Iván Alejo vuelve a pisar el Nuevo Mirandilla, el estadio que lo vio crecer como futbolista y convertirse en una pieza clave del Cádiz en sus años más brillantes. Tras cinco temporadas y media en la Tacita de Plata, el vallisoletano regresa ahora con la camiseta del Valladolid, su club de siempre, pero con el corazón aún dividido entre dos equipos. En una entrevista con Radio MARCA Cádiz, Alejo no dudó en afirmar que, tras su equipo de origen, el Cádiz es el club de su vida.
Su paso por el equipo gaditano dejó huella: un ascenso a Primera División y tres temporadas consecutivas en la élite. Sin embargo, su salida no fue fácil. Alejo reconoce que su marcha fue precipitada y que, aunque en ese momento creyó que era lo mejor para el club —liberando límite salarial y renovando el vestuario—, hoy entiende que se equivocó en el destino elegido. Su paso por Chipre, según él, fue una experiencia negativa, pero también una lección de vida.
"La vida consiste en equivocarte para aprender", confesó. Y aunque su relación con la grada en sus últimos meses en Cádiz no fue la ideal —con pitos y desencuentros—, Alejo entiende la frustración de la afición tras un año complicado con el descenso. "Es fútbol, entiendo su cabreo", dijo con madurez.
Ahora, de vuelta a su casa en Valladolid, Alejo se siente pleno. "Estoy cumpliendo un sueño que perseguí desde pequeño", afirmó, con la tranquilidad de quien ha aprendido de sus errores y ha encontrado su lugar. Su regreso al Nuevo Mirandilla será un momento emotivo, cargado de recuerdos y expectativas. Para muchos aficionados, será una oportunidad de reencontrarse con un jugador que dio todo en el campo, incluso cuando las cosas no salían como esperaba.
Alejo no solo habló de su pasado, sino también de su presente. Su compromiso con el Valladolid es total, y su deseo de seguir creciendo en el fútbol español es evidente. Pero su corazón sigue guardando un lugar especial para el Cádiz, un club que lo acogió, lo formó y lo convirtió en un referente. Un vínculo que el tiempo y las camisetas no han podido romper.