La Masia del Barça: Historia de un proyecto revolucionario

Xavi Torres narra en su libro cómo La Masia se convirtió en el corazón del Barça y en un modelo único en el mundo del fútbol.

La Masia no es solo una residencia deportiva. Es un símbolo, una filosofía, una historia viva que ha marcado la identidad del FC Barcelona durante más de cuatro décadas. En su nuevo libro, ‘Jo vaig viure a La Masia’, el periodista deportivo Xavi Torres desentraña esta historia con un rigor periodístico que convierte la obra en una memoria histórica imprescindible para entender el ADN del club azulgrana.

La residencia, inaugurada oficialmente en 1979, nació de la necesidad de ordenar un sistema caótico. Desde los años 50, el Barça ya alojaba a jóvenes promesas en pensiones y pisos, pero sin estructura ni control. Fue Josep Lluís Núñez quien, al transformar la sede social del club en un espacio residencial, sentó las bases de un proyecto revolucionario: alojar a 20 jóvenes futbolistas entre 13 y 17 años, seleccionados entre las mejores promesas del momento. El primer grupo entró el 19 de noviembre de 1979, y el vigésimo fue Guillermo Amor, incorporado en enero del año siguiente.

¿Existía algo similar en Europa? Según Torres, apenas. Solo el Sporting de Gijón y el Athletic Club contaban con centros de entrenamiento, pero ninguno con la estructura residencial y formativa de La Masia. Incluso los primeros alojamientos eran improvisados: la famosa Pensión Patata, en la calle Pare Claret, donde los chicos comían patatas en todas las comidas. Un detalle que hoy suena a anécdota, pero que refleja el espíritu de sacrificio y humildad que ha caracterizado a la cantera blaugrana.

¿Por qué sigue siendo revolucionaria hoy? Porque el Barça es el único club del mundo que aspira a ganar la Champions League con jugadores formados en casa. En la temporada pasada, 12 canteranos estaban en el primer equipo, y 10 de ellos —entre ellos Lamine Yamal, Gavi, Fermín, Cubarsí y Dani Olmo— habían pasado por La Masia. Esa cifra no es casualidad: es el resultado de un modelo único, que combina formación deportiva, académica y humana.

Torres hace una distinción clave: no todos los canteranos son residentes, pero todos los residentes comparten una identidad. La Masia no es solo un lugar donde se duerme y se entrena; es un entorno donde se forja el estilo de juego, los valores y la mentalidad del Barça. En su libro, el autor rinde homenaje a los 1.007 deportistas que han vivido allí hasta la temporada pasada, un número que parece descomunal, pero que refleja la magnitud del proyecto.

¿Es un éxito o un fracaso? Las cifras hablan por sí solas. De los 718 jugadores que han pasado por La Masia, solo 18 han jugado más de 100 partidos con el primer equipo. Pronto serán 20, con la incorporación de Cubarsí y Fermín. Además, 96 han debutado con el primer equipo. Es un porcentaje bajo, pero en un contexto donde la competencia es global y el nivel exigido es extremo, es un logro notable.

El libro de Torres no es una apología, sino una crónica honesta. Reconoce que no todo ha sido perfecto: en muchas épocas, la puerta del Camp Nou estuvo cerrada para los residentes. Pero también destaca que el modelo sigue evolucionando, adaptándose a los tiempos sin perder su esencia. Hoy, el Barça no necesita cien jugadores al año en La Masia; necesita calidad, no cantidad.

En definitiva, La Masia es la marca más importante del Barça. Junto al Camp Nou y a sus estrellas actuales, es uno de los pilares que definen al club. Por eso, técnicos y directivos de todo el mundo viajan a Barcelona para entender cómo funciona este modelo único. Y gracias a Xavi Torres, ahora también podemos entenderlo desde dentro, con la voz de quien lo ha vivido, investigado y contado con pasión y rigor.

Referencias