Juan del Val se define de izquierdas y sitúa a Pablo Motos en su misma postura

El colaborador de El Hormiguero asegura que la ideología es una actitud, mientras cuestiona el significado actual del progresismo

En una reciente entrevista concedida al programa Transmite la SER, Juan del Val, reconocido escritor y colaborador habitual de El Hormiguero, ha abierto el debate sobre su posicionamiento político y el del famoso presentador Pablo Motos. Sus palabras han generado controversia al afirmar taxativamente que ambos comparten una ideología de izquierdas, basada en una actitud ante la vida más que en una etiqueta partidista.

Durante la conversación con Juan Carlos Ortega, Del Val expresó con rotundidad: "No soy nada conservador en nada en la vida y por eso me considero de izquierdas como yo creo que lo es Pablo". Esta declaración no solo define su propia postura, sino que además atribuye la misma orientación ideológica al polémico presentador del programa de Antena 3, con el que colabora semanalmente.

La reflexión de Del Val va más allá de la simple adscripción política. Según sus propias palabras, "ser de izquierdas que es como yo me considero es una actitud no es decir soy de izquierdas". Con esta afirmación, el escritor intenta desvincular la ideología de la militancia tradicional, presentándola como una forma de entender el mundo basada en la apertura y la no conservaduría.

Sin embargo, estas declaraciones chocan frontalmente con opiniones previas del propio colaborador. En una entrevista reciente concedida al medio digital El Debate, Del Val manifestó que "lo mejor ahora mismo sería votar al PP", una afirmación que difícilmente puede armonizarse con su autodefinición como persona de izquierdas. Ante esta evidente contradicción, el escritor justificó su postura argumentando que no se trataba de una decisión enteramente racional, sino más bien emocional, relacionada con sus vivencias personales.

El contexto de estas declaraciones no es ajeno a las críticas que tanto Del Val como Motos han vertido contra el actual gobierno de coalición en sus intervenciones en El Hormiguero. Durante la entrevista en la SER, el colaborador señaló que "todos somos un poco víctimas de la simplificación de todos los mensajes", en lo que parece una justificación implícita a las posturas críticas que ambos han mantenido en el programa de máxima audiencia de Antena 3.

La figura de Pablo Motos, sin embargo, arrastra una larga lista de polémicas que complican la imagen de "progresista" que Del Val intenta dibujar. El presentador ha sido objeto de numerosas críticas por comentarios abiertamente machistas y preguntas sexistas a varias de sus entrevistadas, comportamientos que han generado rechazo en amplios sectores de la sociedad.

Entre los incidentes más sonados se encuentra el ocurrido con la actriz Ana de Armas, a la que Motos interrogó con un insinuante "¿Es verdad que te han cogido en el internado porque estás de miedo?", una pregunta que fue calificada como inapropiada y ofensiva. Similar fue el caso de la actriz Elsa Pataky, a quien el presentador cuestionó sobre su ropa interior en plena entrevista, generando un evidente malestar en la intérprete.

Estas actitudes no pasaron desapercibidas para las instituciones. En 2022, el Ministerio de Igualdad incluyó a Motos en uno de sus anuncios institucionales para concienciar sobre el machismo, lo que provocó una respuesta irónica y desafiante del presentador. Motos reaccionó afirmando que "se han gastado más de un millón de euros para llamarme machista", añadiendo con sarcasmo que "se lo llaman a todo el mundo pero a mi me han hecho un anuncio".

El descontento de Motos con el gobierno actual no se limita a estas respuestas irónicas. En el marco de las negociaciones para la investidura con Esquerra Republicana de Catalunya, el presentador llegó a declarar que había sentido "vergüenza de ser español", una frase que generó intensas reacciones tanto en el ámbito político como en las redes sociales.

La situación plantea un interesante debate sobre la naturaleza de las etiquetas ideológicas en el panorama mediático actual. Por un lado, Del Val intenta redefinir el concepto de izquierdas como una actitud vital, desvinculada de las opciones de voto. Por otro, las acciones y palabras de quien defiende como compañero de ideología parecen contradecir esa misma definición.

El escritor también ha cuestionado el uso del término progresista, señalando que "el término progresista está tremendamente pervertido en los últimos años". Esta afirmación sugiere una crítica a la cooptación de conceptos que históricamente han definido al pensamiento de izquierdas, pero que en su opinión han perdido significado original.

La polémica suscitada por estas declaraciones refleja la complejidad de las posiciones públicas en un momento de alta polarización política. Mientras Del Val insiste en que su no conservaduría le hace automáticamente de izquierdas, sus propias recomendaciones electorales y el historial de su compañero de programa generan serias dudas sobre la coherencia de esa afirmación.

El caso pone de manifiesto cómo los personajes públicos, especialmente los vinculados a programas de entretenimiento de masiva audiencia, navegan entre la definición ideológica personal y las exigencias de su papel mediático. La simplificación de los mensajes, que Del Val mismo denuncia, parece ser tanto una causa como una consecuencia de este fenómeno.

En definitiva, las palabras de Juan del Val abren un debate más amplio sobre qué significa realmente ser de izquierdas en la España actual, y si esa definición puede separarse de las opciones de voto y de las actitudes concretas hacia temas como la igualdad de género o el nacionalismo. La contradicción entre la autodefinición ideológica y las prácticas reales sigue siendo, según muchos observadores, el talón de Aquiles de estas declaraciones.

Referencias

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