El Inter de Milán logró una importante victoria en su visita al estadio de la Atalanta, imponiéndose por la mínima en un duelo que mantuvo en vilo a los espectadores hasta el pitido final. El tanto de Lautaro Martínez en el minuto 65 resultó decisivo para desnivelar un encuentro que, durante muchos tramos, parecía destinado al empate.
El contexto previo al partido ya presagiaba un duelo de alto voltaje. Ambos equipos llegaban en buena forma, con aspiraciones europeas claras. El Inter, líder en la lucha por el Scudetto, no podía permitirse un tropiezo en un campo tan complicado como el de Bérgamo. La Atalanta, por su parte, buscaba afianzarse en puestos de Champions League, sabiendo que cada punto es vital en una liga tan competitiva como la italiana.
Desde el inicio, ambos equipos mostraron sus intenciones claras. La Atalanta, conocida por su estilo ofensivo y presión adelantada, buscó sorprender a la defensa interista con rápidas transiciones. Por su parte, el Inter de Milán, bajo la batuta de Simone Inzaghi, demostró la solidez que le ha convertido en uno de los favoritos al título italiano. El sistema de tres centrales del Inter funcionó a la perfección, permitiendo a los laterales subir en apoyo al ataque sin dejar espacios atrás.
La primera mitad transcurrió sin goles pero no sin emoción. Los locales tuvieron aproximaciones peligrosas, especialmente a través de Charles De Ketelaere y Éderson, quienes probaron suerte desde la frontal del área. En el minuto 69, precisamente, Éderson ejecutó un potente remate con la derecha desde fuera del área que obligó a Yann Sommer a lucirse bajo palos. Sin embargo, la zaga nerazzurra, liderada por Alessandro Bastoni y Manuel Akanji, se mostró bien organizada y cerró los espacios con eficacia. La comunicación entre la línea defensiva y el mediocampo fue excelente, frustrando los intentos locales.
El Inter también generó ocasiones. Marcus Thuram fue una constante amenaza con su velocidad y desmarques, mientras que Piotr Zielinski controló el ritmo del juego desde el centro del campo. Nicolò Barella también tuvo un papel protagonista, recuperando balones y distribuyendo con criterio. En el minuto 63, una falta sobre Federico Dimarco en la banda izquierda casi genera peligro, pero la defensa local despejó con seguridad. A pesar de las oportunidades, el marcador no se movió antes del descanso, reflejando el equilibrio táctico que imperaba en el terreno de juego.
La segunda parte comenzó con el mismo guion. La Atalanta salió con ímpetu, consciente de la necesidad de hacer valer su condición de local. Kamaldeen Sulemana, una de las incorporaciones más destacadas, creó peligro por las bandas, aunque en ocasiones incurrió en precipitación, lo que le costó una tarjeta amarilla por una entrada temeraria sobre Yann Bisseck en el minuto 80. Precisamente, en esa jugada, Sulemana cometió falta sobre el defensa suizo, mostrando su lado más impulsivo.
El momento decisivo llegó en el minuto 65. Una jugada colectiva del Inter culminó con Francesco Pio Esposito, que acababa de entrar por Thuram, asistiendo magistralmente a Lautaro Martínez, quien con un preciso remate con la izquierda batió la portería defendida por el guardameta local. El gol desató la euforia en el banquillo visitante y dejó a la Atalanta con la obligación de reaccionar. La jugada nació de una pérdida de balón en mediocampo, rápidamente aprovechada por los visitantes para lanzar un contragolpe letal.
El técnico de los bergamaschi, Gian Piero Gasperini, movió fichas de inmediato. Introdujo a Lazar Samardzic y Lorenzo Bernasconi para refrescar la creatividad y el ataque. Samardzic, en particular, tuvo una clara ocasión en el 87, pero su remate se marchó por la izquierda del poste, desaprovechando una excelente asistencia de De Ketelaere. En el 75, también había entrado Sead Kolasinac para reforzar la defensa, pero el equipo no logró encontrar el equilibrio perfecto entre ataque y contención.
El Inter, por su parte, gestionó la ventaja con experiencia. Inzaghi reforzó el centro del campo con la entrada de Davide Frattesi y Henrikh Mkhitaryan, mientras que Carlos Augusto aportó frescura en la banda izquierda. La defensa se replegó con orden, concediendo espacios pero sin permitir ocasiones claras. En el 84, Andy Diouf sustituyó a Lautaro para dar más consistencia defensiva.
Los últimos minutos fueron de intensidad extrema. La Atalanta se volcó en busca del empate, generando varios córners consecutivos. En el 89, un centro desde la esquina provocó el despeje de Manuel Akanji, mientras que en el 90+2, otro saque de esquina no encontró rematador. En el 90+4, un último córner para los locales fue despejado por la defensa interista, que se mostró infranqueable en los momentos decisivos.
La tensión también se tradujo en acciones disciplinarias. Alessandro Bastoni vio la tarjeta amarilla en el 77 por una dura entrada sobre Charles De Ketelaere, y Kamaldeen Sulemana fue amonestado por juego peligroso. El árbitro añadió cinco minutos de descuento, que se convirtieron en una agonía para los locales y una gestión de tiempo para los visitantes. En el 90+1, una falta de Francesco Pio Esposito sobre Éderson generó tensión, pero el colegiado controló bien la situación.
En el último suspiro, la Atalanta tuvo una última oportunidad desde un córner en el 90+4, pero la defensa del Inter, bien plantada, despejó el peligro. El pitido final confirmó la victoria nerazzurra, un triunfo que sabe a oro en la lucha por el Scudetto. Los jugadores del Inter celebraron efusivamente, conscientes de la importancia de este triunfo en un escenario tan difícil.
Con este resultado, el Inter de Milán consolida su posición entre los primeros puestos, demostrando una vez más su capacidad para ganar en campos complicados. La figura de Lautaro Martínez vuelve a ser decisiva, reafirmando su condición de líder y máximo goleador del equipo. El capitán argentino ha anotado en los momentos más importantes, consolidándose como el referente ofensivo del conjunto milanés.
Por su parte, la Atalanta se queda con la sensación de haber perdido una oportunidad de oro en casa. A pesar de su buen juego y las ocasiones generadas, la falta de puntería y la eficacia del rival en la única ocasión clara que tuvo marcaron la diferencia. Gasperini tendrá que trabajar la definición, ya que su equipo mereció más en este encuentro.
El campeonato italiano continúa su apasionante curso, y encuentros como este demuestran que la Serie A mantiene su nivel competitivo. El Inter demostró ser un equipo maduro, capaz de sufrir y sacar adelante partidos complicados, cualidad indispensable para aspirar a los títulos más importantes. La regularidad del conjunto milanés, combinada con la capacidad goleadora de Lautaro, los convierte en serios candidatos a levantar el título al final de la temporada.