Flick y Götze: el reencuentro tras la charla que cambió la historia del Mundial 2014

El técnico del Barcelona se enfrenta al autor del gol decisivo en Brasil 2014, recordando aquella conversación táctica que definió el destino del trofeo

El fútbol tiene una memoria selectiva que a menudo reduce las carreras enteras a instantes concretos. Para Mario Götze, ese momento llegó el 13 de julio de 2014 en el estadio Maracaná. Para Hansi Flick, aquella noche representó la consumación de un plan táctico perfectamente ejecutado. Ahora, años después, ambos personajes vuelven a cruzarse en un escenario completamente diferente, reviviendo una conversación que cambió el destino de una final mundialista.

El destino ha querido que el actual entrenador del FC Barcelona se enfrente este martes al mediapunta alemán, actualmente en las filas del Eintracht Frankfurt. Un reencuentro que trasciende lo meramente deportivo, convertido en un viaje nostálgico hacia aquella noche de gloria en Río de Janeiro donde una charla técnica de apenas minutos dio como resultado el único gol del partido y, con él, la cuarta estrella para Alemania.

La carrera de un prodigio interrumpida

A sus 33 años, Mario Götze representa un caso único en el panorama futbolístico contemporáneo. Debutó con el Borussia Dortmund con apenas 17 años y ya a los 18 recibía su primera convocatoria con la absoluta alemana. Su talento precoz le convirtió en uno de los futbolistas más prometedores de su generación, con un futuro que parecía estar escrito en letras de oro.

Sin embargo, la trayectoria del mediapunta sufrió un brusco desvío cuando el Bayern Munich le diagnosticó una grave miopatía muscular durante su etapa en el club bávaro (2013-2016). Esta dolencia, que afecta directamente al metabolismo, le provocaba inflamación crónica, dolores intensos, fatiga extrema y dificultades incluso para mantener el ritmo de competición. Los síntomas fueron tan severos que llegaron a generar problemas de sobrepeso, alejándole de su forma física óptima.

La enfermedad le obligó a abandonar la selección alemana en 2017, justo cuando parecía estar en su mejor momento. Tras su regreso al Dortmund (2016-2020) y una experiencia en el PSV Eindhoven (2020-2022), Götze encontró en el Eintracht Frankfurt un lugar donde continuar disfrutando del fútbol, lejos de las exigencias de élite que marcaban sus inicios. Aunque nunca volvió a alcanzar el nivel que le convirtió en campeón del mundo, su calidad técnica sigue siendo evidente cada vez que pisa el césped.

La charla que cambió la historia

El contexto de la final de Brasil 2014 no podía ser más tenso. Con el marcador en blanco tras 88 minutos de juego, el seleccionador Joachim Löw consultó con su segundo de a bordo, Hansi Flick, sobre el cambio que podría desequilibrar la balanza. La decisión fue arriesgada: retirar a Miroslav Klose, máximo goleador histórico de los mundiales, para dar entrada a Götze como falso nueve.

Fue el propio Flick quien se encargó de transmitir las instrucciones tácticas al joven mediapunta. Con una pizarra en mano, el entonces ayudante dibujó los movimientos que esperaba del futbolista, los espacios que debía atacar y las combinaciones que debía buscar. La conversación, que apenas duró unos minutos, se convirtió en una de las más fructíferas de la historia reciente del fútbol alemán.

Lo que sucedió a continuación forma parte del folclore futbolístico. En el minuto 113 de la prórroga, André Schürrle puso un centro medido desde la izquierda que Götze controló con el pecho, ajustando el balón con la perfección de un artesano. Sin dejar caer el esférico, el mediapunta giró sobre sí mismo y, con la zurda, envió un disparo cruzado imposible para Sergio Romero. El balón besó la red y con él, Alemania conquistaba su cuarto título mundial, el primero como nación unificada.

Un reencuentro cargado de simbolismo

La vida dio una vuelta completa cuando Hansi Flick fue nombrado seleccionador nacional en 2021. Uno de sus primeras decisiones fue convocar de nuevo a Götze, reconociendo su esfuerzo por superar la enfermedad y su contribución al fútbol alemán. El mediapunta disputó el Mundial de Qatar 2022 bajo las órdenes del mismo hombre que le dibujó aquella jugada en la pizarra del Maracaná.

Ahora, el escenario es diferente pero el simbolismo permanece. Flick, tras su experiencia en el banquillo del Barça, se enfrenta a Götze en competición oficial. El técnico alemán nunca ha ocultado su admiración por el futbolista, y cada vez que habla de aquella noche en Río destaca la importancia de la confianza depositada en un joven que respondió con un gol que valió un mundial.

Para Götze, cada partido contra un equipo de élite es una oportunidad para demostrar que su carrera no está definida únicamente por aquel gol. Su lucha contra la miopatía muscular le ha convertido en un ejemplo de resiliencia, en un futbolista que disfruta cada minuto en el campo consciente de lo que le costó llegar hasta allí.

Más allá del resultado

El valor de este reencuentro trasciende el marcador final. Representa la conexión entre dos generaciones del fútbol alemán, entre un técnico que entendió el potencial de un jugador en el momento justo y un futbolista que supo convertir una consigna táctica en historia.

El fútbol moderno, obsesionado con los datos y el rendimiento inmediato, a menudo olvida estas historias humanas que le dan sentido al deporte. La relación entre Flick y Götze es un recordatorio de que detrás de cada decisión táctica hay una conversación, detrás de cada gol hay una confianza depositada y detrás de cada carrera hay una lucha personal.

Cuando ambos se vean las caras este martes, lo que estará en juego no será solo una victoria para sus respectivos equipos, sino la celebración de un legado compartido. Un legado que comenzó con una pizarra, unas cuantas palabras y un sueño que se materializó en el minuto 113 de una final mundialista.

Referencias

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