La selección de Costa de Marfil afronta la defensa de su corona en la Copa África con una de sus principales figuras en el alambre. Sébastien Haller, el artífice del éxito en la edición anterior, atraviesa un período de incertidumbre médica que podría dejarle fuera del torneo continental que arranca este domingo en territorio marroquí.
El delantero de 31 años, actualmente en las filas del Utrecht neerlandés, se lesionó el pasado domingo durante un compromiso de la Eredivisie frente al NAC Breda. La dolencia, localizada en el tendón de la corva, ha generado serias dudas sobre su presencia en la cita africana, que se prolongará hasta el 18 de enero. Desde su incorporación a la concentración de los 'elefantes' en Marbella, el cuerpo médico marfileño trabaja contrarreloj para evaluar la gravedad del problema.
La Federación de Fútbol de Costa de Marfil ha emitido un comunicado oficial en el que confirma que están pendientes de los resultados de las pruebas complementarias antes de tomar una decisión definitiva sobre la disponibilidad del atacante. Esta situación genera una tensión evidente en el seno del equipo, conscientes de la trascendencia que Haller tiene en el proyecto de su entrenador.
El héroe de Abidjan en entredicho
El nombre de Haller quedó grabado con letras de oro en la historia del fútbol marfileño el pasado mes de febrero. La final de la Copa África 2024, disputada en Abidjan ante una Nigeria combativa, parecía abocada a la prórroga cuando el delantero surgió en el minuto 81 para batir la portería rival y certificar el segundo título continental para su país. Ese tanto, lejos de ser un hecho aislado, coronó una fase final espectacular en la que también había sido decisivo en la semifinal ante República Democrática del Congo con un gol que valió su peso en oro.
Aquella gesta adquirió tintes épicos si se considera que Haller había llegado al torneo con retraso precisamente por una lesión de tobillo que le impidió participar en los encuentros iniciales. Sin embargo, su recuperación fue fulgurante y su impacto en la fase eliminatoria resultó determinante para la consecución del trofeo.
Una carrera marcada por la superación
La trayectoria profesional de Sébastien Haller trasciende lo puramente deportivo. En junio de 2022, cuando acababa de firmar su incorporación al Borussia Dortmund, el delantero recibió una noticia que cambiaría su vida: un diagnóstico de cáncer testicular. La enfermedad le obligó a someterse a tratamientos de quimioterapia que le mantuvieron alejado de los terrenos de juego durante meses.
Su respuesta, sin embargo, definió su carácter. En apenas medio año, Haller completó su tratamiento y regresó a la competición con el Dortmund, demostrando una fortaleza mental excepcional. Esa capacidad de superación le convirtió en un símbolo para su país, y su regreso a Costa de Marfil con la Copa bajo el brazo tras la victoria en 2024 fue recibido como una auténtica gesta de un héroe nacional.
El desafío actual
La lesión muscular sufrida ante el NAC Breda llega en el peor momento posible. El Utrecht, su club actual, empataba a uno cuando Haller tuvo que abandonar el campo, consciente de que la dolencia podía comprometer su presencia en la cita continental. Desde entonces, el jugador se ha sometido a tratamiento intensivo en la concentración de Marbella, donde la selección marfileña prepara su estreno en el torneo.
Los servicios médicos trabajan con la premura que exige el calendario. Costa de Marfil debutará el próximo miércoles en Marrakech frente a Mozambique, en el primer compromiso del grupo F. Posteriormente, los campeones se medirán a Camerún el día 28 y cerrarán la fase de grupos ante Gabón el 31 de diciembre.
La posible ausencia de Haller obligaría a su entrenador a reconfigurar el ataque. Aunque la plantilla marfileña cuenta con talento ofensivo de sobra, la experiencia y el olfato goleador del delantero en momentos decisivos son cualidades difíciles de reemplazar. Su capacidad para generar espacios y definir en áreas cerradas ha sido un activo clave en el éxito reciente de la selección.
La cuenta atrás
Mientras se conocen los resultados de las pruebas médicas, la incertidumbre crece. La historia reciente de Haller demuestra su capacidad para recuperarse de contratiempos, pero la proximidad del inicio del torneo juega en su contra. Los plazos son ajustados y la decisión final dependerá tanto del estado físico del jugador como de la valoración de riesgos por parte del cuerpo técnico.
La Copa África 2025, que se disputa en Marruecos, representa una oportunidad única para Costa de Marfil de revalidar su condición de campeón. La competición se presenta abierta, con selecciones poderosas como Senegal, Marruecos anfitrión o Camerún, su rival en el grupo, aspirando al título. En este contexto, contar con un jugador de la experiencia y la jerarquía de Haller sería un factor diferencial.
El delantero, consciente de la importancia de esta cita, ha mostrado su disposición a colaborar con los médicos y cumplir al pie de la letra el plan de recuperación. Su actitud, siempre positiva, refleja la madurez de un futbolista que ha superado obstáculos mucho mayores en su carrera.
El impacto en el grupo
Más allá de la dimensión deportiva, la figura de Haller en el vestuario marfileño trasciende lo puramente técnico. Su historia personal de superación lo convierte en un referente para el resto de la plantilla, especialmente para los jugadores más jóvenes. Su posible ausencia afectaría no solo al rendimiento ofensivo, sino también a la cohesión del grupo y a la confianza en los momentos de dificultad.
Los compañeros de selección han mostrado su apoyo público al delantero a través de redes sociales, confiando en su recuperación. El ambiente en la concentración, según fuentes cercanas a la delegación, es de optimismo cauteloso, conscientes de que la decisión final se tomará en base a criterios médicos estrictos.
Perspectivas de futuro
La próxima semana será decisiva para el futuro inmediato de Haller en la competición. Si los informes médicos son favorables, el delantero podría integrarse en la dinámica del equipo y tener opciones de participar en alguno de los partidos del grupo, aunque probablemente no desde el inicio. En caso contrario, su ausencia sería un duro golpe para las aspiraciones de Costa de Marfil, que debería buscar soluciones en otros jugadores como Nicolas Pépé, Jonathan Bamba o el emergente Karim Konaté.
Lo que está claro es que, esté o no en el terreno de juego, la influencia de Sébastien Haller en este proyecto será significativa. Su mera presencia en la concentración ya sirve de motivación para un grupo que defiende un título consciente de las dificultades que conlleva. La lección de superación que representa su carrera continúa inspirando a una generación de futbolistas marfileños que sueña con reeditar el éxito de hace menos de un año.
La Copa África espera su veredicto. Mientras tanto, el delantero continúa con su tratamiento, con la esperanza de poder vestirse de corto una vez más y demostrar que, una vez más, puede superar las adversidades. Su historia, ya de por sí legendaria, podría sumar un nuevo capítulo de éxito o de resignación, pero siempre desde la entereza que le ha definido a lo largo de su trayectoria profesional.