Este miércoles lluvioso ha sido testigo de una nueva cita clave para el futuro del Valencia CF. La Feria de Valencia ha acogido la Junta General de Accionistas del club che, una reunión que ha comenzado a las diez de la mañana con el ambiente tenso que caracteriza los últimos meses de la entidad. La asamblea ha estado marcada por dos factores principales: la delicada situación deportiva que atraviesa el primer equipo, sumido en una crisis de resultados que le aleja de los puestos europeos, y las persistentes dudas económicas que rodean a la gestión de Meriton Holdings, el grupo propietario del club que ha generado controversia desde su llegada.
Desde el primer momento, el tono de la convocatoria quedó claro. El presidente del Valencia CF, Kiat Lim, ha recibido un recibimiento hostil por parte de numerosos accionistas presentes en la sala. La tensión era palpable, reflejando el descontento generalizado con la gestión del club en los últimos años, especialmente tras las últimas derrotas en LaLiga. Los gritos y las críticas no se hicieron esperar, cuestionando la falta de resultados deportivos y la gestión económica de la entidad. Sin embargo, el máximo mandatario del conjunto valencianista no se ha amilanado y ha mantenido su discurso de transformación y optimismo de cara al futuro, demostrando una determinación inquebrantable pese al clima adverso.
En su intervención inicial, Lim ha retomado el mensaje que ya ha hecho habitual en sus comparecencias públicas: el Valencia CF atraviesa un periodo de transformación que requiere paciencia y apoyo de toda la familia valencianista. El hijo del propietario mayoritario, Peter Lim, ha agradecido expresamente la "lealtad y el apoyo" de los aficionados, aunque reconociendo que los resultados deportivos no acompañan las expectativas creadas. Esta honestidad sobre la situación actual contrasta con el tono optimista que ha querido proyectar sobre el futuro inmediato del club, generando cierta incredulidad entre los asistentes.
Sobre el terreno de juego, el presidente ha sido tajante al definir el objetivo del club: volver a competir en Europa. A pesar de la actual posición en la tabla de LaLiga, que no refleja las aspiraciones de una entidad de esta magnitud, Lim ha mostrado confianza en el proyecto deportivo: "Creo que vamos por el buen camino", ha declarado. Este optimismo se traduce en el respaldo absoluto al entrenador Carlos Corberán, cuyo trabajo ha sido elogiado por el directivo. El mandatario ha reiterado su compromiso con la plantilla y el cuerpo técnico, pidiendo a la afición que les apoye incondicionalmente en este momento de reconstrucción, lejos de las críticas destructivas.
Uno de los puntos más destacados del discurso ha sido la mención al Nou Mestalla. Kiat Lim ha mostrado un orgullo evidente al anunciar que el nuevo estadio del Valencia CF avanza según los plazos previstos y con la forma ya definida. "En el verano de 2027 estará activo", ha confirmado el presidente, marcando una fecha concreta para la inauguración de la infraestructura. Lim ha calificado este proyecto como un activo estratégico y un motor económico que no solo beneficiará al club, sino que atraerá inversiones a toda la región valenciana, convirtiéndose en un referente de modernidad y sostenibilidad.
La financiación de esta ambiciosa obra ha sido otro de los ejes centrales de su intervención. El acuerdo alcanzado con Goldman Sachs ha sido presentado como una prueba de la confianza que el Valencia CF despierta en el mercado financiero internacional. Según el presidente, esta operación permite construir el nuevo estadio sin comprometer la estabilidad económica del club, un aspecto que ha generado numerosas críticas en el pasado. Lim ha aprovechado para solicitar el apoyo tanto de los accionistas como de los abonados a este proyecto que considera vital para el futuro de la entidad.
El Consejo de Administración presente en la asamblea ha estado compuesto por varios rostros conocidos del día a día del club. Junto a Kiat Lim han estado Ron Gourlay, consejero delegado; Javier Solís, consejero; Kim Huat Koh, Raymond Cheah y Ong Pang Liang, todos ellos miembros del consejo vinculados a Meriton Holdings. También han asistido Ana Julia Roselló y Germán Cabrera, representantes de otros accionistas. La presencia de Lim en persona ha sido interpretada como una señal de su implicación, aunque muchos accionistas cuestionan su verdadero compromiso con el club que preside desde la distancia.
La asamblea ha comenzado con un minuto de silencio en memoria de los aficionados fallecidos durante el año 2025, un gesto protocolario que contrasta con el clima de confrontación que ha predominado en el resto de la reunión. Los críticos con la gestión no han dudado en expresar su malestar desde los primeros minutos, cuestionando tanto la estrategia deportiva como las decisiones económicas tomadas en los últimos ejercicios.
A pesar de las críticas, el mensaje de Kiat Lim ha sido claro y contundente: el proyecto del Valencia CF es sólido y tiene un horizonte temporal definido. La combinación de estabilidad económica, apoyo al entrenador y una infraestructura moderna como el Nou Mestalla configuran, según su visión, el camino para retornar a los éxitos deportivos y económicos. "Es un momento histórico, pido que nos apoyéis, a nosotros y a los jugadores", ha concluido el presidente, haciendo un llamamiento directo a la unión de toda la familia valencianista.
La incertidumbre, sin embargo, sigue presente. Los accionistas han mostrado sus dudas sobre la capacidad de Meriton Holdings para liderar esta transformación, mientras que la afición espera resultados inmediatos en el terreno de juego. La Junta ha servido para constatar la brecha que sigue existiendo entre la dirección del club y parte de su base social, aunque también ha dejado ver un plan estructurado que, según sus impulsores, debería culminar con el Valencia CF consolidado como un referente tanto deportiva como económicamente.