El sábado 13 de diciembre de 2025 ha dejado un vacío profundo en el corazón del barcelonismo y del mundo deportivo español. Gabriel Masfurroll ha fallecido a los 72 años tras una larga enfermedad, dejando atrás una trayectoria vital marcada por la excelencia en múltiples ámbitos: empresarial, deportivo, social y humano.
Su figura representa la síntesis perfecta entre el espíritu emprendedor y el compromiso social, entre la pasión atlética y la dedicación a causas solidarias. Desde su temprana juventud como nadador de élite hasta sus últimos años como columnista de opinión, Masfurroll construyó un legado que trasciende fronteras sectoriales.
Trayectoria empresarial en el sector salud
La dimensión profesional de Masfurroll se desarrolló principalmente en el ámbito sanitario. Tras formarse y ejercer en diversos hospitales, en 1997 dio un paso decisivo fundando USP Hospitales, una iniciativa que revolucionó la gestión hospitalaria privada en España. Su visión empresarial no se detuvo ahí, ya que posteriormente creó el Grupo Clínicas MI, del que ocupó la presidencia, consolidándose como una autoridad indiscutible en la gestión de servicios de salud en nuestro país.
Su éxito empresarial, sin embargo, nunca se desvinculó de una ética de trabajo basada en la responsabilidad social. Cada proyecto empresarial llevaba implícito un componente de mejora para la comunidad, una filosofía que le acompañaría durante toda su vida.
Deporte: de la natación de élite al FC Barcelona
El deporte no fue una mera afición para Masfurroll, sino una forma de vida. En su juventud, destacó como nadador de élite en el Club Natación Barcelona, llegando a integrar las filas de la selección española. Esta disciplina, el esfuerzo y la superación atlética marcaron su carácter y le proporcionaron valores que aplicaría en todos los ámbitos de su vida.
Su amor por el deporte le llevó inevitablemente al FC Barcelona, el club de su vida. Allí, su implicación fue total: llegó a ser candidato a la presidencia del club y formó parte de su junta directiva, ejerciendo como vicepresidente y portavoz oficial. Su vinculación con la entidad azulgrana siempre se caracterizó por un compromiso inquebrantable y una visión modernizadora, siempre desde el respeto a los valores centenarios del club.
Compromiso social y legado solidario
Quizás una de las facetas más entrañables de Masfurroll fue su dedicación a causas sociales. Su compromiso con la discapacidad intelectual nació de una experiencia personal muy dolorosa: la pérdida de su hijo Álex, que nació con síndrome de Down y falleció a los tres años. De esta tragedia personal surgió una fuerza transformadora.
En 2006, impulsó Mi Fundación Álex, una entidad dedicada a fomentar el compromiso social en ámbitos como la infancia y la discapacidad. Además, fue cofundador de la Fundación Catalana Síndrome de Down, contribuyendo decisivamente a la visibilización y apoyo a personas con esta discapacidad y sus familias.
Su labor solidaria no se limitó a este ámbito. Entre 2012 y 2020, ocupó la presidencia de la Fundación Laureus, donde desempeñó un papel fundamental en el desarrollo y la proyección internacional de estos prestigiosos premios deportivos. Bajo su liderazgo, los Laureus consolidaron su posición como un referente mundial del deporte solidario, reconociendo el poder transformador del deporte para cambiar vidas.
La pluma como herramienta de expresión
Masfurroll era un hombre de acción, pero también de palabra. A lo largo de su vida publicó seis libros y colaboró como columnista en diversos medios de comunicación. En sus últimos años, sus "Cartas a Álex" en el diario MARCA se convirtieron en un espacio de reflexión sobre el deporte, la vida y los valores humanos, siempre dedicado a la memoria de su hijo.
Estas cartas, escritas cada sábado, no eran simples columnas deportivas, sino verdaderas lecciones de vida donde la pasión por el deporte se entrelazaba con la sabiduría adquirida a través del dolor y la superación. Su estilo directo, honesto y emotivo conectó con miles de lectores que encontraban en sus palabras una fuente de inspiración.
Un legado multidimensional
La biografía de Gabriel Masfurroll no puede encorsetarse en una sola dimensión. Fue empresario visionario, deportista de élite, directivo barcelonista, líder social, escritor comprometido y, sobre todo, una persona profundamente humana. Su capacidad para transformar la adversidad personal en motor de cambio social marca la grandeza de su espíritu.
La noticia de su fallecimiento ha generado una oleada de condolencias en el mundo del deporte, la empresa y la sociedad civil. El FC Barcelona ha expresado su "profundo pesar" por la pérdida de "un barcelonista entregado y comprometido". La Fundación Laureus ha destacado su "visión y liderazgo" en la consolidación de los premios. Y numerosas entidades sociales han agradecido su "entrega desinteresada" a causas que mejoraron la vida de muchas personas.
Conclusión: más allá de los títulos
Gabriel Masfurroll deja un vacío difícil de llenar, pero también una herencia invaluable. Su vida demuestra que es posible compatibilizar el éxito profesional con el compromiso social, la pasión deportiva con la responsabilidad institucional, el dolor personal con la generosidad colectiva.
En un mundo donde a menudo se separan las esferas de la vida, él las integró armónicamente. Cada rol que desempeñó -empresario, deportista, directivo, filántropo, escritor- no fue más que una manifestación diferente de un mismo núcleo: la convicción de que el éxito individual solo tiene sentido cuando se pone al servicio de la comunidad.
Su legado perdurará en las instituciones que ayudó a construir, en las causas que defendió y en las vidas que tocó con su ejemplo. Gabriel Masfurroll nos enseñó que la verdadera grandeza no está en los títulos que acumulamos, sino en las huellas que dejamos en el corazón de los demás. Hoy, el deporte español, el sector sanitario y la sociedad en general pierden a un referente, pero ganan un modelo a seguir para las futuras generaciones.