Marruecos ha desvelado su convocatoria definitiva para la próxima Copa África, y la nómina de la nación anfitriona revela una formidable mezcla de talento local y estrellas radicadas en Europa. El seleccionador Walid Regragui ha escogido 26 jugadores que cargarán con las esperanzas de toda una nación cuando el torneo arranque el 21 de diciembre, con la final prevista para el 18 de enero.
El aspecto más llamativo de esta lista es la significativa representación del fútbol español. Cinco futbolistas que desarrollan su carrera en LaLiga EA Sports han merecido un lugar en los planes de Regragui, subrayando los fuertes vínculos históricos y deportivos entre Marruecos y España. Al frente de este contingente ibérico está Brahim Díaz, el mediapunta del Real Madrid cuyo talento creativo y excelencia técnica lo han convertido en un pilar fundamental de la selección nacional. Desde el club andaluz del Betis le acompañan dos figuras clave: Ez Abde, el extremo dinámico conocido por su ritmo explosivo y capacidad de regate, y Sofyan Amrabat, el mediocentro combativo que se ha erigido en una presencia indispensable en el centro del campo.
La representación de LaLiga se completa con Azzedine Ounahi del Girona, cuya elegante dirección del juego en el medio campo ha llamado la atención de numerosos observadores esta temporada, e Ilias Akhomach del Villarreal, un delantero versátil capaz de actuar en todas las posiciones del ataque. Este núcleo con sabor español aporta una experiencia invaluable en una de las competiciones más importantes de Europa y se espera que proporcione la base técnica para la lucha por el título de Marruecos.
Sin embargo, todas las miradas estarán puestas en el capitán y talismán del equipo, Achraf Hakimi. El defensa del París Saint-Germain ha estado de baja desde el 4 de noviembre tras sufrir una lesión en el tobillo durante un duelo de la Champions League contra el Bayern Múnich. La imagen de Hakimi con una bota protectora en la ceremonia del Jugador Africano del Año en Rabat el 19 de noviembre generó preocupación sobre su disponibilidad, pero el lateral derecho ha reanudado los entrenamientos y Regragui mantiene el optimismo respecto a su participación en el partido inaugural contra Comoras.
La importancia de Hakimi para esta selección marroquí no puede ser exagerada. Su reconocimiento como Jugador Africano del Año no hizo más que formalizar su condición de mejor defensor del continente, y sus subidas al ataque, solidez defensiva y cualidades de liderazgo lo hacen irreemplazable. El cuerpo técnico gestionará su recuperación con cuidado, equilibrando la necesidad de tener a su capitán en forma contra el riesgo de agravar la lesión.
Más allá del contingente de LaLiga y Hakimi, Regragui ha reunido una plantilla rica en experiencia europea. Nayef Aguerd, el central del Marsella anteriormente de la Real Sociedad, aporta presencia física y dominio aéreo a la defensa. En ataque, Youssef En-Nesyri lidera la delantera con el pedigree de quien ha anotado goles en la máxima categoría del fútbol español para el Málaga, Leganés y Sevilla antes de su traslado al Fenerbahçe.
El motor del medio campo presenta un impresionante elenco de talentos. Noussair Mazraoui se ha consolidado como un jugador clave para el Manchester United, mientras que Eliesse Ben Seghir continúa su desarrollo en el Bayer Leverkusen. La carga creativa también será compartida por Neil El Aynaoui de la Roma y Bilal El Khannous en el Stuttgart, dos futbolistas capaces de abrir defensas cerradas con su visión y capacidad de pase. Ayoub El Kaabi del Olympiacos ofrece otra opción goleadora, asegurando que Regragui tenga profundidad en la última línea.
Esta riqueza de talento en todas las posiciones explica por qué Marruecos llega al torneo como la gran favorita. Los Leones del Atlas se enfrentarán a Comoras, Malí y Zambia en la fase de grupos, con el partido inaugural contra Comoras el 21 de diciembre destinado a ser una ocasión de celebración para la nación anfitriona. La presencia de cinco jugadores radicados en España añade un intrigante subargumento para los seguidores del fútbol ibérico, mientras que el núcleo europeo del equipo sugiere que están bien equipados para manejar la presión de las expectativas.
No obstante, el anuncio de la convocatoria también reveló una notable ausencia. Hakim Ziyech, el volátil mediapunta ahora en el Raja Casablanca, ha quedado fuera de los 26 definitivos. Su ausencia, ya sea por consideraciones tácticas, forma u otros factores, crea un vacío creativo que otros deben llenar. La relación de Ziyech con la selección ha sido complicada en el pasado, y su última exclusión sin duda generará debate entre los aficionados.
La portería cuenta con Yassine Bounou del Al Hilal como indiscutible titular, con su experiencia y capacidad de paradas proporcionando una sólida última línea de defensa. La unidad defensiva combina juventud y experiencia, con jugadores como Romain Saïss ofreciendo liderazgo junto a talentos emergentes.
En el medio campo, el equilibrio entre contundencia defensiva y creatividad ofensiva parece bien calibrado. Las capacidades de robo de balones de Sofyan Amrabat se complementarán con las habilidades técnicas de Ounahi y el pase progresivo del contingente radicado en Europa. Esta flexibilidad táctica permite a Regragui adaptar su enfoque según el rival.
La línea de ataque presume variedad, con ritmo, potencia y finura representados en las opciones. La verticalidad de Ez Abde, la amenaza aérea de En-Nesyri y la versatilidad de Akhomach ofrecen al entrenador múltiples formas de atacar las defensas contrarias.
Como anfitriones, Marruecos carga con el peso de las expectativas de una nación. Los recuerdos de su histórica carrera hasta las semifinales del Mundial 2022 aún frescos, esta plantilla tiene la calidad para traducir ese impulso en éxito continental. La mezcla de técnicos de LaLiga, atletas de la Premier League y estrategas de la Serie A crea un equipo multifacético capaz de dominar la posesión, presionar alto o jugar a la contra.
La calendarización del torneo, en plena temporada de clubes europeos, significa que algunos jugadores pueden no estar en su máxima forma competitiva, pero la profundidad de calidad en la plantilla debería mitigar esta preocupación. El desafío de Regragui será integrar a los jugadores radicados en España con sus contrapartes de Inglaterra, Italia, Francia y más allá, creando una unidad cohesionada que juegue con el estilo y la pasión por la que se ha hecho conocido el fútbol marroquí.
Con la fase de grupos ofreciendo una introducción relativamente suave contra Comoras, Malí y Zambia, los Leones del Atlas tienen la plataforma perfecta para generar momentum. Las verdaderas pruebas llegarán en las rondas eliminatorias, donde la experiencia de jugadores como Hakimi, Amrabat y Bounou será invaluable.
La convocatoria de Marruecos representa la globalización del fútbol africano, con futbolistas compitiendo al más alto nivel en las principales ligas europeas. Este torneo les ofrece la oportunidad de mostrar ese talento en casa y cimentar su legado como la mejor generación de futbolistas marroquíes. La presencia de cinco jugadores radicados en España añade una dimensión fascinante para los seguidores de LaLiga, mientras que la calidad general sugiere que la nación anfitriona está preparada para una profunda carrera en el torneo.
Al acercarse el 21 de diciembre, toda la atención estará en si Hakimi puede recuperarse por completo y liderar a su equipo como la figura inspiradora que necesitan. Si la estrella del PSG puede recuperar su mejor forma, y el contingente español rinde a su potencial, Marruecos será difícil de detener. Los Leones del Atlas rugen, y África escucha.