Egipto y Arabia Saudita se alían para aspirar al Mundial 2030

El Cairo y Riad preparan una candidatura conjunta para organizar la Copa del Mundo de fútbol, en línea con la nueva tendencia de coanfitrionato

La escena futbolística internacional podría experimentar un cambio significativo en los próximos años. Dos potencias árabes, Egipto y Arabia Saudita, han iniciado conversaciones formales para presentar una propuesta conjunta que les permita convertirse en sedes de la Copa del Mundo de la FIFA 2030. Esta iniciativa refleja la creciente tendencia hacia la coorganización de megaeventos deportivos.

Según publicaciones recientes del portal egipcio Cairo24, las capitales de ambos países ultiman los detalles de una alianza estratégica que les posicionaría como candidatas serias para acoger el torneo más prestigioso del fútbol mundial. La fuente precisa que el anuncio oficial podría producirse en las próximas semanas, marcando un hito en la cooperación deportiva entre ambas naciones.

El papel de Hany Abou Rida

En el centro de esta operación se encuentra Hany Abou Rida, ex presidente de la Federación Egipcia de Fútbol y actual miembro del Comité Ejecutivo tanto de la FIFA como de la Confederación Africana de Fútbol (CAF). Su experiencia y red de contactos lo convierten en la figura clave para articular esta ambiciosa candidatura.

En una entrevista televisiva concedida a finales de agosto, Abou Rida dejó clara la disposición de su país: "Egipto posee la capacidad y el derecho legítimo para organizar un Mundial en un futuro próximo. En los próximos dos años presenciaremos transformaciones importantes en el modelo de adjudicación de competiciones". El directivo enfatizó que la ampliación a 48 selecciones nacionales en la fase final hace inviable que una sola nación asuma toda la carga logística.

"El panorama internacional evoluciona hacia la coorganización. Los estados deben colaborar entre sí, y confiamos en que Egipto desempeñe un papel protagonista en este nuevo escenario", añadió Abou Rida, cuyas palabras han generado expectación en el seno de la comunidad futbolística.

Posicionamiento oficial

El Ministerio de Juventud y Deportes egipcio ha mantenido una postura cautelosa pero optimista. Su portavoz, Mohamed Fawzy, abordó el tema en rueda de prensa sin confirmar de manera tajante los contactos con Riad, aunque tampoco los desmintió. "¿Por qué no habría de producirse una cooperación con Arabia Saudita? Nuestras relaciones son excelentes", manifestó.

Fawzy reconoció que no podía revelar información sobre las negociaciones bilaterales, pero subrayó el potencial del país: "Egipto dispone de las infraestructuras necesarias para albergar una Copa del Mundo, e incluso unos Juegos Olímpicos. Nuestros líderes políticos han demostrado un compromiso firme con el deporte, y el territorio nacional ha sido escenario de múltiples competiciones internacionales de primer nivel".

El propio titular del ministerio, Ashraf Sobhi, ya había adelantado en junio a la prensa local que la aspiración de organizar el Mundial 2030 forma parte de la hoja de ruta deportiva nacional. "Aún no hemos dado el paso definitivo, pero en el período venidero se concretarán los movimientos oficiales en coordinación con la federación de fútbol", declaró entonces.

Experiencia y capacidad demostradas

La confianza de las autoridades egipcias no es infundada. En los últimos años, el país ha demostrado su solvencia como anfitrión de eventos masivos. La Copa Africana de Naciones 2019, la fase de clasificación olímpica para Tokio 2020 y el Mundial de Balonmano Masculino celebrado en enero son ejemplos recientes de su capacidad operativa.

Esta experiencia acumulada, sumada a la inversión en instalaciones deportivas de última generación, posiciona a Egipto como candidato creíble. La nación africana cuenta con estadios modernos, redes de transporte renovadas y una industria hotelera en expansión, elementos críticos para satisfacer los exigentes requisitos de la FIFA.

La tendencia del coanfitrionato

La iniciativa egipcio-saudí se enmarca en una dinámica global. Desde la ampliación del Mundial a 48 participantes, la lógica de un solo país organizador ha quedado obsoleta. La edición de 2026, que celebrarán Estados Unidos, Canadá y México, ya sentó el precedente de una candidatura tripartita.

En este contexto, la alianza entre El Cairo y Riad resulta estratégica. Arabia Saudita, con sus recursos económicos y su ambición de convertirse en potencia deportiva regional, aporta el respaldo financiero. Egipto, con su experiencia en gestión de eventos y su posición geopolítica en el continente africano, ofrece el know-how técnico y la legitimidad continental.

Ashraf Sobhi lo expresó con claridad en sus comparecencias de agosto: "Egipto colaborará con aquellos países que muestren disposición a cooperar. La tendencia actual apunta inequívocamente hacia la coorganización de eventos globales".

Implicaciones geopolíticas

Más allá del terreno deportivo, esta candidatura tiene lecturas políticas. En un momento de reconfiguración de alianzas en Oriente Medio y el norte de África, una presentación conjunta ante la FIFA enviaría un mensaje de unidad y proyección de poder blando. Ambos países buscan diversificar sus economías y mejorar su imagen internacional a través del deporte.

La prensa especializada, incluido el medio británico The Athletic, ha seguido de cerca estos movimientos desde julio, lo que indica el interés que despierta en los mercados futbolísticos occidentales.

El camino hacia 2030

Aunque la FIFA no ha abierto formalmente el proceso de candidaturas para 2030, los preparativos anticipados son comunes en la política deportiva. Las naciones interesadas suelen iniciar contactos y desarrollar sus propuestas con años de antelación para construir consensos y alianzas.

Para Egipto y Arabia Saudita, los próximos meses serán cruciales. Deberán concretar su plan de trabajo, definir la distribución de partidos y establecer el marco de cooperación institucional. La competencia será feroz: candidaturas sudamericanas conmemorativas y la posible opción europea ya empiezan a tomar forma.

Lo que está claro es que el modelo tradicional de organización de Mundiales ha evolucionado. La coorganización ya no es una excepción, sino la norma hacia la que tiende el fútbol moderno. En este nuevo paradigma, la alianza entre El Cairo y Riad podría convertirse en una de las propuestas más sólidas y atractivas para la FIFA.

El mundo del fútbol espera ahora el anuncio formal que, según las fuentes consultadas, llegará en breve. Si se confirma, marcará el inicio de una de las candidaturas más ambiciosas e intrigantes de los últimos tiempos, con el potencial de llevar el máximo evento deportivo por primera vez a dos naciones que representan el corazón del mundo árabe.

Referencias

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