El 14 de noviembre marca una fecha especial para el periodismo español. Matías Prats, voz y rostro inseparable de la información televisiva durante más de cinco décadas, celebra su 75 cumpleaños convirtiéndose él mismo en protagonista de la actualidad que tanto ha narrado. Mientras media España ha crecido escuchando su voz en momentos históricos, hoy le toca ocupar el centro del relato.
Una dinastía en los medios de comunicación
La historia de Matías Prats no comienza con él, sino que se remonta a generaciones anteriores. Nacido en Madrid en 1950, heredó el oficio de su padre, Matías Prats Cañete, figura mítica del periodismo deportivo y voz oficial del NO-DO durante décadas. Esta tradición familiar abarca cuatro generaciones, convirtiendo el periodismo en un verdadero legado familiar que su propio hijo, Matías Jr., continúa activamente.
Su madre, Emilia Luque Montejano, falleció en 2022 a los 101 años, dejando atrás una vida plena que presenció la evolución de su hijo hasta convertirse en referente informativo. Prats ha reconocido en varias entrevistas que su infancia transcurrió en un hogar donde la comunicación era el pan de cada día, aunque sus propios inicios académicos no fueron precisamente brillantes.
Los años difíciles en los internados
Durante su juventud, el futuro presentador reconoció abiertamente en Onda Cero ser "un mal estudiante" que no destacaba especialmente en el ámbito académico. Esta circunstancia llevó a sus padres a optar por internados durante los períodos estivales, una experiencia que marcó su carácter pero que también dejó cicatrices emocionales.
En una entrevista para 'La Sexta Noche', Prats desveló detalles desconcertantes sobre uno de estos centros en Málaga, donde el castigo físico formaba parte del día a día. "Te soltaban dos tortas por menos de nada", recordaba con crudeza, admitiendo que aquella etapa le dejó "dos o tres dedos señalados". Estas vivencias, lejos de amilanarle, forjaron una personalidad resiliente que años después demostraría en los platós de televisión.
Formación universitaria y los primeros pasos
A pesar de los tropiezos iniciales, Prats encontró su camino en la Universidad CEU San Pablo, donde cursó simultáneamente Derecho y Periodismo. Esta doble formación le proporcionó una base sólida para enfrentarse a la complejidad de la información política y judicial, ámbitos donde posteriormente se especializaría.
La decisión de seguir los pasos de su progenitor resultó acertada. Con más de 10.000 informativos presentados en 50 años, su trayectoria supera con creces la media de cualquier profesional del sector. Sin embargo, el camino hacia la cima no estuvo exento de momentos de intensa presión que pusieron a prueba su temple.
El 23-F, la prueba de fuego
Si hay un momento que definió la carrera de Matías Prats, fue el 23 de febrero de 1981. Durante el intento de golpe de Estado, el periodista se encontraba en el plató, obligado a narrar en directo las imágenes que llegaban del asalto al Congreso de los Diputados sin poder contrastar la información.
"Mi prueba de fuego fue el 23-F, en el que tuve que comentar el directo con las imágenes que nos llegaban del Congreso. Di paso, posteriormente, a las del momento del asalto. Mi trabajo, lo confieso, no fue de nota", reconoció con humildad en 'Fórmula TV'. Aquella noche, sin embargo, consolidó su reputación como profesional serio y fiable en las situaciones más críticas.
Desde entonces, ha sido el testigo privilegiado de la historia reciente de España, narrando desde atentados terroristas hasta crisis políticas, pasando por momentos de máxima efervescencia social. Su voz se ha convertido en el sónido de fondo de varias generaciones de españoles.
La vida personal, un territorio vedado
A diferencia de su faceta pública, Matías Prats ha mantenido durante décadas un hermetismo casi absoluto sobre su vida privada. En 1984 contrajo matrimonio con Mayte García Chacón, con quien tuvo dos hijos: Matías Jr., que ha seguido la tradición periodística, y Marta, quien optó por la psicología como profesión.
Tras 28 años de matrimonio, la pareja se separó en 2012, un hecho que el comunicador gestionó con la misma discreción que ha caracterizado toda su existencia fuera de las cámaras. Actualmente, comparte su vida con Ruth Uzcue, también periodista, relación que se hizo pública durante la boda de su hijo en 2023.
La llegada de la etapa de abuelo
El año 2023 marcó un hito emocional en la vida de Prats. Su hija Marta le dio su primer nieto, un acontecimiento que el periodista anunció en directo en Radio Marca con visible emoción: "Llevo una horita con todos vosotros, me lo estoy pasando genial. Pero mi misión, mis quehaceres, son estar en la puerta de un hospital donde hace dos horas y media mi hija Marta me ha dado mi primer nieto. ¡A partir de este momento sí es verdad que he sido abuelo!".
Desde entonces, tanto Marta como Matías Jr. han ampliado la familia, colocando a Prats en el papel de abuelo, una faceta que parece disfrutar enormemente y que le ha proporcionado una nueva perspectiva sobre la vida, lejos de los telediarios y las urgencias informativas.
Sin redes sociales ni intención de retirarse
En una era donde los periodistas son presencia obligada en redes sociales, Matías Prats representa una excepción notable. Su ausencia en estas plataformas responde a una filosofía de vida que defiende la privacidad y la distinción entre lo público y lo privado.
Esta postura no implica, sin embargo, una desconexión con su audiencia. Cada noche, millones de personas siguen confiando en su criterio y su experiencia. Y parece que esta relación tiene largo recorrido, ya que el periodista ha dejado claro en múltiples ocasiones que no contempla la jubilación como una opción inmediata.
"En este estadio de tu vida te vuelves un poco más egoísta y quieres hacer lo que te gusta", reflexionaba en 'La Sexta Noche', dejando entrever que su pasión por el oficio sigue intacta después de más de medio siglo. Esta actitud lo convierte en uno de los pocos profesionales de su generación que mantiene una presencia activa y diaria en la televisión.
Un legado en construcción
Los 75 años de Matías Prats representan mucho más que una cifra. Simbolizan la continuidad de una dinastía periodística, la resistencia de un oficio tradicional frente a los cambios tecnológicos y la demostración de que la experiencia y la profesionalidad siguen teniendo valor en un mundo mediatizado por la inmediatez y el ruido.
Mientras otros compañeros de generación han colgado el micrófono, Prats sigue en pie de guerra, con la misma seriedad que le caracteriza y con la mirada puesta tanto en los informativos como en su familia. Su historia demuestra que es posible mantener el equilibrio entre una carrera excepcional y una vida personal plena, sin necesidad de exponer cada detalle al escrutinio público.
En un momento donde el periodismo busca nuevos referentes, Matías Prats sigue siendo un modelo de rigor, constancia y dedicación. Y lo más importante: sin intención de despedirse. Porque para él, cada informativo sigue siendo una oportunidad para demostrar que la experiencia no tiene fecha de caducidad.