Dimite Javier Izquierdo de la Ejecutiva del PSOE tras denuncia por acoso sexual

El secretario de Estudios y Programas y senador por Valladolid abandona tras la publicación de una cuarta denuncia de presunto acoso en el partido socialista

Javier Izquierdo, que ocupaba el puesto de secretario de Estudios y Programas dentro de la Ejecutiva Federal del PSOE y simultáneamente ejercía como senador por la provincia de Valladolid, ha comunicado este jueves su decisión de abandonar ambos cargos. El anuncio se produce en un momento de máxima tensión para el partido socialista, que enfrenta una serie de acusaciones por comportamientos sexuales inapropiados que han salpicado a varios de sus dirigentes.

La dimisión del político asturiano llega apenas unas horas después de que el medio digital eldiario.es hiciera pública la existencia de una cuarta denuncia por presunto acoso sexual dentro de las filas socialistas, dirigida específicamente contra Izquierdo. Esta circunstancia ha generado un terremoto político que ha precipitado su salida, aunque el propio interesado ha evitado cualquier referencia explícita a estas acusaciones en su comunicado de despedida.

A través de su perfil en la red social X, el ahora exdirigente socialista publicó un escueto mensaje en el que informaba de su decisión. «Tras años en cargos públicos y orgánicos de mi partido, he comunicado a la dirección federal mi renuncia como miembro de la CEF y también como senador. Lo hago para afrontar otras tareas profesionales y personales seguro de que habrá quien lo haga mejor. Siempre agradecido», escribió, acompañando el texto con un emoji de rosa roja, símbolo del PSOE.

Lo más llamativo de su comunicado es la ausencia de cualquier referencia directa a las acusaciones que pesan sobre él. El mensaje, deliberadamente vago en cuanto a los motivos reales de su marcha, ha sido interpretado como una forma de evitar confrontar públicamente las graves imputaciones que han motivado su dimisión, siguiendo una pauta habitual en la política española cuando surgen este tipo de controversias.

Desde la sede nacional del PSOE en la madrileña calle de Ferraz, fuentes oficiales confirmaron a Europa Press la renuncia de Izquierdo. Sin embargo, estas mismas fuentes señalaron que no podían verificar la existencia de la denuncia específica, argumentando que se trata de una cuestión de carácter confidencial que no había trascendido a todos los niveles de la organización. Esta postura refleja la delicadeza con la que el partido está manejando una crisis que amenaza con expandirse.

El líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, no ha desaprovechado la ocasión para cargar contra el presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez. En declaraciones públicas, Feijóo cuestionó los valores feministas de su rival político con una contundente frase: «Ha aprendido su feminismo en los prostíbulos, esos que no sabe si pagaron sus primarias». Esta dura crítica refleja la estrategia de la oposición de utilizar estos escándalos para erosionar la credibilidad del Ejecutivo en uno de sus temas bandera.

Paralelamente, el PSOE intenta gestionar internamente la crisis con medidas concretas. La secretaria de Organización del partido, Rebeca Torró, tiene previsto presentar este viernes 12 de diciembre las conclusiones de la investigación que se ha llevado a cabo sobre las denuncias de acoso sexual contra el exdirigente socialista Francisco Salazar. Además, junto a la secretaria de Igualdad, Pilar Bernabé, ha convocado a todas las responsables de esta área a una reunión presencial en la sede de Ferraz para abordar la situación.

La biografía de Javier Izquierdo muestra una trayectoria política de más de dos décadas. Nacido en Mieres (Asturias) en 1970, es arquitecto de formación, titulado por la Universidad de Valladolid. Su carrera en el PSOE despegó cuando ocupó el cargo de secretario general del partido en la provincia de Valladolid entre 2012 y 2017, período durante el cual consolidó su influencia en el territorio castellano-leonés y construyó una base de poder dentro de la organización.

Anteriormente, entre 2003 y 2007, había dirigido la General de Ordenación del Territorio y Urbanismo del Gobierno del Principado de Asturias, experiencia que le valió para construir una sólida red de contactos dentro de la administración pública autonómica y demostrar su capacidad de gestión en el ámbito territorial.

En su etapa como senador, Izquierdo había acumulado responsabilidades considerables. Era miembro titular de la Diputación Permanente del Senado, además de desempeñar funciones como portavoz del Grupo Socialista en la Comisión de Vivienda y Agenda Urbana y en la Comisión de Investigación sobre la Gestión del presidente del CIS. También ejercía como viceportavoz en la Comisión de Interior y como vocal tanto en la Comisión Mixta de Seguridad Nacional como en la Comisión Mixta para la Unión Europea, lo que reflejaba la confianza que el partido depositaba en su capacidad técnica y política.

La dimisión de un peso pesado de la ejecutiva de Sánchez no solo deja un vacío orgánico importante, sino que también pone de manifiesto la gravedad de la crisis interna que atraviesa el PSOE. Las acusaciones de acoso sexual han pasado de ser casos aislados a convertirse en un patrón que amenaza con dañar seriamente la imagen del partido, especialmente en un momento en que la defensa de la igualdad y la lucha contra la violencia de género son banderas centrales de su discurso político y diferenciadores clave respecto a la derecha.

El caso de Izquierdo se suma a una lista que ya incluye denuncias contra otros dirigentes socialistas, generando una percepción de que el problema podría ser sistémico. Esta situación obliga al PSOE a adoptar medidas contundentes si quiere preservar su credibilidad en materia de igualdad y evitar que la oposición capitalice estas debilidades en futuros debates electorales, donde la coherencia entre el discurso y los hechos será cuestionada.

La reunión convocada por Torró y Bernabé este viernes será crucial para determinar la línea de acción que seguirá el partido. Se espera que se establezcan protocolos más estrictos y que se definan sanciones ejemplarizantes para aquellos miembros contra los que recaigan acusaciones fundadas de comportamientos inadecuados. La transparencia en este proceso será fundamental para recuperar la confianza de la militancia y del electorado.

Mientras tanto, la salida de Izquierdo abre una crisis de sucesión en la secretaría de Estudios y Programas, un puesto clave para la elaboración de propuestas políticas del partido. Su sustituto deberá no solo ocupar el vacío orgánico, sino también contribuir a la reconstrucción de la confianza interna y externa en el compromiso del PSOE con la igualdad de género, un desafío considerable en el actual clima de desconfianza.

La dimisión, presentada como una decisión voluntaria para «afrontar otros proyectos», difícilmente puede desvincularse del contexto de denuncias. La estrategia de evitar mencionar directamente las acusaciones mientras se abandona el cargo es un clásico en la política española cuando se enfrentan situaciones de este tipo, pero cada vez resulta menos efectivo ante una ciudadanía más exigente con la coherencia ética.

El impacto mediático de esta crisis es considerable. Los medios de comunicación han seguido con lupa cada paso, y la oposición no ha dudado en amplificar el mensaje de que el PSOE tiene un problema serio con sus propios valores. La frase de Feijóo sobre el «feminismo aprendido en prostíbulos» refleja la dureza del enfrentamiento político que se avecina y la facilidad con la que estos casos se convierten en munición electoral.

Para el electorado progresista, estas revelaciones generan una disonancia cognitiva difícil de digerir. El partido que ha liderado leyes de igualdad y que se presenta como defensor de los derechos de las mujeres se ve ahora salpicado por múltiples denuncias de acoso dentro de sus propias filas, lo que erosiona su legitimidad moral y abre debates internos sobre la efectividad de sus protocolos de prevención.

La prueba de fuego para Sánchez será cómo gestiona esta crisis sin que parezca que está minimizando la gravedad de las acusaciones ni sacrificando a sus dirigentes sin un debido proceso. El equilibrio entre la presunción de inocencia y la credibilidad feminista es extremadamente delicado y cualquier paso en falso podría tener consecuencias electorales significativas en los próximos comicios.

En los próximos días, se esperan más novedades tanto sobre el caso Izquierdo como sobre las conclusiones de la investigación interna que presentará Torró. La forma en que el PSOE maneje esta situación marcará un precedente para cómo los partidos políticos españoles enfrentan las denuncias de acoso sexual en el futuro, y determinará si pueden mantener su autoridad moral en la defensa de la igualdad.

Referencias

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