Pendientes de Wallis Simpson vendidos por ocho veces su valor

La joya que perteneció a la mujer que cambió la historia de la Corona británica se subastó por más de 42.000 euros.

La historia de Wallis Simpson sigue fascinando al mundo, incluso décadas después de su muerte. Su romance con el rey Eduardo VIII de Inglaterra no solo fue escandaloso para su época, sino que provocó una de las abdicaciones más famosas de la historia moderna. Ahora, un par de sus pendientes —una pieza de joyería con un valor histórico inmenso— ha vuelto a hacer noticia tras venderse en subasta por casi ocho veces su precio estimado.

La subasta tuvo lugar en la sede suiza de Sotheby’s, reconocida por manejar piezas de gran relevancia histórica y artística. Entre las joyas ofrecidas, destacaban estos pendientes, que combinan conchas de Nerita con motas blancas y grises, coronadas por turquesas de talla cabujón engastadas en espirales de oro. Un diseño exquisito, que refleja el gusto refinado de la duquesa de Windsor.

El precio de salida era de 4.800 francos suizos (unos 5.200 euros), con una estimación de alcanzar el doble. Sin embargo, la demanda superó todas las expectativas: la pieza se adjudicó por más de 39.000 francos suizos —equivalentes a unos 42.000 euros—, convirtiéndose en uno de los éxitos más sorprendentes de la subasta.

Como suele ocurrir en estos casos, el nombre del comprador permanece en el anonimato. No es la primera vez que estos pendientes salen a subasta: ya fueron vendidos en 1987, poco después de la muerte de Wallis Simpson, también en Sotheby’s. En aquella ocasión, la colección completa de sus joyas causó sensación mundial, no solo por su procedencia real, sino por la calidad y rareza de las piezas.

Wallis Simpson, norteamericana y divorciada dos veces, se convirtió en la esposa del rey Eduardo VIII tras su abdicación en 1936. Su relación con el monarca cambió el curso de la monarquía británica, llevando a la corona a su hermano, el futuro rey Jorge VI, y, por ende, a la joven Isabel II. Aunque no era la heredera directa, su ascenso al trono fue consecuencia directa de la decisión de su tío.

Durante su vida, Wallis acumuló una colección de joyas impresionante, tanto por su valor estético como por su simbolismo histórico. Entre sus piezas más destacadas se encuentran las primeras panteras tridimensionales de Cartier, un broche de flamenco de la misma firma y un broche de Van Cleef & Arpels con engaste misterioso, diseñado como dos plumas. Estos pendientes de turquesa y concha, adquiridos en la década de 1960, forman parte de una serie de joyas que combinan elementos naturales con piedras preciosas, un estilo que refleja su personalidad única y su gusto por lo exótico.

La única fotografía conocida en la que aparece usando estos pendientes data de la misma época en que los adquirió, lo que añade un valor documental a la pieza. Su venta no solo es un evento de mercado, sino un recordatorio de una historia de amor, poder y sacrificio que sigue resonando en la cultura popular —como lo demuestra la serie ‘The Crown’, que retrata con detalle el conflicto entre el rey y su madre, la reina Mary de Teck, quien intentó disuadirlo de su decisión.

La subasta de joyas reales y nobles sigue siendo un fenómeno recurrente, con casas como Sotheby’s y Christie’s liderando el mercado. Pero pocas piezas tienen el peso histórico de las pertenencias de Wallis Simpson. Su legado, más allá de la controversia, es el de una mujer que desafió las convenciones de su tiempo y dejó una huella imborrable en la historia de la monarquía británica.

Este nuevo capítulo en la vida de sus joyas demuestra que, incluso en el siglo XXI, el interés por su figura y su historia sigue intacto. Y mientras los coleccionistas compiten por poseer un pedazo de ese pasado, el mundo sigue fascinado por la mujer que hizo que un rey renunciara a su corona.

Referencias