El Anfield vivió una jornada de intensas emociones este sábado durante el compromiso correspondiente a la jornada 16 de la Premier League 2025-26. Lo que pudo haber sido una tarde más de futbol se convirtió en un capítulo memorable para la historia del Liverpool, con dos protagonistas indiscutibles: el joven delantero francés Ekitike, autor de un doblete que decidió el encuentro, y Mohamed Salah, quien potencialmente despidió su etapa como local con el conjunto de Merseyside.
Desde el pitido inicial, el encuentro ante el Brighton & Hove Albion mostró matices de un duelo equilibrado, donde ambos equipos necesitaban sumar de a tres para mantenerse en la pelea por los objetivos trazados a mitad de temporada. Los dirigidos por Jürgen Klopp salieron con un once ofensivo, consciente de que cualquier tropiezo podría comprometer sus aspiraciones en la tabla. Por su parte, el conjunto de Roberto De Zerbi planteó una presión alta que complicó la salida de balón de los locales durante los primeros minutos.
La primera mitad transcurrió sin goles pero no sin emoción. Brighton tuvo la más clara a los 23 minutos con un remate de Van Hecke que obligó a una estirada espectacular de Alisson Becker. El Liverpool respondió con un cabezazo de Núñez que rozó el palo derecho de la meta visitante. El ritmo era vertiginoso, con transiciones constantes y un mediocampo donde la batalla era feroz. La terna arbitral tuvo trabajo extra para controlar las entradas duras, especialmente en la zona central.
Sin embargo, la segunda parte desveló el guion que la afición recordará durante años. A los 58 minutos, una jugada ensayada en el costado izquierdo entre Robertson y Szoboszlai terminó con un centro medido que Ekitike remató de cabeza con autoridad. El francés, que había llegado al club en el verano como una apuesta de futuro, demostró su olfato goleador y la calma que le caracteriza dentro del área. El 1-0 desató la euforia en las gradas, aunque la tranquilidad duraría poco.
El Brighton no se amilanó y buscó el empate con valentía. A los 71 minutos, Estupiñán puso un centro desde la banda izquierda que Mitoma peinó en el primer palo, obligando a Alisson a una nueva intervención de mérito. La presión visitante era constante y el Liverpool necesitaba un golpe de efecto para sentenciar. Ese golpe llegaría de la bota de Ekitike.
A los 82 minutos, tras una recuperación en campo rival de Mac Allister, el balón llegó a los pies del francés en la frontal. Sin dudarlo, Ekitike controló orientándose hacia la portería y ejecutó un disparo cruzado que se coló junto al poste izquierdo del meta Steele. El 2-0 era un reflejo más justo del esfuerzo local, pero sobre todo certificaba la tarde mágica del atacante galo.
El contexto emocional del duelo no podía obviarse. Mohamed Salah, cuyo contrato finaliza en junio de 2026 y cuyo futuro ha sido objeto de especulación constante, saltó al césped en el minuto 68 para despedirse potencialmente de su gente. Cada toque suyo fue ovacionado. Cada carrera por la banda derecha desató aplausos cerrados. El egipcio, máximo goleador histórico del club en Premier League, ha sido el faro durante la última década, y su posible marcha a Arabia Saudita o a otro destino deja un vacío difícil de llenar.
Cuando el árbitro pitó el final, el Anfield entonó el cántico de «You'll Never Walk Alone» con un nudo en la garganta. Salah recorrió el perímetro del campo con sus hijos, agradeciendo el cariño incondicional de una afición que le ha visto crecer, triunfar y convertirse en leyenda. Las lágrimas en sus ojos y el gesto de agradecimiento fueron captados por las cámaras, consolidando lo que muchos temen: este fue su adiós.
Desde el punto de vista táctico, Klopp acertó con la inclusión de Ekitike como falso nueve, permitiéndole moverse entre líneas y explotar los espacios que dejaba la defensa del Brighton. La movilidad del francés contrastó con la referencia estática de Núñez, quien partió desde el banquillo. La versatilidad del sistema 4-3-3 con variantes dinámicas permitió al Liverpool dominar el centro del campo tras el descanso.
Por su parte, el Brighton mostró por qué es uno de los equipos más atractivos de la competición. La salida de balón desde atrás, la vocación ofensiva de sus laterales y la calidad de Mitoma y Enciso en las bandas son señas de identidad. Aunque la derrota les deja con 22 puntos, su proyecto sigue siendo sólido y ambicioso. La línea de juego de De Zerbi garantiza entretenimiento y resultados a largo plazo.
Con este triunfo, el Liverpool alcanza los 34 puntos, consolidándose en la tercera posición a tres unidades del líder, el Manchester City. La regularidad de los reds en estas últimas jornadas es un síntoma de madurez, especialmente en un contexto donde la renovación generacional convive con la despedida de ídolos. La figura emergente de Ekitike ofrece garantías para el futuro, mientras el presente sigue siendo de oro con Salah como estandarte.
El calendario no da tregua. El próximo fin de semana el Liverpool visita el Emirates Stadium para medirse al Arsenal en un duelo directo por la cima. Será otra prueba de fuego para un equipo que busca cerrar la era Klopp con más títulos. Por su parte, el Brighton recibirá al Newcastle en el Falmer Stadium, con la necesidad de reencontrarse con la victoria para no despegarse de los puestos europeos.
La jornada 16 dejará en la memoria de los aficionados el doblete de Ekitike, la posible despedida de Salah y la capacidad del Liverpool para sobreponerse a la presión. En el fútbol moderno, donde las emociones y los resultados van de la mano, el Anfield volvió a demostrar por qué es uno de los templos más especiales del mundo. La leyenda continúa, aunque los protagonistas cambien.