Tras la derrota en el último minuto ante el Celta de Vigo, Julián Calero no ocultó su frustración, pero tampoco su orgullo por el rendimiento de su equipo. El técnico madrileño, en rueda de prensa, aseguró que el resultado no reflejó lo ocurrido sobre el campo, especialmente tras jugar gran parte del partido con un hombre menos. "Vimos la posibilidad de ganar los tres puntos hasta el final", afirmó, destacando la actitud de sus jugadores ante la adversidad.
La expulsión, el penalti y el gol en el 91’ fueron los golpes que definieron el partido, pero Calero subrayó que su equipo no se derrumbó. "Han sido muchas cosas que han venido al revés", reconoció, pero añadió que la reacción en la segunda parte fue digna de elogio. "La segunda parte del equipo ha sido para estar muy orgullosos. No hay que tener ninguna duda del compromiso de los chicos", enfatizó.
A pesar de la derrota, el entrenador mantiene la calma y pide ajustes, no cambios radicales. "Debemos mejorar muchas cosas en defensa y en otras situaciones del juego", señaló, recordando que el fútbol es un todo y que no se puede aislar un solo aspecto. La clave, según Calero, está en la cohesión y en la mejora continua, no en la desesperación.
Lo que más le preocupa no es el resultado, sino la actitud. "Estaría preocupado si viera dejadez", dijo, y añadió que confía plenamente en el trabajo de sus jugadores. "No voy a dejar que se desanimen. Es una situación difícil, varios equipos estarán apretados con pocos puntos de diferencia, pero no vamos a lamentarnos. Vamos a seguir adelante con la cabeza hacia arriba", aseguró con firmeza.
Calero también hizo una reflexión más profunda sobre la naturaleza del fútbol: "El fútbol es muy inteligente, te acaba poniendo donde te mereces". Aunque hoy la suerte no estuvo de su lado, el técnico cree que el esfuerzo y la constancia darán sus frutos. "Al equipo le va a llegar el premio seguro", afirmó, aunque reconoció que la sensación tras el partido es amarga: "Otra vez hemos perdido compitiendo bien".
Un aspecto que le duele especialmente es el impacto en la afición. El Levante aún no ha logrado una victoria en casa en la temporada, en cinco partidos disputados en el Ciutat de València. "Lamento especialmente la derrota por la afición", dijo, y prometió que no se rendirán: "Vamos a seguir en la línea de intentarlo hasta que lo consigamos".
En resumen, Calero transmite un mensaje de resiliencia, confianza y trabajo continuo. Aunque los resultados no llegan, el equipo no se desmorona. Y en un torneo tan impredecible como LaLiga, eso puede ser la semilla de un cambio de rumbo. La clave, según el técnico, está en no perder la esperanza y seguir peleando, partido a partido, hasta que la suerte y el esfuerzo se alineen.