El Sevilla FC ha conseguido una victoria muy necesaria y contundente ante el Real Oviedo en el Estadio Ramón Sánchez-Pizjuán. Los hombres de García Pimienta superaron con claridad a su rival gracias a los tantos de Mendy y Ejuke, en un encuentro donde la solidez defensiva y el acierto ofensivo volvieron a brillar por partida doble. La contundencia del conjunto hispalense contrastó con la falta de ideas de un Oviedo que nunca encontró su sitio en el terreno de juego.
Desde el pitido inicial, el Sevilla tomó las riendas del partido con una autoridad que reflejó su superioridad en todas las líneas. El control del balón fue absoluto, con una circulación pausada pero efectiva que desgastaba a un rival que apenas podía acercarse con peligro a la portería defendida por Vlachodimos. La presión alta del conjunto andaluz incomodaba la salida de balón oviedista, forzando pérdidas en zonas peligrosas que casi se convertían en ocasiones claras.
La primera mitad dejó entrever las intenciones de ambos equipos. Mientras el Sevilla buscaba el gol con paciencia y criterio, el Oviedo se limitaba a defender con orden pero sin profundidad. Las ocasiones más claras llegaron por medio de Adams, que tuvo dos oportunidades inmejorables para adelantar a su equipo. En la primera, un centro medido desde la banda le permitió rematar de cabeza, pero su intento se marchó por muy poco. En la segunda, tras una internada por el flanco, su disparo cruzado fue repelido por el meta Escandell con una mano providencial que evitó el tanto sevillista.
El descanso llegó sin goles, pero con la sensación de que el tanto local era cuestión de tiempo. El dominio territorial y la calidad individual del Sevilla hacían presagiar un desenlace favorable para los intereses de la entidad nervionense. El técnico local aprovechó para ajustar algunos detalles tácticos, mientras el Oviedo intentaba reorganizarse para plantar cara en la reanudación.
La segunda parte comenzó con el mismo guion. El Sevilla salió decidido a sentenciar el encuentro y no tardó en hacerlo. En una jugada de contragolpe, Adams recibió un pase en profundidad que le dejó completamente solo ante la defensa. Su asistencia perfecta a Mendy permitió al extremo recortar con calidad al portero y batir a Escandell con un disparo raso y colocado. El gol desató la euforia en las gradas y dio tranquilidad a un equipo que necesitaba la victoria como agua de mayo.
El tanto abrió el partido. El Oviedo, obligado a arriesgar, dejó espacios que el Sevilla supo aprovechar. El conjunto asturiano intentó reaccionar con cambios ofensivos, pero la falta de acierto en los metros finales y la seguridad de la zaga sevillista evitaron cualquier sorpresa. Vlachodimos apenas tuvo trabajo, pero cuando lo tuvo, respondió con la solvencia que le caracteriza.
El segundo gol llegó de la mano de Ejuke, uno de los futbolistas más desequilibrantes del equipo. El nigeriano recibió el balón en la banda, encaró a su marcador y comenzó una carrera imparable. Su regateo sucesivo dejó en el camino a varios defensores oviedistas, creando una jugada individual de antología. Tras llegar al área pequeña, definió con un disparo cruzado que superó a Escandell, estableciendo el 2-0 definitivo. La jugada fue un auténtico recital de calidad y determinación que cerró el partido.
Los minutos finales transcurrieron con el Sevilla administrando su ventaja. El técnico realizó cambios para dar descanso a sus titulares y dar minutos a jugadores que necesitaban ritmo. La entrada de Joan Jordán y Sierra refrescó el centro del campo, mientras la salida de Alexis Sánchez y Mendy fue ovacionada por la afición. El control del ritmo del partido fue absoluto, sin que el Oviedo pudiera inquietar el marcador.
Tras el pitido final, las reacciones no se hicieron esperar. Nemanja Gudelj, centrocampista sevillista, destacó la importancia de la victoria: "Viene muy bien esta victoria, llevábamos mucho sin tener una victoria tan cómoda. Nos da una tranquilidad enorme, la portería a cero también es muy importante". El serbio también quiso matizar la situación del equipo: "Ni cuando ganas eres tan bueno ni cuando pierdes eres tan malo. Hay que seguir así, mirando partido a partido". Sobre el rendimiento de Ejuke, no dudó en elogiarle: "Akor es muy fuerte mentalmente, tiene calidad y hoy se ha demostrado el gran jugador que es".
Por parte del Oviedo, Dani Calvo asumió la responsabilidad colectiva: "No hemos estado a la altura del partido. Tenemos que corregir muchas cosas y ponerle ganas". El defensa central reconoció el descontento de la afición: "Conozco a la afición y pedimos perdón por la imagen que hemos dado hoy". El jugador asturiano también miró al futuro inmediato: "Hay que seguir trabajando y corregir errores. El partido contra el Celta es una auténtica final".
El encuentro no finalizó sin incidentes. Al término del mismo, se produjo una bronca entre los jugadores del Oviedo y Ejuke, que generó cierta tensión en el césped. Los asturianos mostraron su frustración por la derrota y algunas acciones del delantero nigeriano durante el duelo. El árbitro tuvo que intervenir para calmar los ánimos y evitar que la situación escalara.
La victoria permite al Sevilla respirar tranquilo y sumar tres puntos vitales en su objetivo de consolidarse en la parte alta de la tabla. La sensación de equipo compacto y con ideas claras es cada vez más evidente, y la afición comienza a creer en el proyecto de García Pimienta. La capacidad de mantener la portería a cero y la efectividad ofensiva son dos pilares fundamentales sobre los que construir el futuro inmediato.
Para el Oviedo, la derrota supone un duro golpe anímico. La imagen ofrecida en el Sánchez-Pizjuán dista mucho de la que desea mostrar el equipo, y la afición asturiana tiene razones para estar preocupada. La falta de creatividad en ataque y la fragilidad defensiva ante los contragolpes son aspectos que el cuerpo técnico debe corregir con urgencia. El próximo compromiso contra el Celta de Vigo se presenta como una final para el conjunto carbayón, que necesita sumar de tres en tres para alejarse de los puestos de peligro.
El fútbol, en ocasiones, es cuestión de estados de ánimo. El Sevilla ha recuperado la confianza con una victoria contundente, mientras el Oviedo debe levantarse rápido de un golpe que puede marcar su temporada. La competición no da tregua, y ambos equipos saben que cada partido es una oportunidad para demostrar su valía. Lo ocurrido en el Sánchez-Pizjuán quedará en el pasado, pero las lecciones aprendidas deben servir para afrontar con garantías los desafíos venideros.