Arsenal se agarra al liderato con victoria agónica ante Wolves

Los de Arteta sufren pero mantienen el primer puesto con un 2-1 en el Emirates gracias a un gol decisivo de Gabriel Jesús

El Arsenal demostró una vez más por qué se encuentra en lo más alto de la clasificación de la Premier League, aunque esta vez el camino hacia los tres puntos estuvo lleno de obstáculos. En un encuentro vibrante en el Emirates Stadium, el conjunto de Mikel Arteta se impuso por 2-1 al Wolverhampton Wanderers en un desenlace de infarto que mantuvo a los aficionados en vilo hasta el último segundo.

Desde el inicio del compromiso, el guión parecía favorable a los gunners. El dominio territorial y la capacidad de generar ocasiones claras de gol eran evidentes, pero la falta de efectividad mantenía el marcador en un incómodo 1-0. Los visitantes, pese a encontrarse en la zona baja de la tabla, plantearon un duelo físico y tácticamente ordenado que complicó las aspiraciones locales de sentenciar pronto el choque.

El primer tanto llegó de forma fortuita. Tras una jugada a balón parado, el esférico acabó introduciéndose en la portería rival por obra de Mosquera, quien en su afán por despejar terminó desviando el balón a su propia red. Este gol en propia puerta, lejos de desanimar a los wolves, sirvió para activar su instinto competitivo. El técnico Rob Edwards movió piezas en el banquillo buscando revertir la situación.

La reacción del Wolverhampton no se hizo esperar en la segunda mitad. Con la entrada de Fer López y Arias por Hwang y Krejci, el equipo visitante ganó en profundidad por las bandas. La estrategia de centros al área empezó a dar sus frutos cuando Arokodare, uno de los hombres frescos, batió la meta de los londinenses en el tiempo añadido. El gol del empate, anotado prácticamente sobre la bocina, sembró el caos entre la parroquia del Emirates.

Con el empate a uno, el Manchester City comenzaba a olfatear la posibilidad de recortar distancias en la lucha por el liderato. La presión recaía completamente sobre los hombros de Arteta y sus jugadores. Sin embargo, el fútbol premia a quienes mantienen la calma en los momentos de mayor tensión.

Fue entonces cuando apareció la figura de Gabriel Jesús. El delantero brasileño, recién incorporado al terreno de juego en sustitución de Gyökeres, se convirtió en el héroe inesperado del encuentro. En una jugada de contragolpe que parecía controlada por la defensa visitante, Jesús ejecutó un zurdazo preciso que, aunque inicialmente fue atribuido a su cuenta, finalmente se confirmó como otro tanto en propia, esta vez de Johnstone, que no pudo evitar introducir el esférico en su propia portería.

El delirio invadió el Emirates. Los seis minutos de descuento se hicieron eternos para los locales, quienes vieron cómo Agbadou y Mosquera veían tarjeta amarilla por intentar frenar las transiciones rápidas del Arsenal. Incluso el propio Gabriel Jesús tuvo una ocasión para sentenciar, pero su remate careció de la potencia necesaria para batir al guardameta rival.

El encuentro dejó varias enseñanzas tácticas. Por un lado, la capacidad del Arsenal para generar ocasiones a través de Bukayo Saka, cuya presencia en el campo resulta fundamental para el desequilibrio ofensivo. Por otro, la necesidad de los gunners de cerrar los partidos con mayor contundencia, evitando situaciones de sufrimiento innecesarias cuando el rival ya parece entregado.

La gestión de Arteta también merece mención. La decisión de introducir a Gabriel Jesús en los minutos finales demostró ser acertada, no tanto por el gol en sí, sino por la energía y movilidad que aportó el brasileño en un momento en que el equipo necesitaba desesperadamente un revulsivo. La salida de Gyökeres, quien había realizado un gran control previo que casi acaba en gol, fue recibida con aplausos por la grada.

Para el Wolverhampton, el resultado es una dura lección. Pese a la entrega y la capacidad de sobreponerse a un gol en contra, la falta de efectividad en los momentos clave y los errores defensivos en acciones a balón parado les costaron caro. La propia puerta de Mosquera y Johnstone resultó decisiva en un encuentro donde, por méritos propios, podrían haber sumado al menos un punto.

La Premier League vuelve a demostrar por qué es considerada la competición más emocionante del mundo. Cada jornada ofrece historias de superación, drama y giros inesperados. En esta ocasión, el Arsenal se llevó el botín, pero el Wolves se fue con la dignidad intacta y la certeza de que, si mantienen este nivel, la salvación está a su alcance.

La clasificación ahora muestra al Arsenal consolidado en lo más alto, aunque con el City respirándole en el cuello. Cada punto es oro en esta recta final de la temporada, y los errores se pagan caros. El conjunto de Arteta sabe que debe mejorar en la gestión de los tiempos y en la efectividad de cara a puerta si quiere mantenerse en la posición de privilegio que tanto esfuerzo le ha costado conseguir.

El calendario no da tregua y la próxima jornada ya asoma en el horizonte. Los gunners deberán recuperar fuerzas físicas y mentales para afrontar el próximo desafío, mientras que el Wolves tendrá la oportunidad de revertir esta sensación de frustración en su próximo compromiso. El fútbol, al final, es cuestión de estados de ánimo y momentos, y este sábado en el Emirates, el momento fue del Arsenal.

Referencias

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