Muere Rafael Ithier, leyenda de la salsa y fundador de El Gran Combo

El icónico pianista puertorriqueño fallece a los 99 años tras seis décadas marcando la historia del género caribeño

La música latina pierde a uno de sus pilares fundamentales. Rafael Ithier, el reconocido pianista y cofundador de El Gran Combo de Puerto Rico, ha fallecido este sábado a los 99 años víctima de complicaciones derivadas de una neumonía, según confirmaron fuentes cercanas a la familia. Su deceso marca el final de una era para la salsa mundial, género que ayudó a consolidar durante más de seis décadas de trayectoria ininterrumpida.

El salsero Víctor Manuelle, una de las voces más respetadas del género, fue quien dio la noticia a través de sus redes sociales. "Hoy el universo salsero pierde uno de sus pilares más importantes en la historia del género. Don Rafael Ithier no solamente fue el fundador, director, arreglista y pianista de la orquesta de salsa más importante del mundo, sino también el empresario más visionario, negociante y de más vigencia que existirá en la historia de la salsa", expresó el artista en un emotivo mensaje.

Ithier, apodado cariñosamente como "el máximo mulato" y líder indiscutible de "Los mulatos del sabor", deja un legado imborrable en la industria musical. Su influencia trasciende generaciones, habiendo sido mentor de innumerables artistas que hoy protagonizan la escena tropical. "Te marchas, pero tu legado y tu música seguirán vigentes en todos los que hacemos este género musical que llamamos salsa. Gracias por cada consejo, cada conversación, cada compartir en tarima. Serán historias que nunca olvidaré", añadió Víctor Manuelle en su despedida.

Infancia marcada por la música

Nacido en San Juan el 29 de agosto de 1926, Rafael Ithier González creció en un hogar donde la música era el pan de cada día. Su padre, Nicolás Ithier, dirigía un grupo de bohemia que animaba las noches de la capital puertorriqueña. El ambiente artístico familiar no se limitaba a su progenitor: su tío Salvador se desempeñaba como guitarrista y segunda voz del recordado Trío Borinquen, una de las formaciones más populares de la época.

La muerte de su padre cuando Rafael contaba apenas ocho años cambió drásticamente su vida. La necesidad económica lo obligó a buscar ingresos para apoyar a su familia, encontrando refugio en la misma pasión que heredó de su padre. Así, a tan temprana edad, comenzó a tocar la guitarra profesionalmente en el Conjunto Lucerito, experiencia que despertó definitivamente su amor por el arte de los escenarios.

Curiosamente, el joven Ithier soñaba inicialmente con convertirse en pelotero profesional. Sin embargo, el magnetismo de la música resultó más poderoso. A los 14 años ya formaba parte del grupo El Hawaiano, con el que ganaba la considerable suma de cuatro dólares por noche, cifra que él mismo consideraba una fortuna para la época. Este temprano éxito económico consolidó su decisión de dedicar la vida al entretenimiento.

De Cortijo a la creación de un mito

La década de 1950 representó un punto de inflexión en la carrera de Ithier. En 1954 se unió al Combo de Cortijo, la orquesta dirigida por Rafael Cortijo y que contaba con la poderosa voz de Ismael Rivera, "El Sonero Mayor". Esta formación revolucionó la música popular puertorriqueña con su fusión de plena, bomba y otros ritmos afroantillanos.

"Yo tocaba piano. Lo que tocábamos era guaracha y plena. ¿Salsa? Ni pensarlo", recordaba Ithier en una entrevista con EFE, refiriéndose a los inicios del género que más tarde conquistaría el mundo. Tanto él como Cortijo fueron autodidactas, dominando sus instrumentos sin formación académica formal pero con una intuición musical excepcional.

La formación clásica del Combo de Cortijo incluía, además de Ithier y Rivera, a figuras como Martín Quiñones, Miguel Cruz y Sammy Ayala. Sin embargo, tensiones internas y diferencias creativas llevaron a Ithier a tomar una decisión trascendental en 1962: abandonar el grupo para crear su propia orquesta.

El nacimiento de El Gran Combo

Junto a los ya fallecidos Martín Quiñones y Eddie "La Bala" Pérez, Rafael Ithier fundó El Gran Combo de Puerto Rico, una orquesta que pronto se convertiría en la más importante del género. Conocidos también como "La universidad de la salsa", la formación estableció un estándar de calidad musical y profesionalismo que pocos han igualado.

La visión de Ithier era clara: crear una continuación de la música que habían popularizado con Cortijo, pero con un repertorio más amplio y versátil. Así, incorporó géneros como el merengue, el danzón y el pasodoble, además de la guaracha y la plena que ya dominaban. Esta diversidad musical fue clave para su éxito internacional.

Durante más de 60 años, El Gran Combo de Puerto Rico se mantuvo activo, grabando decenas de álbumes y llenando estadios en todo el continente americano. Canciones como "Amor", "Timbalero" y "No Hago Más Na" se convirtieron en himnos de la salsa clásica, interpretadas por generaciones de cantantes que pasaron por la orquesta.

Un legado perpetuo

La muerte de Rafael Ithier no significa el fin de su influencia. Su música continúa vigente en cada rincón donde se escuche salsa. Los arreglos que creó, los estándares de calidad que impuso y el modelo empresarial que desarrolló para la orquesta siguen siendo referentes en la industria.

Numerosos artistas, desde jóvenes salseros hasta figuras consagradas, han expresado su pesar y reconocimiento al maestro. La comunidad musical puertorriqueña y latina en general se encuentra de luto, pero también en celebración por una vida extraordinariamente productiva y significativa.

Rafael Ithier demostró que la pasión, combinada con visión empresarial y talento artístico, puede crear un legado que trasciende el tiempo. Su historia, desde aquel niño de ocho años que tocaba guitarra para sobrevivir hasta convertirse en el patriarca de la salsa mundial, inspira a músicos y emprendedores por igual.

El Gran Combo de Puerto Rico, la orquesta que fundó y dirigió con mano firme, continuará su marcha, llevando el nombre de su creador a nuevas generaciones. Porque en esencia, Rafael Ithier no se ha ido: cada nota de salsa que suene en cualquier parte del mundo llevará su sello indelible, su pasión inconfundible y su espíritu innovador.

La salsa perdió a su máximo arquitecto, pero la música ganó un patrimonio inmortal.

Referencias

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