El Real Madrid cerró el año con una victoria de 2-0 ante el Sevilla en el Santiago Bernabéu, en un duelo correspondiente a la jornada 17 de LaLiga. El triunfo, obra de los tantos de Jude Bellingham y Kylian Mbappé -este último desde el punto de penalti-, deja un sabor agridulce en el conjunto blanco, que necesitó de sus estrellas para superar a un rival combativo y que se fue con la sensación de haber sido perjudicado por las decisiones arbitrales.
El encuentro comenzó con un Sevilla muy activo que puso en apuros a los locales durante los primeros quince minutos. El equipo de Matías Almeyda salió con una presión alta que desconcertó al Madrid, generando varias situaciones de peligro en el área defendida por Thibaut Courtois. El portero belga se convirtió en figura clave para evitar el gol visitante, especialmente en una clara ocasión de Isaac Romero que no pudo superar al meta madridista.
La defensa blanca, con el joven Dean Huijsen como titular, mostró titubeos en los instantes iniciales. Una pérdida del central de origen neerlandés casi se convirtió en el primer gol del encuentro, pero el propio Huijsen logró solventar su error. Sin embargo, el verdugo principal del Madrid en la primera mitad fue Juanlu Sánchez, cuyas incursiones por la banda derecha crearon constantes problemas a la zaga local.
La mejor ocasión del Sevilla llegó tras una combinación entre Alexis Sánchez e Isaac Romero, que se quedó solo ante Courtois pero definió con un disparo por encima del travesaño. El Bernabéu, impaciente, comenzó a mostrar su descontento con pitos ante la falta de claridad en el juego de su equipo.
El Madrid despertó gracias a la figura de Rodrygo Goes, quien se erigió como el mejor jugador blanco en la primera parte. El brasileño fue el artífice de la jugada del primer gol, recibiendo una dura entrada de Marcao que el colegiado Alejandro Muñiz Ruiz sancionó con tarjeta amarilla. A partir de esa falta, Rodrygo ejecutó un centro preciso al área que Jude Bellingham conectó con un potente cabezazo, superando a Odysseas Vlachodimos y adelantando a los suyos en el minuto 38.
El inglés, poco participativo hasta ese momento en la construcción del juego, demostró una vez más su condición de jugador diferencial, capaz de resolver con un solo toque. Su remate, impecable en el tiempo y en la colocación, dejó sin opciones al portero heleno.
La polémica se instaló en el césped del Bernabéu justo antes del descanso. Rodrygo, en una acción de juego, introdujo la puntera de su bota en el talón de Marcao. El árbitro no consideró la acción merecedora de sanción, decisión que provocó las airadas protestas del cuerpo técnico sevillista. Almeyda, visiblemente enfadado, recibió la tarjeta roja directa y fue expulsado, primero en el campo y luego de forma definitiva en el túnel de vestuarios.
La segunda mitad comenzó con el Sevilla intentando rehacerse, pero la expulsión de Marcao por doble amarilla -la segunda por una dura entrada sobre Bellingham- complicó aún más su cometido. Los andaluces denunciaron una diferencia de criterio en las decisiones del colegiado, considerando que las faltas de los jugadores blancos no recibían el mismo trato.
Con un hombre más, el Madrid controló el ritmo del encuentro. La sentencia llegó en una jugada individual de Kylian Mbappé, que fue derribado dentro del área. El francés, desde los once metros, no perdonó y estableció el 2-0 definitivo. Con este tanto, Mbappé cerró el año empatando el récord de Cristiano Ronaldo de 59 goles en un año natural, aunque sin superarlo.
El partido dejó varias conclusiones. Por un lado, el Madrid demostró que cuenta con jugadores capaces de resolver en cualquier momento, aunque el juego colectivo sigue sin convencer del todo. Por otro, el Sevilla, pese a la derrota, mostró una cara competitiva que le permite mirar al futuro con optimismo, aunque con el resentimiento de haberse ido con sensación de injusticia.
Courtois, junto a Rodrygo, fueron los más destacados del conjunto blanco. El portero evitó el gol en varias ocasiones clave, mientras que el extremo carioca fue el motor ofensivo del equipo. Bellingham y Mbappé, con sus goles, aportaron la eficacia necesaria para sumar tres puntos vitales.
La victoria da oxígeno a Xabi Alonso, quien cierra el año con una victoria importante, aunque sabe que el rendimiento debe mejorar. El técnico vasco tendrá trabajo por delante para pulir los defectos mostrados, especialmente en las salidas de balón y la coordinación defensiva.
El Sevilla, por su parte, se lleva la sensación de haber competido de tú a tú contra el líder, pero también la frustración de las decisiones arbitrales. La expulsión de Almeyda y la doble amarilla a Marcao marcaron un antes y un después en un encuentro que podría haber tenido un guión diferente.
El fútbol, en ocasiones, se decide por detalles. En este caso, la calidad individual del Madrid y las decisiones del colegiado fueron los factores determinantes. El conjunto blanco suma tres puntos más en su camino hacia el título, mientras que el Sevilla debe levantarse y seguir peleando por sus objetivos en la competición doméstica.