Osasuna golea al Alavés y cierra 2025 con contundente victoria (3-0)

Los de Alessio Lisci despiden el año con una exhibición en El Sadar, con dos goles de Budimir y uno de Raúl García de Haro

El Estadio El Sadar presenció una gran actuación del Osasuna que se impuso con autoridad al Alavés por un claro 3-0 en el último compromiso del año para ambos conjuntos. Los locales, dirigidos por Alessio Lisci, desplegaron un fútbol efectivo que les permitió despedir 2025 con una victoria contundente, mientras que el conjunto vasco de Coudet se mostró incapaz de contrarrestar el dominio navarro.

El encuentro, correspondiente a la competición doméstica, llegaba con ambos equipos en buena dinámica tras superar la ronda de dieciseisavos de la Copa del Rey. Sin embargo, solo uno de los dos mantuvo esa línea ascendente cuando el balón rodó en el césped de Pamplona.

Primer tiempo de estudio y precaución

Los primeros cuarenta y cinco minutos transcurrieron con un ritmo contenido, donde ambos equipos mostraron respeto mutuo y priorizaron el orden defensivo sobre el ataque desordenado. La posesión del esférico estuvo muy disputada, sin que ninguno lograra imponer su ley de forma clara. Las ocasiones de gol brillaron por su ausencia, y los porteros apenas tuvieron trabajo serio.

El Alavés intentó llevar la iniciativa en algunos tramos, pero se topó con una defensa bien estructurada que neutralizó sus intentonas. Por su parte, el Osasuna buscaba sorprender a la contra, aunque sin la profundidad necesaria para inquietar a la zaga visitante. El único disparo entre los tres palos para cada equipo reflejó la escasez de oportunidades en esta primera mitad.

La primera amonestación llegó en los minutos finales, cuando Víctor Parada vio la cartulina amarilla tras una acción con Rubén García. El técnico del Alavés, Coudet, mostró su disconformidad con algunas decisiones arbitrales, manteniendo una conversación animada con el cuarto árbitro que evidenciaba su frustración.

Con el empate a cero en el marcador y la sensación de que el partido aún no había despertado, ambos conjuntos se retiraron a los vestuarios. El descanso sirvió para que los entrenadores ajustaran sus estrategias y buscaran la tecla que desbloqueara el encuentro.

Segunda mitad: el despertar del Osasuna

La reanudación trajo consigo un guion completamente diferente. El Osasuna salió con otra actitud, más agresivo en la presión y decidido a hacer valer su condición de local. La grada de El Sadar comenzó a animarse, percibiendo que su equipo estaba a punto de desnivelar la contienda.

El primer aviso llegó con una jugada polémica. Aimar Oroz se desplomó dentro del área, pero el colegiado no consideró que existiera infracción penal. El propio futbolista mostró su desacuerdo, aunque sin mayor consecuencia. Minutos después, Sivera se convirtió en protagonista al detener con acierto el primer disparo claro del Osasuna, manteniendo viva la esperanza de su equipo.

El partido entró en su hora con la necesidad de un gol que rompiera la monotonía. Alessio Lisci decidió refrescar su once con un doble cambio: entraron Arguibide y Kike Barja por Rosier y Rubén García. La respuesta de Coudet no se hizo esperar, introduciendo a Aleñá y Carles Vicente en lugar de Calebe y Rebbach.

La volea mágica de Budimir

El momento decisivo llegó cuando el delantero croata recibió un balón en la frontal del área. Sin pensarlo dos veces, Budimir ejecutó una volea impecable que se coló en la escuadra, dejando sin opciones a Sivera. El golazo desató la euforia en las gradas y puso por delante a los locales, merecedores de la ventaja por su mayor insistencia.

El tanto cambió por completo la dinámica del encuentro. El Alavés se vio obligado a abrir líneas y buscar el empate, lo que dejó espacios para que el Osasuna explotara su velocidad en las transiciones.

Polémica y penalti

La tensión se incrementó tras una dura entrada de Lucas Torró que provocó un encontronazo entre jugadores de ambos equipos. El incidente generó malestar en el banquillo visitante y obligó al árbitro a mediar para calmar los ánimos. Torró y Aleñá vieron la tarjeta amarilla por sus acciones.

El partido llegó a su punto culminante cuando el colegiado señaló penalti a favor del Osasuna. Víctor Parada fue señalado por una mano dentro del área, sin que Soto Grado dudara en su decisión. Budimir se encargó de la ejecución desde los once metros y no perdonó, engañando a Sivera y estableciendo el 2-0.

El doblete del delantero croata sentenció prácticamente el encuentro, aunque todavía quedaba tiempo para más. Coudet intentó reaccionar con un nuevo cambio, dando entrada a Mañas por Pablo Ibáñez, pero la dinámica ya era irreversible.

La sentencia final

En los minutos finales, Alessio Lisci aprovechó para dar descanso a sus hombres más importantes. Budimir y Aimar Oroz abandonaron el terreno de juego, recibiendo la ovación del público, mientras entraban Raúl García de Haro y Osambela. El Alavés también movió su banquillo con la entrada de Guridi por Denis Suárez, aunque ya era tarde para cambiar el signo del partido.

En el tiempo añadido, Raúl García de Haro culminó la goleada con el tercer tanto, cerrando el marcador definitivo en el 3-0. La celebración de El Sadar fue total, reconociendo la superioridad de su equipo durante toda la segunda mitad.

Análisis de una victoria merecida

El Osasuna demostró una vez más su fortaleza como local. La capacidad de reacción tras un primer tiempo discreto y el acierto en los momentos clave marcaron la diferencia. Budimir se erigió como figura indiscutible con su doblete, mientras que el equipo mostró una solidez defensiva que apenas concedió ocasiones al rival.

Por su parte, el Alavés pagó caro su falta de puntería y su incapacidad para inquietar a Sergio Herrera, que solo tuvo una intervención de mérito ante Toni Martínez. La derrota deja al conjunto vasco con sensaciones amargas para cerrar el año, mientras que el Osasuna puede mirar al futuro con optimismo.

Con este triunfo, los de Lisci despiden 2025 de la mejor manera posible, consolidados en la zona cómoda de la tabla y con la moral por las nubes de cara a los próximos compromisos. El Sadar volvió a ser un fortín y el equipo respondió a las expectativas de su afición con un fútbol vistoso y efectivo.

El año deportivo termina con sabor navarro en Pamplona, mientras el Alavés deberá trabajar para revertir esta dinámica cuando el calendario se reanude. La contundencia del resultado refleja la realidad de lo visto sobre el césped: un Osasuna superior en todos los aspectos del juego.

Referencias

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