La selección de Costa de Marfil ha iniciado con buen pie su participación en la Copa África al imponerse por 1-0 a Mozambique en el partido correspondiente a la primera jornada del grupo. El encuentro, disputado el 24 de diciembre a las 18:30 horas, dejó como gran protagonista a Amad Diallo, cuya influencia en el campo resultó decisiva para desbloquear un choque que se presentaba complicado ante una rival ordenado y combativo.
Desde el inicio del compromiso, Costa de Marfil asumió el rol de favorita lógica ante un conjunto mozambiqueño que llegaba con la intención de cerrar espacios y aprovechar las transiciones rápidas. La posesión y el dominio territorial fueron marfileños, pero la efectividad no acompañaba a los atacantes en los primeros compases del duelo. Los intentos de Wilfried Zaha y Franck Kessié chocaban contra una defensa bien estructurada, mientras que los centros laterales no encontraban rematador.
El primer tiempo transcurrió con Costa de Marfil generando ocasiones de peligro, pero sin la claridad necesaria para batir a la meta rival. Los disparos desde la frontal del área, como el de Vakoun Bayo que se marchó ligeramente desviado, evidenciaban la falta de puntería de los elefantes. Mozambique, por su parte, se defendía con orden y buscaba sorprender mediante contragolpes liderados por Geny Catamo, quien demostró ser la principal referencia ofensiva de su equipo.
La segunda mitad comenzó con el mismo guion. Costa de Marfil seguía insistiendo, pero el gol se resistía. Los cambios realizados por el cuerpo técnico marfileño resultaron fundamentales para desequilibrar la balanza. La entrada de Oumar Diakité y Seko Fofana aportó frescura y dinamismo al centro del campo, permitiendo mayor libertad a las bandas y profundidad en las jugadas de ataque.
Fue precisamente Diallo quien marcó la diferencia. Su visión de juego y capacidad para generar espacios crearon la jugada clave del encuentro. Tras una combinación por la banda izquierda, el extremo generó la asistencia que desembocó en el único tanto del partido. El gol llegó en un momento en que la ansiedad comenzaba a apoderarse de los jugadores marfileños, y sirvió para calmar los nervios y dar tranquilidad a una plantilla que aspiraba a más.
Tras el gol, Mozambique intentó reaccionar con mayor ímpetu ofensivo. Los cambios introducidos por su entrenador, con la entrada de Dominguês y Gildo Lourenço, buscaban dar más peso al ataque, pero la defensa marfileña, liderada por Odilon Kossounou e Ibrahim Sangaré, mantuvo la solidez necesaria para preservar la ventaja. Las intervenciones de Guéla Doué en la contención resultaron clave para cortar las transiciones rivales.
El partido se volvió físico en los últimos minutos, con numerosas faltas que interrumpían el ritmo del juego. Oumar Diakité vio tarjeta amarilla tras varias infracciones, mientras que Yan Diomande también fue amonestado por una entrada peligrosa. El árbitro añadió cuatro minutos de descuento, tiempo en el que Mozambique lo intentó con desesperación, pero sin fortuna.
La victoria permite a Costa de Marfil sumar sus primeros tres puntos en la fase de grupos y situarse en una posición privilegiada para afrontar los siguientes compromisos. El rendimiento de Diallo no pasó desapercibido, convirtiéndose en el eje ofensivo de su equipo y demostrando por qué es considerado una de las grandes promesas del fútbol africano. Su capacidad para desequilibrar en uno contra uno y su inteligencia táctica fueron determinantes para superar a una defensa que hasta entonces había resistido con éxito.
Por su parte, Mozambique pese a la derrota dejó buenas sensaciones. La organización defensiva y la actitud combativa del conjunto liderado por Stanley Ratifo y Bruno Langa demuestran que pueden ser un rival incómodo para cualquier selección del grupo. La falta de efectividad en la definición fue su principal lastre, pero el trabajo colectivo augura una competición digna en sus próximos encuentros.
El análisis del partido revela que Costa de Marfil debe mejorar su puntería si quiere aspirar a grandes cosas en este torneo. Las ocasiones generadas fueron superiores en número a las aprovechadas, y en fases eliminatorias eso puede resultar letal. La coordinación entre la línea medular y los delanteros necesita ajustes, aunque la calidad individual de sus jugadores permite el optimismo.
La Copa África presenta este año un nivel competitivo elevado, y cada punto es fundamental. Costa de Marfil ha cumplido con el trámite de ganar su primer partido, pero la prueba de fuego llegará en los siguientes duelos del grupo. La confianza ganada con esta victoria, liderada por la figura de Diallo, puede ser el catalizador para una gran actuación en el torneo continental.
La afición marfileña celebra el triunfo y espera que su selección mantenga la regularidad. La presión de ser una de las candidatas es evidente, pero el grupo demostró madurez para gestionar un partido complicado. La experiencia de jugadores como Zaha y Kessié, combinada con la juventud de Diallo y Diakité, crea un equilibrio interesante que puede rendir frutos en las fases decisivas.
En definitiva, Costa de Marfil ha ganado con justicia un encuentro que tuvo controlado desde el pitido inicial, pero que necesitó de la genialidad de su estrella para desnivelar. Mozambique sale reforzado en autoestima pese al resultado adverso, y promete dar guerra en los próximos partidos. La competición africana ya está en marcha, y este duelo ha dejado claro que no habrá rival fácil en la lucha por el título continental.