La cantante y presentadora Leticia Sabater ha vuelto a demostrar su capacidad para congregar masas allá donde actúa, incluso en los rincones más recónditos de la geografía española. Este domingo, la artista catalana puso el broche de oro a una intensa semana de compromisos en Aragón con un espectáculo que ya forma parte de la historia reciente de Singra, una pequeña localidad turolense que apenas supera las 80 personas empadronadas pero que, durante unas horas, acogió a nada menos que 1.000 almas en su pabellón municipal.
El municipio, situado en la provincia de Teruel, se preparó durante días para un evento que superó con creces las expectativas más optimistas. El pabellón, que nunca antes había registrado un lleno absoluto, vio colapsar sus aforos minutos antes de que la artista subiera al escenario. Vecinos de localidades cercanas, curiosos y seguidores incondicionales de la cantante se dieron cita en un encuentro que ha marcado un antes y un después en la vida cultural de esta comunidad rural.
Un concierto que se convirtió en fiesta popular
Desde el primer momento, Leticia Sabater conectó con su público. "Muy buenas noches Singra. Qué maravilla cómo está este pabellón hoy, que se ha llenado por primera vez. Esta noche vamos a darlo todo. Arriba Singra y arriba Aragón", proclamó nada más aparecer bajo los focos. Estas palabras, lejos de ser un mero formalismo, definieron el espíritu de una velada donde la distancia entre artista y público desapareció por completo.
El repertorio, cuidadosamente seleccionado para la ocasión, incluyó los grandes éxitos de la carrera de la barcelonesa, pero también hubo espacio para la improvisación y la interacción directa. Durante la noche, se celebraron dos cumpleaños en el escenario, momentos que la artista aprovechó para crear un ambiente íntimo y familiar pese a las dimensiones del evento. Además, y aprovechando la proximidad de las fechas navideñas, Sabater interpretó su reciente villancico 'La conejita de Papá Noel', una composición que ya empieza a ganar terreno en los ambientes festivos.
La energía desbordante de la intérprete la llevó a extender su actuación más allá de lo programado. "He terminado afónica de lo bien que me lo he pasado. He cantado tres canciones más de las previstas porque la gente pedía más y porque yo estaba muy feliz. Ha sido una maravilla venir a Singra. Es sin duda uno de mis conciertos favoritos de esta gira", confesó tras bajar del escenario, visiblemente emocionada por la acogida recibida.
El alcalde, protagonista inesperado del escenario
Sin embargo, si algo ha dado la vuelta a las redes sociales y ha convertido este evento en noticia ha sido la intervención especial de José Javier Fuertes, alcalde de Singra. El primer edil, conocido por su perfil discreto y alejado de los focos mediáticos, decidió vencer su timidez y subirse al escenario para bailar junto a la artista.
El momento elegido no pudo ser más emblemático: la canción 'Física y Química' del grupo Despistaos sonaba en el pabellón cuando el alcalde se unió a Sabater en una coreografía improvisada que desató la euforia del público. "El alcalde ha estado muy simpático. Estaba contentísimo y me ha dicho que nunca había visto el pabellón así", relató la cantante, destacando la importancia de este gesto para la comunidad.
Esta acción, lejos de ser un mero cameo, simboliza el compromiso de las autoridades locales con la dinamización cultural de los pueblos pequeños. En zonas rurales como el interior de Teruel, donde la despoblación y la falta de oportunidades de ocio son constantes, iniciativas como esta adquieren una dimensión social que trasciende el mero entretenimiento.
Una semana aragonesa inolvidable
El concierto de Singra no fue un hecho aislado, sino el colofón de una semana particularmente intensa para Leticia Sabater en territorio aragonés. Los precedentes ya habían dejado buen sabor de boca: días antes, la artista había protagonizado la cena de Navidad de una empresa a bordo de una limusina que recorría el centro de Zaragoza, una experiencia urbana y exclusiva que contrastaba con el ambiente rural del concierto final.
Entre ambos eventos, Sabater también actuó en las fiestas de Santa Bárbara de María de Huerva, donde su espectáculo se convirtió en el acto más popular de las celebraciones. Esta tripleta de compromisos demuestra la versatilidad de la artista, capaz de adaptarse a contextos tan dispares como una corporación multinacional, una fiesta patronal municipal y un pabellón de pueblo.
El impacto más allá del escenario
Para los habitantes de Singra y comarcas vecinas, el concierto representó mucho más que una noche de música. En un contexto donde la oferta cultural suele limitarse a eventos locales de pequeño formato, la visita de una figura nacional como Leticia Sabater constituye un revulsivo para la cohesión social y un motivo de orgullo colectivo.
"Me parece maravilloso ir a estos pueblos tan pequeñitos y que la gente lo pase tan bien. Estos eventos son muy necesarios porque animan a la gente. Y para mí es un regalo encontrarme con tanto cariño y respeto", reflexionó la artista antes de poner rumbo de vuelta a Barcelona, dejando atrás una localidad que, aunque pequeña en número, ha demostrado una capacidad enorme de acogida y celebración.
La iniciativa también abre debates sobre la necesidad de políticas culturales que apoyen la programación en zonas rurales. Mientras grandes ciudades como Madrid o Barcelona acaparan la mayoría de las giras nacionales, pueblos como Singra demuestran que hay audiencia, ilusión y capacidad organizativa para acoger eventos de calidad. La clave está en la apuesta decidida de ayuntamientos y entidades locales por traer propuestas atractivas que rompan la monotonía y ofrezcan alternativas reales de ocio.
Un modelo a replicar
El éxito del concierto de Leticia Sabater en Singra podría convertirse en un caso de estudio para otras localidades de similar tamaño que luchan contra la despoblación y el aislamiento cultural. La fórmula parece sencilla pero efectiva: apuesta por artistas con tirón popular, implicación de la comunidad y un ambiente festivo que invite a participar.
Para la artista, esta experiencia se suma a una larga trayectoria de acercar su música a todos los públicos, sin distinción de tamaño o ubicación geográfica. Su capacidad para generar conexión genuina con el público, tanto en grandes escenarios como en pabellones municipales, constituye una de las claves de su permanencia en el sector del espectáculo.
El eco de este evento seguramente resonará durante semanas en los bares y casas de Singra y alrededores. Mientras tanto, el pabellón municipal volverá a su ritmo habitual, pero con la certeza de haber vivido una noche que, para muchos, pasará a los anales de la historia local como el día que Leticia Sabater puso a bailar a todo un pueblo.