En su cuarta edición, El Tiempo de las Mujeres volvió a convertirse en un espacio vibrante de reflexión, inspiración y conexión. Celebrado en La Casa Encendida de Madrid, el evento reunió a más de mil personas —la mayoría mujeres, pero también hombres comprometidos— para escuchar, debatir y aprender de 40 ponentes destacadas en campos tan diversos como el cine, la filosofía, el deporte, la inteligencia artificial y el liderazgo empresarial.
La jornada, organizada por EL MUNDO y su revista YO DONA, contó con la presencia de figuras emblemáticas como la actriz Marta Fernández Muro, cuya trayectoria de más de 50 películas refleja décadas de lucha silenciosa contra la invisibilidad femenina en el cine. Con una ironía cargada de verdad, Fernández Muro confesó: "Las mujeres no somos la concepción que se ha establecido durante años por hombres en la ficción. Ya basta". A sus 75 años, su voz sigue siendo un faro de autenticidad y rebeldía.
Pero el momento más emotivo llegó con la intervención de María Belón, médica y superviviente del tsunami de 2004 en Tailandia. Introducida por la periodista Noa de la Torre, Belón no solo compartió su historia de supervivencia, sino también una lección profunda sobre el valor de la vida. "Yo, como todas vosotras, soy superviviente de un tsunami", dijo con calma. Y aclaró: "A mí no me ha traído Bayona" —en referencia a la película que popularizó su historia—, subrayando que su presencia allí era por y para sí misma.
Durante su intervención, Belón desgranó cómo el trauma la llevó a redefinir lo que significa vivir. "Lo peor que os puede pasar es que os estéis muriendo, y eso no es para tanto", repitió con una serenidad que conmovió al público. Su mensaje no era de victimismo, sino de resiliencia y amor a la vida. Como madre, médica y esposa, su historia es un recordatorio de que la fuerza femenina no solo se manifiesta en logros, sino en la capacidad de reconstruirse desde la adversidad.
Tras su intervención, una mesa redonda moderada por la periodista Alejandra Olcese abordó temas como el liderazgo femenino en entornos corporativos, el impacto de la tecnología en la vida de las mujeres y la necesidad de visibilizar sus aportes en todos los ámbitos. El debate fue intenso, pero también esperanzador: las participantes coincidieron en que el cambio ya está en marcha, aunque aún queda mucho por hacer.
El ambiente en La Casa Encendida fue único: el patio iluminado en rosa neón, las conversaciones apasionadas, los talleres prácticos y las risas compartidas crearon un espacio donde la mujer no era un tema, sino el centro. Desde la nutrición hasta el fútbol, desde la filosofía hasta el periodismo comprometido, cada charla y cada taller tenía un denominador común: la mujer como protagonista.
El evento cerró con un mensaje claro: el empoderamiento no es un destino, sino un proceso. Y en ese proceso, las mujeres no solo se apoyan entre sí, sino que también inspiran a quienes las rodean. Como dijo una asistente al final del día: "Hoy no solo aprendí, sino que me sentí vista".
En un mundo que aún lucha por la igualdad, El Tiempo de las Mujeres es más que un evento: es un recordatorio de que la voz femenina, cuando se escucha, tiene el poder de transformar realidades.