El Atlético de Madrid volvió a demostrar su carácter en el Metropolitano, esta vez gracias a un Antoine Griezmann inspirado que firmó un doblete decisivo en la segunda mitad. Con un 3-1 final ante el Levante UD, los rojiblancos consolidaron su buen momento en casa, donde siguen invictos esta temporada, y reafirmaron su ambición en la Liga.
El partido comenzó con dominio local. El Atlético salió con intensidad, aprovechando la indecisión del Levante, que parecía más preocupado por no encajar que por competir. Pablo Barrios volvió a ser una pieza clave, mostrando madurez y despliegue en el centro del campo. Su conexión con Koke le permite jugar con libertad, y eso se nota en cada jugada: verticalidad, llegadas y presión constante.
El primer gol llegó en el minuto 11, aunque fue de propia puerta. Un centro de Baena desde la izquierda fue despejado por el portero del Levante, Ryan, y el rebote impactó en Dela, quien no pudo evitar que el balón entrara. El Metropolitano estalló, pero la euforia duró poco. A los 21 minutos, Manu Sánchez, exjugador del Atlético, aprovechó un desajuste defensivo y un error de Oblak para empatar con un remate de cabeza desde el segundo palo. Un gol que dejó a los locales con la sensación de que el partido se les escapaba.
Sin embargo, el equipo de Simeone no se descompuso. Siguió presionando, controlando el ritmo y creando ocasiones. Aunque en la primera parte no lograron materializar su dominio, la segunda mitad fue otra historia. Griezmann, que había entrado en el descanso, cambió el rumbo del partido en cuestión de minutos.
Su primer gol llegó apenas unos segundos después de su entrada: un remate certero tras un pase de Giuliano que dejó sin opciones al portero rival. El segundo, más tarde, fue un gol de clase: control, regate y disparo cruzado que selló la victoria. El francés, que ha estado en el ojo del huracán en los últimos meses, volvió a demostrar por qué es uno de los jugadores más importantes del equipo.
El Atlético no solo ganó, sino que lo hizo con autoridad. A pesar de los errores defensivos y la falta de eficacia en el primer tiempo, supo reaccionar y mantener la calma. El Metropolitano, que ha sido un fortín esta temporada, volvió a ser testigo de una remontada que refleja el espíritu del equipo. Con esta victoria, los rojiblancos siguen enganchados a la senda de la victoria, y Griezmann, una vez más, se erige como el líder que el equipo necesita.
El Levante, por su parte, mostró poco carácter fuera de casa. Su entrenador, Julián Calero, había pedido más intensidad, pero su equipo salió cohibido y sin ideas. Aunque lograron empatar, no supieron mantener el ritmo ni aprovechar las pocas ocasiones que tuvieron. Su visita al Metropolitano terminó en derrota, y con la sensación de que aún les queda mucho por mejorar si quieren escapar de los puestos de descenso.
En resumen, un partido que empezó con dudas y terminó con claridad. El Atlético demostró que, cuando se pone serio, es un equipo difícil de vencer. Y Griezmann, con su doblete, recordó a todos por qué sigue siendo una pieza fundamental en los planes de Simeone.