La música alternativa viste de luto. Perry Bamonte, reconocido guitarrista y teclista de la legendaria banda británica The Cure, ha fallecido el pasado viernes a los 65 años. La noticia, confirmada por el grupo a través de su página oficial, ha conmocionado a miles de seguidores que crecieron escuchando los inconfundibles acordes que él ayudó a crear durante más de dos décadas de trayectoria. Según el comunicado oficial, el músico perdió la vida en su hogar durante estas festividades navideñas, después de padecer una corta enfermedad que, lamentablemente, resultó fatal.
La relación de Bamonte con The Cure comenzó de forma tímida pero se consolidó hasta convertirlo en una pieza fundamental de su historia. Inicialmente, colaboró con el grupo entre 1984 y 1989, un periodo en el que demostró su versatilidad y compromiso. No obstante, fue en 1990 cuando su vinculación se hizo oficial, convirtiéndose en miembro de pleno derecho de una formación que ya era considerada una de las más influyentes del panorama post-punk y gótico. Desde ese momento, su presencia se convirtió en un sello distintivo del sonido evolutivo de la banda.
Sus compañeros de viaje musical no han dudado en desgranar las cualidades humanas y artísticas del que cariñosamente apodaban 'Teddy'. En un emotivo mensaje, han definido su personalidad como tranquila, intensa, intuitiva, constante y tremendamente creativa. Estas cinco palabras dibujan el retrato de un artista que no solo aportaba técnica, sino también una sensibilidad única que enriquecía cada composición. La banda ha enfatizado que fue una parte cálida y vital de su historia, subrayando la importancia de su contribución tanto en el estudio como en los escenarios.
Desde el punto de vista musical, la aportación de Perry Bamonte trasciende la simple interpretación. Su dominio de la guitarra, el bajo de seis cuerdas y los teclados le permitió explorar territorios sonoros que definieron épocas. Su huella se puede rastrear en trabajos fundamentales de la discografía de The Cure, participando activamente en la creación de álbumes tan celebrados como 'Wish', 'Wild Mood Swings' y 'Bloodflowers', además de contribuir a diversas recopilaciones de éxitos acústicos y otros lanzamientos del grupo. Cada uno de estos discos representa una faceta diferente de la evolución artística de la banda, y en todos ellos la presencia de Bamonte fue determinante.
Los números hablan por sí solos de su dedicación. Durante su primera etapa como miembro oficial, el guitarrista participó en más de 400 conciertos a lo largo de catorce años, una cifra que refleja una intensa relación con los escenarios y con una fanbase devota que siguió al grupo por todo el mundo. Esta constancia en la gira le convirtió en un rostro familiar para generaciones de seguidores que pudieron disfrutar de su magistral ejecución en directo.
La historia de Perry Bamonte con The Cure, sin embargo, no terminó con su salida inicial. En un gesto que demuestra el cariño mutuo y el respeto artístico, el músico volvió a unirse a la formación en 2022. Esta segunda etapa resultó igualmente prolífica, añadiendo otros 90 conciertos a su ya impresionante palmarés. La banda ha sido tajante al calificar algunas de estas actuaciones recientes como "algunos de los mejores en la historia de la banda", un elogio que cobra más valor viniendo de una formación con más de cuatro décadas de trayectoria.
El broche de oro a esta segunda etapa llegó el pasado 1 de noviembre de 2024 con el concierto 'The Show of a Lost World' en Londres, un evento que sirvió como despedida definitiva y que, sin saberlo, se convirtió en el último gran acto de Bamonte sobre un escenario. Este show, celebrado en la capital británica, representó el cierre de un ciclo que había comenzado décadas atrás, consolidando un legado que perdurará en la memoria colectiva del rock alternativo.
El comunicado final de The Cure no deja lugar a dudas sobre el vacío que deja su partida: "Nuestros pensamientos y condolencias están con toda su familia. Se le echará muchísimo de menos". Estas palabras, sencillas pero cargadas de emotividad, reflejan el impacto humano de una pérdida que va más allá de lo profesional. Perry Bamonte no fue solo un músico excepcional; fue un compañero, un amigo y una fuente de creatividad inagotable para uno de los grupos más influyentes de las últimas décadas. Su legado, grabado en cada acorde y cada nota, continuará vibrando en los corazones de quienes encontraron en la música de The Cure un refugio, una identidad y una forma de entender el mundo.