Marruecos proclama campeón de la Copa Árabe tras épica final

Los leones del Atlas remontan un 2-1 en contra en los minutos finales y sellan el título en tiempo extra contra Jordania

La selección marroquí de fútbol ha escrito un nuevo capítulo dorado en su historia al alzarse con el título de la Copa Árabe de la FIFA en una final vibrante y llena de emociones contra Jordania. El encuentro, disputado en el imponente Estadio Lusail de Catar, concluyó con un marcador de 3-2 a favor de los marroquíes tras la prórroga, consolidando así el dominio de Marruecos en el panorama futbolístico árabe.

Desde el pitido inicial, el conjunto dirigido por Vahid Halilhodžić demostró su intención de llevarse la corona. El planteamiento ofensivo se materializó tempranamente gracias a una genialidad individual que desequilibró el encuentro. A los cuatro minutos de juego, Oussama Tannane sorprendió a propios y extraños con un disparo excepcional desde más de treinta metros que se coló en la portería jordana, estableciendo un 1-0 que parecía dar tranquilidad a los leones del Atlas.

La primera mitad transcurrió con Marruecos controlando los hilos del partido, disfrutando de la ventaja mientras Jordania intentaba reorganizarse ante el golpe inicial. La defensa marroquí se mostró sólida, neutralizando los escasos intentos ofensivos de su rival y manteniendo la posesión para administrar la ventaja mínima con la que se llegó al descanso.

Sin embargo, la reanudación trajo consigo una transformación radical en el guion del encuentro. Jordania salió a la cancha con otra actitud, presionando más arriba y buscando con insistencia el empate. La recompensa llegó en el minuto 48, cuando Ali Alowan, figura de la selección jordana, culminó una jugada colectiva con un remate preciso que batió al meta marroquí, restableciendo la igualdad en el luminoso.

El tanto revitalizó por completo a los jordanos, que crecieron en confianza y comenzaron a creer en la posibilidad de la hazaña. Marruecos, por su parte, mostró síntomas de nerviosismo ante la reacción adversaria. La situación se complicó aún más para los marroquíes en el minuto 68, cuando el árbitro señaló un penalti a favor de Jordania tras una falta dentro del área. Alowan, con sangre fría, no desaprovechó la oportunidad desde los once metros y anotó el 2-1, poniendo por delante a su selección cuando el cronómetro marcaba ya más de dos tercios del encuentro.

Con la desventaja en el marcador y el tiempo corriendo en contra, Marruecos se vio obligado a reaccionar. Los minutos siguientes fueron un asedio constante a la portería defendida por el guardameta jordano, que se convirtió en protagonista con varias intervenciones decisivas. La tensión era palpable en las gradas, donde los aficionados marroquíes vivían cada jugada con una mezcla de esperanza y angustia.

Cuando todo parecía indicar que Jordania se proclamaría campeón, apareció el hombre que marcaría la historia de la final. Abderrazak Hamdallah, delantero referente del equipo, se erigió como salvador en el minuto 87 con un gol de enorme valía. La jugada, nacida de una combinación rápida en tres cuartos de cancha, terminó con el atacante marroquí batiendo al portero rival con un disparo cruzado que desató la euforia entre los suyos.

El empate a dos forzó la prórroga, una prueba de resistencia física y mental para ambos conjuntos. Los jugadores llegaban al tiempo extra con las piernas pesadas pero la mente puesta en la gloria. Fue precisamente en este periodo de desgaste donde la calidad individual volvió a marcar la diferencia.

En el minuto 100 de encuentro, Hamdallah volvió a aparecer para sellar el destino del título. Una transición rápida del balón desde la defensa hacia el ataque encontró al delantero en posición ventajosa. Con un control exquisito y una definición implacable, el artillero marroquí superó al guardameta jordano para establecer el definitivo 3-2, un tanto que desató la locura en el banquillo y en la afición marroquí presente en el coliseo catarí.

La gesta de Marruecos en esta Copa Árabe de la FIFA trasciende más allá de la simple conquista de un trofeo. Representa la consolidación de un proyecto futbolístico que ha apostado por la mezcla de experiencia y juventud, con jugadores que militan en las mejores ligas europeas y que han sabido trasladar ese nivel a su selección nacional. La remontada en los instantes finales demuestra la fortaleza mental de un grupo que no se rinde ante la adversidad.

Para Jordania, la derrota resulta amarga tras haber estado a punto de lograr un título histórico. La actuación de Ali Alowan, autor de un doblete, quedará en la memoria de su afición, aunque el premio final se escapó en los momentos decisivos. La selección jordana demostró, no obstante, que puede competir de tú a tú con las grandes potencias del fútbol árabe.

La celebración marroquí se extendió más allá de las fronteras cataríes. En las calles de Rabat, Casablanca, Marrakech y tantas otras ciudades, miles de personas salieron a festejar el triunfo, honrando a sus héroes en la distancia. Las redes sociales se inundaron de mensajes de felicitación, destacando especialmente la figura de Hamdallah como artífice de la remontada.

El éxito en esta competición refuerza el optimismo de cara al futuro inmediato del fútbol marroquí. Con la experiencia adquirida en torneos internacionales y la madurez mostrada en momentos de presión, la selección se presenta como una de las favoritas en próximas citas continentales. La generación actual, liderada por jugadores como Hamdallah, Tannane y otros talentos, tiene la capacidad de seguir cosechando éxitos.

El Estadio Lusail, que albergará la final del Mundial 2022, fue testigo de una noche mágica para el fútbol árabe. La organización del torneo por parte de Catar ha sido excepcional, demostrando una vez más la capacidad del país para acoger eventos de primer nivel. La final entre Marruecos y Jordania será recordada como una de las más emocionantes de la historia reciente de la competición.

En definitiva, la victoria marroquí en la Copa Árabe de la FIFA culmina un torneo brillante y consolida a Marruecos como potencia hegemónica en el fútbol de la región. La capacidad de superación, el talento individual y la unión del grupo fueron los ingredientes que permitieron a los leones del Atlas alzar el trofeo en una noche que pasará a los anales del deporte marroquí.

Referencias

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