en Lleida en un duelo de alta tensión

El conjunto malagueño supera al Hiopos Lleida en el Barris Nord con un final de infarto, liderado por una gran actuación de Balcerowski

El Unicaja de Málaga consiguió una valiosa victoria en la pista del Hiopos Lleida en un encuentro que tuvo de todo: dominio absoluto, remontadas, nerviosismo y un desenlace que mantuvo en vilo a los espectadores hasta el último segundo. El choque, disputado en el Barris Nord, reflejó la competitividad de la Liga Endesa y dejó claro que ningún rival puede darse por vencido antes del silbato final.

El partido comenzó con un ritmo trepidante, ambos equipos buscando imponer su juego desde los primeros minutos. Sin embargo, fue en el segundo cuarto donde el conjunto andaluz mostró su verdadero potencial. Un parcial demoledor, basado en una defensa sólida y un ataque fluido, permitió a los visitantes abrir una brecha considerable en el marcador. Balcerowski se erigió como el referente indiscutible durante esta fase, anotando 9 puntos que resultaron fundamentales para el dominio malagueño. Junto a él, Djedovic aportó 5 puntos que mantuvieron viva la máquina ofensiva del Unicaja.

Al descanso, la ventaja visitante era más que notable, con un parcial de 15-28 en el segundo período que dejaba a los locales contra las cuerdas. La defensa del Unicaja había anulado las principales opciones del Hiopos Lleida, mientras que el ataque encontraba soluciones tanto en la pintura como en el perímetro. Todo parecía indicar que el choque se encaminaba hacia un final cómodo para los de Ibon Navarro, pero el baloncesto tiene estas cosas: nunca se puede dar nada por sentado.

La segunda mitad comenzó con un guion completamente diferente. El Hiopos Lleida salió de los vestuarios con otra actitud, más agresivo en defensa y mucho más acertado en ataque. Los locales, liderados por un Ejim desatado, comenzaron a recortar distancias con una velocidad alarmante. El exjugador del Unicaja, con algo que demostrar contra su antiguo equipo, se convirtió en la pesadilla de los malagueños. Sus 11 puntos en el tercer cuarto revitalizaron a los suyos y pusieron en jaque las opciones de victoria visitante.

El parcial de 29-18 en este período dejó el marcador en una situación de máxima incertidumbre. De la comodidad de una ventaja amplia, el Unicaja pasó a sufrir lo indecible para mantenerse por delante. Los minutos finales del tercer acto fueron especialmente duros para los andaluces, que vieron cómo el Hiopos Lleida se acercaba peligrosamente. Un triple de Millán Jiménez a poco más de un minuto para el final del cuarto dejó la diferencia en un solo punto (64-65), evidenciando que el partido estaba lejos de resolverse.

El último cuarto se convirtió en una batalla de nervios. Las defensas se impusieron a los ataques en los primeros compases, con ambos conjuntos fallando opciones claras y mostrando la tensión del momento. Con 7 minutos por jugar, un mate de Diagne apretaba aún más el marcador (70-71), y el partido se convirtió en un intercambio de golpes constante.

A medida que el reloj avanzaba, cada posesión adquiría un valor incalculable. Con 5:31 minutos restantes, Webb anotó un mate que ponía el 73-78, manteniendo la ventaja visitante en cinco puntos, pero sin que el peligro desapareciera. El Unicaja intentaba tomar el control del ritmo, pero el Hiopos Lleida no se rendía. A 2:30 del final, la diferencia se había reducido a tres puntos (80-83), y el partido volvía a estar en un puño.

Los últimos minutos fueron una auténtica montaña rusa. Con 1:11 por jugar, Duarte anotó dos tiros libres que ponían el 83-87, forzando un tiempo muerto del técnico local. La tensión era palpable en el parquet. A 30 segundos del final, el marcador reflejaba un ajustado 84-87, y el partido estaba que ardía. Cada balón, cada decisión, cada segundo contaba.

El desenlace final llegó con ocho segundos en el reloj. Paulí, con la presión máxima, falló el primer tiro libre pero anotó el segundo, dejando el 85-87. El Unicaja pidió tiempo muerto para organizar su última defensa, consciente de que un error podría costarle la victoria. La defensa visitante, sin embargo, se mostró sólida y evitó que los locales consiguieran el lanzamiento que hubiera podido forzar la prórroga.

El resultado final de 85-87 reflejó la igualdad del encuentro, pero también el mérito del Unicaja por saber sufrir y mantener la calma en los momentos decisivos. La victoria no fue fruto del azar, sino de una gestión inteligente de los instantes críticos y de la experiencia de un plantel curtido en mil batallas.

La figura de Balcerowski resultó indiscutible. Sus 19 puntos y 9 rebotes, que le valieron 26 créditos de valoración, le convirtieron en el jugador más determinante del choque. Su actuación en el segundo cuarto fue el cimiento sobre el que se construyó la victoria, pero también su trabajo en los minutos finales, tanto en defensa como en el control del rebote, resultó vital para evitar la remontada local.

Por su parte, Ejim demostró que conocía perfectamente al rival. Sus 17 puntos, especialmente en el tercer cuarto, mantuvieron con vida al Hiopos Lleida y casi le dan la sorpresa. El alero, enfrentado a su exequipo, mostró un nivel excelso que no pasó desapercibido para nadie. Su conexión con la grada y su liderazgo en los momentos difíciles hablan de su calidad como jugador.

El técnico Ibon Navarro tuvo que emplearse a fondo para contener la reacción local. Sus tiempos muertos en el tercer y último cuarto resultaron clave para frenar los arreones del Hiopos Lleida y para reorganizar a un equipo que en algún momento pareció perder el rumbo. La capacidad de su plantilla para sobreponerse a la adversidad y para mantener la concentración en los instantes finales demuestra el carácter ganador de este Unicaja.

El choque también dejó detalles tácticos interesantes. La capacidad del Unicaja para variar su defensa, pasando de una zona agresiva a defensas individuales con ayudas, complicó la vida a los locales. Sin embargo, el Hiopos Lleida supo ajustar en la segunda mitad, buscando más el juego interior y generando ventajas desde el poste bajo. La batalla en el rebote fue otro de los aspectos decisivos, con ambos equipos luchando cada balón como si fuera el último.

La victoria en el Barris Nord refuerza la posición del Unicaja en la clasificación y demuestra que puede competir y ganar en cualquier escenario. La capacidad de sufrir en cancha ajena, lejos del calor de su afición, es una cualidad que siempre marca la diferencia entre los equipos aspirantes y el resto de la competición. Este tipo de triunfos, trabajados y sufridos, construyen el carácter de un plantel con ambiciones importantes.

Por su parte, el Hiopos Lleida pese a la derrota demostró que puede competir de tú a tú con cualquier rival. La reacción en la segunda mitad, liderada por Ejim, habla de un equipo con orgullo y con capacidad para sobreponerse a las situaciones adversas. Aunque el resultado no les acompañó, la imagen ofrecida será un punto de partida para futuros compromisos.

El baloncesto, en ocasiones, se resume en pequeños detalles. Un tiro libre fallado aquí, un rebote capturado allá, una decisión arbitral en el momento oportuno. En este encuentro, todos esos elementos estuvieron presentes, pero al final la experiencia y la calidad del Unicaja en los instantes decisivos terminaron imponiéndose. La victoria es suya, pero el espectáculo perteneció a ambos conjuntos.

Referencias

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