El secretario de Estudios y Programas del PSOE, Javier Izquierdo, ha presentado su dimisión irrevocable de todos los cargos orgánicos e institucionales que ostentaba dentro del partido socialista. La renuncia, comunicada este jueves a través de la red social X, pone fin a su trayectoria en la dirección federal y en el Senado, donde representaba a la provincia de Valladolid desde julio de 2023. El anuncio, conciso y sin alusiones directas a las circunstancias que lo rodean, marca un punto final abrupto en una carrera política de más de quince años en la primera línea del Estado.
La decisión de Izquierdo llega en un momento de máxima tensión para el PSOE, que atraviesa una profunda crisis interna por múltiples denuncias de acoso sexual que han salpicado a varios de sus dirigentes de diferentes niveles. El anuncio se produjo apenas minutos después de que el medio digital eldiario.es publicara la existencia de una cuarta denuncia por presunto acoso, esta vez directamente vinculada al hasta ahora secretario de Estudios y Programas. Esta secuencia temporal ha alimentado las especulaciones sobre la relación directa entre la publicación de la denuncia y la renuncia inmediata.
En su mensaje publicado en X, Izquierdo expresó: "Tras años en cargos públicos y orgánicos de mi partido, he comunicado a la dirección federal mi renuncia como miembro de la CEF y también como senador". El dirigente socialista justificó su decisión argumentando que era el momento de "afrontar otras tareas profesionales y personales", mostrándose "seguro de que habrá quien lo haga mejor" y agradeciendo las oportunidades recibidas. Esta formulación, típica en estos casos, no hace referencia explícita a las acusaciones que pesarían sobre él.
La confirmación oficial no se hizo esperar. Fuentes del partido con sede en la calle Ferraz ratificaron a los medios de comunicación la dimisión de Izquierdo, aunque se mostraron cautas respecto a la existencia de la denuncia publicada por eldiario.es. Según estas fuentes, la confidencialidad del proceso impide conocer oficialmente si existe una denuncia formal contra el exdirigente. Esta cautela oficial refleja el delicado equilibrio que el partido intenta mantener entre la transparencia exigida y la protección de la presunción de inocencia.
Este caso se suma a una serie de denuncias que han sacudido las estructuras del PSOE en las últimas semanas, generando una crisis de gestión y comunicación sin precedentes. La secretaria de Organización del partido, Rebeca Torró, comparecerá este viernes 12 de diciembre para presentar las conclusiones de la investigación interna sobre las acusaciones contra el exdirigente Francisco Salazar. En paralelo, Torró y la secretaria de Igualdad, Pilar Bernabé, han convocado una reunión urgente con todas las responsables de área de igualdad del partido en la sede federal, en lo que parece un intento de coordinar la respuesta institucional ante la escalada de casos.
La trayectoria política de Javier Izquierdo, nacido en Mieres (Asturias) en 1970, ha estado marcada por una ascendente carrera tanto en el ámbito municipal y autonómico como en el nacional. Su vinculación con el PSOE se remonta a varias décadas, durante las cuales ha ocupado posiciones de notable responsabilidad que le han convertido en un perfil técnico-político muy valorado dentro de la organización.
A nivel local, Izquierdo ejerció como concejal en el Ayuntamiento de Valladolid entre 2007 y 2015, periodo durante el cual también fue secretario general de los socialistas vallisoletanos desde 2012 hasta 2017. Su salto a la política autonómica se materializó con su nombramiento como procurador en las Cortes de Castilla y León para el periodo 2015-2018, donde participó activamente en la legislación regional.
En el seno del partido, su progresión fue meteórica. En el 39 Congreso Federal fue elegido secretario Ejecutivo de Formación, cargo que le permitió influir en la política formativa del PSOE a nivel nacional. Posteriormente, en el 40 Congreso Federal, fue nombrado secretario de Estrategia y Acción Electoral, posicionándolo como uno de los artífices de la planificación electoral del partido y responsable de la preparación de los programas electorales.
Su experiencia en la administración pública es extensa y diversa, combinando perfiles técnicos y políticos. Entre 2003 y 2007 desempeñó las funciones de director general de Urbanismo y Ordenación del Territorio en el Principado de Asturias. Posteriormente, en el Gobierno de España, ocupó la secretaría general de Infraestructuras en el Ministerio de Fomento entre junio de 2018 y marzo de 2019. Su último cargo ejecutivo antes de la etapa parlamentaria fue el de delegado del Gobierno en Castilla y León, posición que desempeñó entre febrero de 2020 y octubre de 2021, gestionando la relación entre el Ejecutivo central y la comunidad autónoma.
En el ámbito parlamentario, Izquierdo fue diputado nacional por Valladolid entre 2019 y 2020, antes de acceder al Senado en julio de 2023. En la Cámara Alta, además de su condición de miembro titular de la Diputación Permanente, ejerció como portavoz del PSOE en la Comisión de Vivienda y Agenda Urbana, así como en la Comisión de Investigación sobre la Gestión del presidente del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), demostrando su versatilidad en temas de infraestructura, urbanismo y gestión pública.
La dimisión de Izquierdo representa un nuevo golpe para la dirección del PSOE, que se enfrenta a una crisis de credibilidad sin precedentes en materia de igualdad y prevención del acoso. La formación socialista, que ha hecho de la defensa de los derechos de las mujeres y la lucha contra la discriminación uno de sus principales banderas políticas, ve ahora cuestionada su capacidad para gestionar internamente estas situaciones. La contradicción entre el discurso público y la realidad interna amenaza con erosionar la confianza de su electorado.
La comparecencia de Rebeca Torró este viernes será crucial para entender el alcance de las medidas que el partido pretende adoptar. Se espera que la secretaria de Organización detalle no solo las conclusiones de la investigación sobre el caso Salazar, sino también el protocolo que se seguirá con las nuevas denuncias que puedan surgir, incluida la que afectaría a Izquierdo. La expectativa es máxima tanto dentro como fuera del partido.
La situación pone de manifiesto la complejidad de gestionar casos de acoso en el interior de las organizaciones políticas, donde la confidencialidad de los procesos choca con la exigencia de transparencia que la ciudadanía demanda. El PSOE se encuentra ahora en la tesitura de tener que demostrar con hechos que sus principios de igualdad no son retórica vacía, sino que se aplican con igual rigor internamente que en sus políticas públicas. La credibilidad de toda la formación está en juego.
Mientras tanto, el futuro inmediato de Javier Izquierdo queda en el aire. Su renuncia anticipada cierra una etapa de más de quince años en la primera línea de la política española, pero abre interrogantes sobre las circunstancias que han precipitado esta decisión. La confirmación o desmentido oficial de la denuncia publicada por eldiario.es será determinante para esclarecer los hechos y para la reputación tanto del exdirigente como del propio partido.
La crisis del PSOE por las denuncias de acoso sexual no parece tener visos de ceder. Con cuatro denuncias conocidas públicamente y una investigación interna en marcha, la formación socialista enfrenta uno de los mayores desafíos éticos y organizativos de su historia reciente. La capacidad de su dirección para gestionar esta situación con transparencia, firmeza y justicia marcará no solo su futuro inmediato, sino también su credibilidad como fuerza política comprometida con la igualdad real y efectiva.