David Cantero: el nuevo rostro del triatlón español

Con 22 años y una remontada épica en Wollongong, el valenciano promete reescribir la historia del triatlón nacional.

En un deporte donde la resistencia, la estrategia y la mentalidad son tan importantes como la fuerza física, David Cantero ha dado un paso adelante que muchos ya ven como el comienzo de una nueva era para el triatlón español. Con apenas 22 años, este joven de Aldaia (Valencia) logró un segundo puesto en la gran final de las Series Mundiales en Wollongong, Australia, tras una remontada que dejó a todos con la boca abierta. Y lo hizo con una filosofía clara: no quiere ser el nuevo Gómez-Noya ni el nuevo Mola, quiere ser él mismo.

La carrera en Australia fue un espectáculo de voluntad. Al salir del agua, Cantero estaba a 33 segundos del líder. En la bicicleta, la distancia se amplió hasta casi un minuto. Pero en la carrera a pie, todo cambió. Con una explosión de energía y una técnica impecable, el valenciano devoró metros, superó rivales y cruzó la meta en segunda posición. Una hazaña que no sólo le valió el podio, sino que también reavivó la ilusión de un país que, tras años de dominio mundial con figuras como Javier Gómez-Noya, Mario Mola y Fernando Alarza, había visto cómo su presencia en los puestos de honor se diluía.

"De niño los veía ganar y lo normalizaba. Pensaba que los españoles siempre iban a estar en lo más alto. Pero con el tiempo entendí que eso fue algo único, casi mágico", confiesa Cantero en una conversación telefónica desde Sudamérica, donde cierra la temporada con tres Copas del Mundo. Su admiración por aquellos atletas es evidente, pero también su conciencia de que su camino será diferente. "Lo que hicieron fue una barbaridad. Ahora, incluso un décimo puesto en una Serie Mundial es un logro enorme. Nos malacostumbraron a ganar, y eso es difícil de superar. Pero yo no quiero repetir lo que hicieron, quiero construir mi propia historia."

Y es que, a diferencia de muchos de sus predecesores, Cantero no llegó al triatlón desde otra disciplina. Es un triatleta puro. Nunca soñó con ser futbolista —de hecho, reconoce que se le daba mal— y empezó en este deporte a los nueve años. A los 12 ya entrenaba en un club de Cheste, con una formación integral que le permitió desarrollar las tres disciplinas desde cero. Su talento en la carrera a pie, sin embargo, le abrió otras puertas. En su etapa júnior, compaginó el triatlón con el atletismo, llegando a ser subcampeón de Europa sub-20 en 5.000 metros y participando en el Europeo de cross con la selección española.

En 2024, su dominio en la pista se confirmó con un subcampeonato nacional en 10K en Bilbao, por detrás de Jesús Ramos y por delante de especialistas como Carlos Martín y Javi Guerra. Además, batió el récord nacional sub-23 con un tiempo de 28 minutos y 24 segundos. Pero, a pesar de esos logros, Cantero supo reconocer sus límites. "Si crees que es una barbaridad, el mejor del mundo me mete dos minutos en esa distancia. Por mucho que entrenara, mi cuerpo no daría para eso. En atletismo jamás haría un top cinco en un campeonato del mundo como he hecho este año en triatlón. O ganar una medalla en unos Juegos...", reflexiona con madurez.

Su pareja, Lucía Rodríguez, es atleta profesional, lo que le da una perspectiva única sobre las exigencias de cada disciplina. Esa cercanía con el mundo del atletismo le ha ayudado a entender que, aunque la carrera a pie es su punto fuerte, el triatlón es un deporte de equilibrio. Y en ese equilibrio, él ha encontrado su lugar.

La temporada 2024 ha sido clave para Cantero. No sólo por su segundo puesto en Wollongong, sino por su consistencia: terminó quinto en el Mundial y nunca salió del Top 10 en ninguna carrera de las Series Mundiales. Esa regularidad es un sello de profesionalismo y madurez que, en un deporte tan exigente, no es fácil de alcanzar a su edad.

Ahora, con el futuro por delante, Cantero mira hacia los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028 con una mezcla de ambición y realismo. "No quiero presionarme. Sé que tengo potencial, pero también sé que hay mucho por mejorar. Mi objetivo no es ser el mejor del mundo mañana, sino ser mejor cada día."

Su historia es un ejemplo de cómo la pasión, la constancia y la autenticidad pueden abrir puertas en un deporte tan competitivo. Y aunque muchos lo comparan con los grandes del pasado, él prefiere mirar hacia adelante. David Cantero no quiere ser el nuevo nadie. Quiere ser el primero en su propia historia.

Referencias