El quiosquero de Parla que repartió 11 millones en la ONCE

Julián Silvestre, único quiosquero de la localidad, cambia vidas con premios millonarios y confiesa: 'Es gratificante evitar que la gente tenga el agua al cuello'

En un mundo donde los quioscos de prensa parecen pertenecer a otra época, Julián Silvestre ha demostrado que aún pueden ser focos de esperanza y alegría. Este hombre de 48 años, al frente del único quiosco de prensa que queda en Parla, ha repartido nada menos que 11 millones de euros en el sorteo extraordinario del 11/11 de la ONCE. Pero no se quedó ahí: además, vendió 48 cupones premiados con 50.000 euros cada uno, sumando un total de 13,4 millones de euros en premios repartidos en una sola jornada.

La noticia ha conmovido a la comunidad local, y Julián, emocionado, confiesa que no pudo dormir la noche del sorteo. "Fue una alegría inmensa e inexplicable. No sabía que había dado el premio mayor, pero cuando lo supe, abrí champán con mi familia. Me quedé con uno de los premios pequeños, pero aún estoy nervioso", cuenta con una mezcla de orgullo y humildad.

Para Julián, lo más valioso no es el dinero, sino el impacto que tiene en la vida de sus vecinos. "Es muy gratificante dar premios que evitan que la gente tenga el agua al cuello. Parla es una localidad muy humilde y trabajadora, y la suerte ha hecho justicia", asegura. Desde el martes, su quiosco —ubicado frente a la estación de Renfe— se ha convertido en un punto de encuentro de felicitaciones, abrazos y sonrisas. "Llevo todo el día sin parar de hablar con gente que viene a compartir la alegría. Es algo que no se puede comprar", añade.

Aunque el premio mayor no fue para él, Julián sí se quedó con un cupón de 50.000 euros. Sin embargo, su alegría está matizada por la realidad de su situación económica. "Tengo que pagar las deudas que arrastro. Llevar un quiosco como autónomo es muy difícil. No tenemos ayudas, y los costes no paran de subir. A mis 48 años, esto es lo que me queda", reconoce con sinceridad.

La crisis del sector ha sido brutal: en la última década, más de la mitad de los quioscos de España han desaparecido. En Parla, el de Julián es el último que queda. Aunque nació en Ugena (Toledo), se siente profundamente parleño desde que asumió el negocio tras la jubilación de su suegro. "Es parte de mi identidad. Paso la mayoría de mi tiempo aquí. Espero que nos cuiden, porque sería muy injusto que los ciudadanos se quedaran sin un lugar donde comprar la prensa", pide con voz apenada.

Vender prensa nunca fue su sueño. Julián comenzó su vida laboral como comercial de arena y figuras para acuarios. Todo cambió cuando conoció a su actual mujer. "Empecé a trabajar en una tienda de su familia, pero tras 10 años tuvimos que cerrar por problemas económicos. Entonces, decidimos seguir vendiendo, y cogimos el quiosco de enfrente, que justo se quedaba libre", explica. Desde entonces, él y su familia han ampliado la oferta: lotería, cromos, revistas, juguetes... y ahora, premios millonarios.

Este año ha sido especialmente dorado para Julián. En enero, repartió un premio de 200.000 euros en el Eurojackpot. En septiembre, otro de 35.000 euros. "En todos los años que llevamos, nunca habíamos dado un premio. Ojalá lo culminemos con el Sorteo de Navidad", bromea, con la esperanza de que la suerte siga de su lado.

Más allá de los números, la historia de Julián es un ejemplo de resiliencia y humanidad. En un sector en declive, él ha logrado no solo sobrevivir, sino convertirse en un símbolo de esperanza para su comunidad. Su quiosco no es solo un punto de venta: es un espacio de encuentro, de alegría compartida, de solidaridad. Y aunque los tiempos sean difíciles, Julián sigue ahí, con la misma ilusión con la que empezó, repartiendo no solo cupones, sino también esperanza.

En un mundo donde la tecnología y la digitalización parecen reemplazarlo todo, Julián Silvestre demuestra que hay cosas que no se pueden digitalizar: la sonrisa de un vecino al recibir un premio, el abrazo de una familia que por fin puede respirar, el orgullo de un hombre que, con esfuerzo y dedicación, ha logrado cambiar vidas. Y eso, sin duda, vale más que cualquier premio.

Referencias