El AC Milan cerró el año 2024 con una contundente victoria por 3-0 ante el Hellas Verona en San Siro, en un encuentro correspondiente a la jornada 17 de la Serie A. El duelo, disputado el 28 de diciembre a las 12:30 horas, dejó claro el dominio rossoneri y sirvió para que dos de sus figuras, Luka Modric y Christopher Nkunku, brillasen con luz propia en una tarde fría pero especial para la afición milanista. Más de 70.000 espectadores presenciaron un recital de fútbol ofensivo que combina la experiencia de un campeón del mundo con la frescura de una nueva generación.
Desde el inicio, el conjunto dirigido por Paulo Fonseca tomó las riendas del encuentro con una determinación que dejó pocas dudas sobre el resultado final. La presión adelantada y la posesión del balón fueron las señas de identidad de un Milan que no quería sorpresas ante un Verona necesitado de puntos para alejarse de la zona de peligro. La primera mitad dejó entrever las intenciones de ambos equipos, con un dominio territorial claro de los locales y una defensa bien estructurada de los visitantes que resistió los embates durante los primeros 45 minutos.
El mago Modric, omnipresente
El croata Luka Modric, reciente ganador del Balón de Oro 2024, demostró una vez más por qué es considerado uno de los mejores centrocampistas de la historia del fútbol. A sus 39 años, su visión de juego y su capacidad para gestionar los tiempos del partido resultaron fundamentales para desmantelar el bloque defensivo veronés. Modric dictó el ritmo desde la medular, creando espacios donde no los había y lanzando pases filtrados que desestabilizaron constantemente la defensa scaligera.
Su inteligencia táctica se manifestó en cada acción. Sabía cuándo acelerar, cuándo frenar y cuándo buscar la verticalidad. Una de las jugadas más destacadas llegó en el minuto 68, cuando Modric ejecutó un saque de esquina con precisión quirúrgica que encontró la cabeza de Koni De Winter, cuyo remate rozó el larguero por milímetros. Fue una de sus últimas intervenciones, ya que minutos después fue sustituido por Ardon Jashari, recibiendo una ovación cerrada de San Siro que reconoció su magistral actuación. Su despedida del año en casa no podía ser mejor: victoria, control absoluto y una asistencia más a su cuenta particular.
Nkunku, la nueva joya que encaja a la perfección
Si Modric representa la experiencia y la clase, Christopher Nkunku simboliza la modernidad y el desequilibrio en estado puro. El francés, que llegó al Milan en verano procedente de la Premier League, se ha adaptado al calcio con una velocidad sorprendente que ha dejado boquiabiertos a técnicos y analistas. Ante el Verona, Nkunku fue una pesadilla constante para los laterales visitantes, combinando velocidad, técnica refinada y un olfato goleador que ya empieza a recordar a las grandes estrellas que han vestido la camiseta rossonera.
Aunque tuvo una acción anulada por fuera de juego en el minuto 72 tras un pase en profundidad de Davide Bartesaghi, su participación fue decisiva en múltiples fases del encuentro. En el 65, asistió a Ruben Loftus-Cheek con un pase medido que el inglés casi convierte en gol con un disparo cruzado que obligó a una gran intervención del portero. Su movilidad por todo el frente de ataque, su capacidad para asociarse en espacios reducidos y su conexión con Modric en varias fases del partido dejan entrever una sociedad que puede marcar una época en Milán. La química entre ambos es palpable, y contra el Verona demostraron que pueden coexistir y potenciarse mutuamente en un sistema que aprovecha las cualidades de cada uno.
Loftus-Cheek, el motor físico
Ruben Loftus-Cheek fue otro de los protagonistas indiscutibles del encuentro. El centrocampista inglés tuvo una ocasión clarísima en el minuto 65, cuando recibió un balón de Nkunku y disparó cruzado, obligando a una gran intervención al portero veronés que evitó el tanto. Su físico imponente y su capacidad para llegar al área añaden un plus al juego del Milan que pocos equipos pueden gestionar con eficacia. Aunque fue amonestado con una falta en el 78 por una entrada dura en campo contrario, su rendimiento fue más que notable y demostró por qué Fonseca le ha dado un rol protagonista en el esquema titular.
El Verona, sin respuesta ofensiva
El conjunto de Paolo Zanetti llegó a San Siro con la intención de sorprender con un planteamiento defensivo bien estructurado y contragolpes rápidos, pero las individualidades rossoneri resultaron demasiado superiores. Los de Venecia tuvieron sus opciones, especialmente en la segunda mitad cuando el Milan ya administraba la ventaja. Gift Orban, delantero nigeriano, intentó sorprender con varios disparos desde fuera del área, pero sin la precisión necesaria para batir a Mike Maignan.
La más clara para el Verona llegó en el 84, cuando Cheikh Niasse disparó bajo palos tras una buena jugada colectiva, pero la defensa milanista se cerró con eficacia. El cuadro visitante también dispuso de varios saques de esquina que generaron peligro, especialmente uno en el 87 donde Victor Nelsson cabeceó desviado por poco. Sin embargo, la falta de puntería y el acierto defensivo milanista impidieron cualquier opción de remontada.
Cambios tácticos y control del partido
Paulo Fonseca movió el banquillo con inteligencia táctica para refrescar el equipo en los momentos clave. Las entradas de Youssouf Fofana por Loftus-Cheek en el 78 y Samuele Ricci por Christian Pulisic en el 75 dieron oxígeno al centro del campo, manteniendo la intensidad sin bajar el nivel. Por las bandas, Zachary Athekame y Alexis Saelemaekers aportaron frescura y profundidad en los últimos minutos.
Por parte del Verona, los cambios de Zanetti buscaban reactivar el ataque. La entrada de Suat Serdar por Daniel Oyegoke y Abdou Harroui por Al Musrati intentó dar más presencia en medular, pero la falta de acierto en los metros finales lo impidió. La sustitución de Domagoj Bradaric por Nicolás Valentini tampoco logró cambiar el rumbo de un partido que ya estaba sentenciado.
Implicaciones para la clasificación
Con esta victoria, el Milan consolida su posición en los puestos de Champions League, alcanzando los 38 puntos y acercándose a los líderes de la competición. Los tres puntos son vitales de cara a la segunda vuelta, especialmente en un campeonato tan igualado como la Serie A 2024-2025 donde cada detalle cuenta. Por su parte, el Verona se queda con 17 puntos en la zona media-baja de la tabla, a solo cuatro del descenso. La derrota en Milán deja un sabor amargo, pero el calendario ofrece oportunidades de recuperación en las próximas jornadas.
El futuro brilla en rojo y negro
La sinergia entre Modric y Nkunku es la gran noticia para el Milan a medio plazo. Si el croata decide continuar una temporada más más allá de 2025, su mentoreo sobre el francés podría elevar a Nkunku a la élite mundial del fútbol. El club rossonero ha encontrado el equilibrio perfecto entre veteranía y juventud, entre clase pura y explosividad física. San Siro despidió el año con una fiesta, y en ella, Modric y Nkunku bailaron al unísono, demostrando que la magia no entiende de edades cuando el talento es genuino. La afición milanista sueña ya con lo que puede llegar a conseguir este equipo si mantiene esta dinámica en la segunda mitad de la temporada.