Incidente en Bilbao: queman bandera española en marcha de Ernai

Cuatro encapuchados protagonizan una acción simbólica durante la manifestación independentista de las juventudes de Sortu por las calles de la capital vizcaína

La capital vizcaína ha sido escenario este sábado de una manifestación convocada por Ernai, la organización juvenil vinculada a Sortu, que ha reunido a cientos de jóvenes en una marcha reivindicativa a favor de la independencia. Sin embargo, el acto ha estado marcado por un incidente que ha llamado la atención de los medios y de la ciudadanía: cuatro personas encapuchadas han quemado una bandera española en pleno centro de la ciudad.

El suceso ha ocurrido sobre la calle Ibáñez de Bilbao, justo frente a la sede de la Capitanía Marítima, cuando la columna de manifestantes avanzaba por esta vía céntrica. Según testigos presenciales, los cuatro jóvenes, que portaban capuchas y caretas para ocultar su identidad, se han subido a unas casetas de obra que se encontraban instaladas en esa zona. Una vez allí, han encendido una bengala y han procedido a prender fuego a una bandera de España hecha de plástico, material que ha ardido rápidamente entre las llamas.

La acción, de claro carácter simbólico, ha sido recibida con aplausos y muestras de apoyo por parte de numerosos asistentes a la manifestación, que coreaban consignas a favor de la autodeterminación mientras la enseña nacional se consumía. La presencia de medios de comunicación ha permitido documentar el momento, que se ha convertido en uno de los más destacados de la jornada.

Desde el punto de vista de la seguridad, la Ertzaintza tenía desplegada a varios agentes de su Brigada Móvil en la zona de la Capitanía Marítima, aunque no ha intervenido de forma inmediata durante el episodio de la quema. La presencia policial se había reforzado también con anterioridad en los alrededores de Sabin Etxea, la sede del PNV en Bilbao, por donde también discurría el recorrido previsto para la movilización.

La manifestación, que ha comenzado pasada la una de la tarde en la céntrica plaza Moyúa, ha contado con una importante afluencia de participantes, principalmente jóvenes afines al movimiento abertzale. Bajo el lema 'Ekinez egina. Gazteok independentzia', que en euskera significa aproximadamente 'Hecho con acción. Los jóvenes por la independencia', los convocados han recorrido las principales calles del centro de la ciudad en una marcha pacífica pero reivindicativa.

A lo largo del trayecto, que ha finalizado en el Casco Viejo de la ciudad, concretamente en el Portal de Zamudio, los manifestantes han ondeado cientos de ikurriñas y banderas de Navarra, símbolos identitarios que han predominado sobre otros estandartes. El ambiente ha estado marcado por el canto de consignas que iban más allá de la mera reivindicación independentista, incorporando también referencias a la lucha feminista calificada como "antifascista y anticapitalista", así como reivindicaciones en torno a la juventud vasca.

El acto ha concluido con la lectura de un comunicado oficial por parte de los organizadores, en el que Ernai ha querido dejar claro su posicionamiento político. En el texto, la organización juvenil ha afirmado que "pese a los intentos de presentar Bilbao como una ciudad vinculada al españolismo, la juventud abertzale e independentista se encuentra dispuesta a dar un paso adelante". Esta declaración hace referencia a la percepción, desde ciertos sectores, de que la capital vizcaína ha perdido peso en el independentismo a favor de otras zonas del País Vasco.

El comunicado ha insistido en que la independencia es un "elemento clave para la construcción de una Euskal Herria libre de opresión", conectando así la reivindicación nacional con otras luchas sociales que, según sus postulados, forman parte de un mismo proceso emancipador. La interseccionalidad entre nacionalismo, feminismo y anticapitalismo ha sido, precisamente, uno de los ejes centrales del discurso mantenido durante toda la jornada.

Desde una perspectiva política, este tipo de movilizaciones sirven para medir el pulso del movimiento independentista vasco, especialmente en lo que respecta a su capacidad de movilización entre las nuevas generaciones. La presencia de cientos de jóvenes en las calles de Bilbao demuestra que, al menos para Ernai y Sortu, existe un caldo de cultivo activo que responde a sus llamamientos, aunque la acción de los encapuchados pueda generar cierta controversia en la opinión pública.

La quema de banderas es un acto simbólico con una larga tradición en el ámbito de las protestas políticas, aunque en el contexto español está regulado por el Código Penal. El artículo 543 del ordenamiento jurídico castiga con multas la quema de símbolos nacionales cuando se realiza con menosprecio, aunque la jurisprudencia ha establecido matices en función del contexto y la intencionalidad. No obstante, en este caso concreto, la identificación de los responsables resulta complicada por el uso de capuchas y caretas.

La respuesta institucional al incidente no se ha hecho esperar. Fuentes del Gobierno Vasco han condenado la acción, calificándola de "provocación innecesaria" que "no ayuda al clima de convivencia" en la comunidad. Por su parte, representantes de Ernai han evitado condenar expresamente el acto, centrándose en el carácter pacífico de la manifestación en su conjunto y en el "derecho a la protesta" de los jóvenes vascos.

El debate generado por este suceso se enmarca en una coyuntura política compleja, con el proceso de pacificación en Euskadi en una fase de consolidación, pero con tensiones residuales que emergen en momentos puntuales. La presencia de la Ertzaintza, tanto en la Capitanía como en la sede del PNV, refleja la previsión de las autoridades ante posibles incidentes, aunque la manifestación ha transcurrido sin altercados graves más allá de la quema de la enseña.

En el terreno simbólico, la elección de Bilbao como escenario para esta movilización no es casual. La ciudad ha experimentado una transformación urbana y social importante en las últimas décadas, posicionándose como una metrópoli cosmopolita y moderna. Para el independentismo, recuperar las calles de Bilbao tiene un valor estratégico, ya que simboliza la capacidad de proyectar su mensaje más allá de sus bastiones tradicionales.

La jornada ha concluido sin más incidentes destacados, pero la imagen de la bandera ardiendo en las casetas de obra se ha convertido en el momento más recordado de la manifestación. Tanto para los partidarios como para los críticos del independentismo, este acto simbólico resume las tensiones que persisten en la sociedad vasca respecto a su relación con el Estado español y los límites de la protesta política en un contexto democrático.

La capacidad de convocatoria de Ernai, la respuesta de las instituciones y la repercusión mediática del incidente marcarán la agenda política vasca en los próximos días, en un momento en que el debate sobre el autogobierno y el futuro político de la comunidad sigue vigente, aunque con formatos y estrategias diferentes a los de décadas anteriores.

Referencias

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