Manzaneda de Cabrera: 20 vecinos y 140 millones del Gordo

La Asociación de Campaneros de este pequeño pueblo leonés reparte el mayor premio de la Navidad tras años luchando por mantener vivas sus tradiciones

El Sorteo Extraordinario de Navidad ha escrito uno de sus capítulos más sorprendentes en Manzaneda de Cabrera, una diminuta localidad de la provincia de León que apenas cuenta con veinte habitantes censados durante el invierno. La Asociación de Campaneros del pueblo logró distribuir nada menos que 350 décimos del número 79.432, agraciado con el primer premio, convirtiendo a este enclave del municipio de Truchas en uno de los ejemplos más llamativos del reparto del Gordo en toda España.

La entidad, creada hace tan solo tres años, está presidida por Samuel Salgado, quien además ejerce como responsable de la Junta Vecinal. En declaraciones tras conocerse el resultado, Salgado no ocultó su sorpresa y emoción: "Sí, es una campanada". El presidente recordó que Manzaneda atravesó momentos muy difíciles el pasado verano debido a los incendios forestales que asolaron la zona, y que el anuncio del premio llegaba tras haber vivido "con mucha tensión" aquellas semanas de emergencia.

La venta de los décimos se realizó principalmente entre socios, familiares y personas vinculadas al pueblo, muchas de ellas residentes fuera de la provincia. Esta red de contactos permitió que la fortuna se extendiera más allá de los límites geográficos de Manzaneda, alcanzando a antiguos vecinos y descendientes que mantienen vivo el vínculo con sus raíces.

Una de las particularidades más fascinantes de este pueblo es su drástica transformación demográfica según las estaciones. Aunque durante el invierno Manzaneda apenas cuenta con una decena de vecinos jóvenes, en los meses estivales la población se multiplica hasta alcanzar cerca de 400 personas. Este fenómeno, común en muchas zonas rurales del interior peninsular, convierte al pueblo en un lugar prácticamente desierto durante gran parte del año para luego revitalizarse con la llegada de veraneantes.

Muchos de estos visitantes estivales proceden del País Vasco y de Cataluña, territorios donde también se vendieron parte de los décimos premiados. En estas comunidades, varios asociados se reunieron para celebrar el golpe de suerte, demostrando que los lazos que unen a los manzanedanos trascienden fronteras autonómicas.

La Asociación de Campaneros centra su actividad en la recuperación del toque tradicional de campanas y en la organización de las fiestas de agosto, uno de los principales momentos de reencuentro del pueblo. Samuel Salgado destacó la implicación colectiva en los proyectos de la asociación y el valor simbólico del premio para la continuidad del pueblo: "Siempre hay mucha participación y mucha ayuda". En su opinión, la llegada del dinero servirá para "darle un poco de vida" a Manzaneda y reforzar las actividades culturales que mantienen unido al vecindario.

Cada verano, los días 12 y 13 de agosto, el pueblo celebra sus mascaradas, con una veintena de vecinos ataviados con cencerros y vestimentas tradicionales. Esta cita, pensada para que las nuevas generaciones mantengan vivo el legado cultural, representa uno de los eventos más emblemáticos de la localidad y sirve como punto de encuentro para residentes y visitantes.

El presidente de la Junta Vecinal evocó también el recuerdo de los incendios que rodearon la zona el pasado mes de agosto, una experiencia que describió con crudeza: fueron "20 días de cielo rojo y lágrimas". La lluvia de millones del Gordo llega ahora como un contrapunto emocional a aquel episodio, ofreciendo una inyección de esperanza y recursos a una comunidad que ya había demostrado su capacidad de resistencia.

En el plano personal, Salgado juega tres décimos del número premiado, compartidos con familiares, lo que incrementa su satisfacción personal por el éxito colectivo. Además, la asociación comparte número con el club de fútbol de La Bañeza, con el que mantienen relación desde hace años al adquirir la lotería en la misma administración, reforzando así una red de fortuna que ha unido a pueblos y colectivos de la provincia leonesa.

El impacto económico para el pueblo es monumental. Con 350 décimos del primer premio, que reparte 400.000 euros por cada décimo, la cantidad total supera los 140 millones de euros. Esta cifra, repartida entre un número relativamente pequeño de personas, convierte a cada beneficiario en un ganador de consideración, pero lo más importante es el efecto multiplicador que tendrá en la economía local y en la supervivencia de las tradiciones culturales.

La historia de Manzaneda de Cabrera demuestra cómo la combinación de tradición, comunidad y un poco de suerte puede crear un efecto transformador. Después de años luchando contra el despoblamiento y los efectos del cambio climático, representados por los devastadores incendios, el pueblo recibe una oportunidad única para asegurar su futuro. La Asociación de Campaneros, que nació con el objetivo de preservar el patrimonio inmaterial de la localidad, ahora dispone de recursos para consolidar su labor y proyectar Manzaneda como un ejemplo de cómo las comunidades rurales pueden encontrar en su identidad cultural la clave para su supervivencia.

El presidente confía en que este premio no solo beneficiará económicamente a los vecinos, sino que también servirá para atraer la atención sobre el pueblo y sus tradiciones. "Queremos que la gente conozca Manzaneda, que venga a visitarnos, que participe en nuestras fiestas", comentó Salgado, consciente de que el turismo cultural puede ser una vía de desarrollo sostenible para el territorio.

La red de solidaridad que ha demostrado el pueblo, compartiendo la lotería con colectivos como el club de fútbol de La Bañeza, refleja un modelo de cooperación entre territorios que podría replicarse en otras zonas. En lugar de competir, estas comunidades han elegido compartir la fortuna, fortaleciendo lazos que van más allá de lo puramente económico.

Para los vecinos de Manzaneda, el premio representa mucho más que dinero. Es un reconocimiento a su resistencia, a su capacidad de mantener vivas las tradiciones en un contexto de despoblamiento rural, y a su visión de futuro basada en la cultura como motor de desarrollo. Los 140 millones de euros son, en última instancia, una inversión en la memoria colectiva y en la continuidad de un modo de vida que muchos daban por perdido.

La historia de este pequeño pueblo leonés se ha convertido en un símbolo de esperanza para el medio rural español, demostrando que con esfuerzo, comunidad y un poco de suerte, incluso los lugares más pequeños pueden escribir su propio destino. El Gordo de Navidad ha sonado este año con un acento muy particular: el de las campanas de Manzaneda de Cabrera.

Referencias

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