El Racing de Ferrol cerró el año con una victoria invaluable ante el Unionistas de Salamanca por 2-1 en un encuentro vibrante y lleno de alternativas. La necesidad de sumar los tres puntos era máxima para los verdes, que no podían permitirse distanciarse de los puestos de cabeza tras los resultados positivos de otros equipones de la categoría como el Tenerife, el Celta Fortuna o el Castilla. La victoria llegó como un auténtico regalo navideño para la afición ferrolana, que vio cómo su equipo superaba a un rival directo en una batalla táctica intensa.
El duelo presentó claros episodios de dominio alterno, con fases donde el Racing controló el esférico y otras donde los charros se hicieron con el mando del juego. Desde el pitido inicial, los locales mostraron intención de llevar la iniciativa, mientras que el conjunto salmantino optó por una disposición compacta, presionando en campo rival para provocar pérdidas y generar contragolpes peligrosos. Esta pugna táctica definió el ritmo de un primer tiempo sin ocasiones claras al principio, pero que se animó progresivamente.
Los marcajes individuales fueron una constante durante todo el encuentro. El técnico del Unionistas planteó una defensa personalizada que dificultó enormemente la creación de juego del Racing. Jugadores clave como Gorostidi o Juanje se vieron sometidos a una vigilancia constante, lo que entorpecía la fluidez ofensiva de los ferrolanos. No obstante, a medida que avanzaba el cronómetro, el partido ganó en emoción y llegaron las primeras aproximaciones con verdadero peligro.
La primera ocasión destacada llegó en el minuto 17, cuando una transición rápida del Unionistas terminó con Jota encarando el área racinguista. Su disparo fue repelido por Álex Zalaya, que evitó el golpe inicial, pero el rechace cayó a los pies de Hugo de Bustos, quien intentó sorprender con un nuevo disparo que nuevamente desvió el guardameta local, evitando así la desventaja inicial. Esta doble intervención despertó al Racing, que respondió con varias llegadas al área charra.
En el minuto 27, Raúl Dacosta tuvo una oportunidad clarísima para adelantar a su equipo, pero su remate impactó en el cuerpo de Álvaro Giménez y se marchó desviado. Poco después, Álvaro Peña también probó fortuna sin éxito. El encuentro se volvió más abierto, con acciones de ataque para ambos bandos. Pere intentó suerte desde la frontal del área y su lanzamiento rozó el palo derecho de la portería defendida por Unai Marino.
El golpe decisivo llegó en el minuto 36, cuando una jugada colectiva culminó con un centro preciso de Álvaro Ramón desde la banda derecha. El balón viajó hasta el segundo palo, donde apareció Álvaro Giménez para cabecear con contundencia y batir al portero, estableciendo el 1-0 que se mantendría hasta el descanso. Esta ventaja llegaba en el mejor momento para un Racing que necesitaba tranquilidad.
La segunda mitad comenzó con un Unionistas mucho más agresivo. Los visitantes dieron un paso adelante en el campo y comenzaron a generar peligro de forma constante. En una contra rápida, Álvaro Giménez tuvo el segundo tanto para los suyos, pero Unai Marino respondió con una estirada espectacular que evitó la sentencia.
Sin embargo, la imprecisión del Racing con el balón comenzó a pasar factura. Las pérdidas en zona media propiciaron transiciones peligrosas del Unionistas, que cada vez se acercaba con mayor asiduidad al área de Zalaya. La presión visitante encontró premio en una jugada por banda donde Álvaro Gómez puso un centro medido al segundo palo. Allí apareció Hugo de Bustos, que ganó la posición a Migue Leal y empujó el balón al fondo de la red, estableciendo el empate a uno.
Este golpe desestabilizó momentáneamente al Racing, que vivió sus peores minutos del encuentro. El Unionistas olía la sangre y buscó la segunda diana, pero la defensa local se rehízo. En el minuto 65, los ferrolanos tuvieron una ocasión de oro para recuperar la ventaja cuando el árbitro señaló un penalti a favor. Álvaro Giménez se colocó frente al balón, pero su lanzamiento se estrelló en el palo derecho de la portería, manteniendo la igualdad en el luminoso.
El partido parecía encaminarse hacia un empate que sabría a poco para ambos contendientes, pero el destino tenía reservada una última sorpresa. El técnico local decidió refrescar el ataque con la entrada de Pascu, quien apenas necesitó unos minutos para dejar su huella. En una jugada de estrategia, el recién incorporado se encontró con el balón en el área y definió con frialdad para batir a Marino, estableciendo el 2-1 definitivo.
La euforia invadió las gradas del estadio, mientras el Unionistas veía escapar un punto que había costado mucho conseguir. Los últimos minutos fueron de gestión inteligente por parte del Racing, que supo aguantar la ventaja y los embates finales del rival.
Con este triunfo, el Racing de Ferrol alcanza los 30 puntos en la clasificación y se consolida en la segunda plaza, tras el líder Tenerife. La victoria cobra especial relevancia no solo por los puntos conseguidos, sino por la moral que inyecta al vestuario de cara a los compromisos venideros. El equipo demostró carácter y capacidad de sufrimiento, dos cualidades indispensables para un conjunto aspirante al ascenso.
La temporada aún presenta importantes desafíos para los ferrolanos. Antes de que finalice el año, deberán visitar la complicada cancha del Avilés, un rival que siempre presenta dificultades en su feudo. Este próximo compromiso será crucial para mantener el ritmo de los equipos de arriba y cerrar la primera vuelta en las mejores condiciones posibles.
El rendimiento de jugadores como Álvaro Giménez, pese al penalti fallado, sigue siendo fundamental para las aspiraciones del equipo. Su gol en la primera mitad y su constante peligrosidad demuestran su importancia en el esquema ofensivo. Por su parte, la capacidad de respuesta mostrada por el conjunto tras encajar el empate y el penalti errado habla de una madurez competitiva que sorprende gratamente a la parroquia racinguista.
La afición ya sueña con una segunda vuelta igual de positiva, consciente de que cada punto sumado es un paso más hacia el objetivo final. La regularidad ha sido la clave de este equipo, que ha sabido sobreponerse a los contratiempos y mantenerse en los puestos de privilegio desde el inicio de la competición. La victoria ante el Unionistas refuerza esa confianza y demuestra que el Racing puede ganar incluso en sus días menos brillantes.