Carlos Alcaraz vivió una noche de emociones encontradas en las ATP Finals de Turín. Tras una intensa batalla contra Taylor Fritz, el español logró remontar y llevarse el triunfo por 6-7 (2), 7-5 y 6-3. Un esfuerzo físico y mental que, en un primer momento, parecía suficiente para asegurar su paso a semifinales. Sin embargo, el destino tenía otros planes.
El triunfo de Alcaraz, combinado con la derrota de Alex de Miñaur ante Lorenzo Musetti, le había colocado en una posición privilegiada: líder del Grupo Jimmy Connors con récord de 2-0. Pero la remontada del italiano, que venció al australiano en tres sets (7-5, 3-6, 7-5) tras salvar bolas de partido, cambió por completo el panorama. Musetti, con su victoria, se mantuvo vivo en la competición y dejó a Alcaraz en una situación incierta.
Ahora, el joven tenista español deberá esperar hasta su próximo partido —frente a Musetti mismo— para definir su destino. Una victoria el jueves le aseguraría no solo el pase a semifinales, sino también el número uno mundial del año, desplazando a Jannik Sinner en la clasificación final. Es un escenario que, aunque aparentemente favorable, no puede darse por sentado.
La tensión en Turín es palpable. Alcaraz, que ya se había enfrentado a Musetti en la primera jornada —venciéndolo en dos sets—, ahora se prepara para un duelo con mayor carga emocional. El italiano, tras su heroica remontada, llega con moral alta y la necesidad de ganar para mantener sus aspiraciones. Para Alcaraz, en cambio, se trata de cerrar la fase de grupos con autoridad y evitar sorpresas.
El contexto añade más presión: si logra el número uno del año, se convertirá en el tenista más joven en lograrlo desde Lleyton Hewitt en 2001. Un hito que, aunque no es el objetivo principal, es un reconocimiento a su consistencia y madurez en la temporada. Además, el triunfo le permitiría evitar enfrentamientos directos con jugadores como Novak Djokovic —ausente este año— o Alexander Zverev, que ya han asegurado su paso a semifinales.
Mientras tanto, el resto del grupo sigue en movimiento. Jannik Sinner y Alexander Zverev, ambos con victorias en la primera jornada, se enfrentarán en un duelo de titanes que podría definir el segundo puesto del grupo. Por otro lado, Ben Shelton y Felix Auger-Aliassime lucharán por mantenerse en la competición, aunque sus opciones son más remotas.
Para Alcaraz, la clave está en mantener la concentración. Su rendimiento en los partidos anteriores ha sido sólido, pero el tenis de élite no perdona errores. La experiencia de Musetti en partidos decisivos, sumada a su reciente victoria, puede convertirlo en un rival peligroso. El español deberá ajustar su estrategia, especialmente en el servicio y en los puntos clave, para evitar sorpresas.
En resumen, aunque Alcaraz ha hecho lo suficiente para estar en una posición ventajosa, aún no puede cantar victoria. La ATP Finals es un torneo impredecible, donde los resultados pueden cambiar en cuestión de minutos. La remontada de Musetti es un recordatorio de que, en este nivel, nada está garantizado. El español deberá demostrar una vez más su capacidad para levantarse en los momentos más difíciles —algo que ya ha hecho en múltiples ocasiones— si quiere cumplir con sus objetivos en Turín.