El pasado 22 de diciembre de 2025, millones de españoles permanecieron pegados a sus televisores y radios para presenciar uno de los momentos más emocionantes del año. Desde el Teatro Real de Madrid, los niños de San Ildefonso fueron entonando los números y premios del Sorteo Extraordinario de la Lotería de Navidad, un evento que, una vez más, volvió a captar la atención de toda la sociedad. La tradición centenaria de este sorteo, que se remonta a 1812, sigue generando la misma ilusión y expectación que en sus orígenes, convirtiéndose en un verdadero acontecimiento social.
Entre los galardones más esperados, además del Gordo, del segundo y del tercer premio, se encuentran los cuartos premios. Estos premios, aunque menos conocidos que los principales, también generan una gran ilusión entre los participantes, y con razón: cada uno reparte una cantidad sustancial que puede cambiar la vida de los agraciados. En total, hay dos cuartos premios, cada uno con el mismo valor, lo que duplica las oportunidades de conseguir una cantidad importante. Esta estructura de múltiples premios es precisamente lo que hace tan especial a la Lotería de Navidad.
En esta edición de 2025, el número 25508 ha sido el protagonista del segundo cuarto premio. Este número ha sido vendido en 24 administraciones de lotería repartidas por todo el territorio nacional, desde la península hasta las islas, pasando por grandes ciudades y pequeños municipios. La distribución geográfica de este premio refleja la amplia red de ventas de la Lotería Nacional, que llega a todos los rincones del país, desde los establecimientos más tradicionales hasta los modernos puntos de venta en centros comerciales.
El premio que corresponde al número 25508 asciende a 200.000 euros por serie, lo que se traduce en 20.000 euros por cada décimo y 1.000 euros por euro jugado. Una cantidad más que considerable que permitirá a los afortunados hacer realidad proyectos, cumplir sueños o simplemente disfrutar de una mejor situación económica. Para muchos, este premio representa la posibilidad de afrontar el año nuevo con tranquilidad y optimismo, pagar deudas, realizar viajes o invertir en su futuro.
Geográficamente, la distribución de este premio ha sido muy diversa. En la provincia de Madrid, por ejemplo, se han registrado hasta cinco ventas diferentes, incluyendo administraciones en la calle Arenal, Boltaña, Carmen y en la estación de transportes de Moncloa. La capital española, como suele ser habitual, concentra una buena parte de los premios menores, gracias a su densidad de población y al elevado número de puntos de venta. La centralidad de Madrid en el sistema de lotería es evidente año tras año.
En Barcelona también han sonado las campanas para los poseedores del 25508, con dos establecimientos agraciados: uno en la Rambla Bisbe Pol de Arenys de Mar y otro en el centro comercial Les Glòries de la capital catalana. La presencia de premios en centros comerciales demuestra la tendencia creciente de estos establecimientos a ofrecer también la venta de décimos, facilitando la compra a los ciudadanos durante sus actividades cotidianas. Esta modernización de los puntos de venta ha hecho que la lotería esté más accesible que nunca.
La costa mediterránea ha tenido su cuota de suerte. Benidorm y Moraira, ambas en la provincia de Alicante, han visto cómo se vendían décimos premiados en sus avenidas principales. La ciudad turística de Benidorm, en concreto, ha recibido la noticia con especial alegría, dado el alto número de residentes y visitantes que participan en el sorteo. La combinación de turismo y tradición navideña hace de esta ciudad un punto neurálgico de la ilusión, donde muchos extranjeros también se suman a la tradición.
Otras comunidades autónomas también se han unido a la lista de afortunados. En Andalucía, las ciudades de Almería, Jaén y Ubrique (Cádiz) han registrado ventas del número ganador. En el norte, Santander y Villarcayo (Burgos) han celebrado la suerte de sus vecinos. La costa cantábrica y la montaña burgalesa se unen así a la tradición navideña de la suerte, demostrando que la fortuna no entiende de latitudes ni climas.
El este peninsular no se ha quedado atrás. Valencia y Manises han repartido alegría entre sus ciudadanos, mientras que en Aragón, la localidad de Sort, famosa precisamente por su nombre asociado a la suerte, ha vuelto a demostrar que su denominación no es casualidad. La ironía de que precisamente en Sort toque un premio de la Lotería de Navidad no pasa desapercibida para nadie, convirtiéndose en una noticia recurrente cada año.
La geografía de la suerte se completa con Orense en Galicia, Málaga en Andalucía, Toledo en Castilla-La Mancha, Madrigal de la Vera en Cáceres, Pedreguer en Alicante, Sant Boi de Llobregat en Barcelona, Arroyo de la Encomienda en Valladolid y La Matanza de Acentejo en Santa Cruz de Tenerife. Esta última administración, situada en las islas Canarias, demuestra que la suerte atraviesa el océano para llegar a todos los rincones del territorio nacional, sin dejar ninguna zona sin su dosis de ilusión.
En total, 15 provincias diferentes han registrado la venta de este número, lo que demuestra la amplia distribución territorial de la suerte en este sorteo. No todos los premios se quedan en las grandes capitales, sino que llegan también a localidades más pequeñas, repartiendo la ilusión por todo el mapa. Esta democratización de la fortuna es precisamente uno de los valores más apreciados de la Lotería de Navidad, que se enorgullece de llegar a todos los rincones del país por igual.
Si eres uno de los afortunados poseedores del número 25508, es importante que conozcas el proceso para cobrar tu premio. Los décimos premiados con el cuarto premio pueden ser cobrados en cualquier administración de lotería, independientemente de donde hayan sido adquiridos. Además, la mayoría de las entidades bancarias también ofrecen este servicio, facilitando el cobro a los agraciados. Es recomendable llamar previamente para confirmar que la entidad disponga de efectivo suficiente.
El plazo para cobrar los premios de la Lotería de Navidad es de 3 meses, contados desde el día siguiente al sorteo, es decir, hasta el 22 de marzo de 2026. Transcurrido este período, los premios no reclamados pasan a engrosar el fondo de beneficiencia del Estado. Es fundamental guardar el décimo en perfecto estado, ya que es el único documento válido para el cobro. Se recomienda hacer una fotocopia o foto como medida de precaución, aunque solo el original tiene validez legal.
Respecto a la fiscalidad, los premios de la Lotería de Navidad están exentos de tributación hasta los 40.000 euros. A partir de esta cantidad, se aplica un impuesto del 20% sobre la parte que exceda de ese límite. En el caso del cuarto premio, cada décimo de 20.000 euros queda por debajo de ese umbral, por lo que el cobro será íntegro, sin retención alguna. Esta exención fiscal hace que el premio sea aún más atractivo para los ganadores, que recibirán la totalidad de la cantidad.
Otro detalle importante que muchos desconocen es que también puedes resultar premiado aunque tu número no coincida exactamente con el 25508. Los premios a las tres últimas cifras también están establecidos para los cuartos premios, por lo que si tu décimo termina en 508, también tendrás derecho a una cantidad, aunque inferior al premio principal. Este sistema de aproximaciones permite que más personas puedan disfrutar de la suerte navideña, ampliando la base de ganadores.
Para cobrar, simplemente debes acudir con tu décimo premiado y tu documento de identidad. Si el premio es superior a 2.000 euros, es recomendable acudir directamente a una entidad bancaria, ya que las administraciones de lotería tienen límites de efectivo. En cualquier caso, el proceso es sencillo y ágil, diseñado para que los agraciados puedan disfrutar de su premio sin complicaciones. Muchas entidades bancarias ofrecen el servicio de cobro inmediato, ingresando el dinero en tu cuenta de forma instantánea.
La Lotería de Navidad es mucho más que un simple sorteo. Es una tradición centenaria que une a españoles de todas las edades y condiciones en una misma ilusión. Los cuartos premios, aunque no tienen la repercusión mediática del Gordo, son fundamentales para mantener viva la esperanza de millones de personas que, año tras año, confían en su número favorito. La emoción de comprobar el décimo, la esperanza durante el sorteo y la alegría de los ganadores forman parte del patrimonio cultural inmaterial de España.
Si has resultado agraciado con el 25508, enhorabuena. Disfruta de tu premio con responsabilidad y que esta Navidad sea especialmente memorable para ti y los tuyos. Y si no ha sido así, recuerda que la suerte es caprichosa y que el próximo año tendrás una nueva oportunidad de escuchar cantar tu número desde el Teatro Real. La ilusión, al fin y al cabo, es el verdadero premio que nos regala esta tradición cada año, independientemente de los resultados.