La ceremonia de entrega de los premios The Best de la FIFA, celebrada este martes en Zúrich, dejó una de las noticias más inesperadas del año: por primera vez desde su creación en 2017, el once ideal masculino no incluye a ningún representante argentino. Esta ausencia histórica rompe una racha ininterrumpida en la que figuras emblemáticas del fútbol albiceleste habían asegurado su presencia entre los mejores del planeta.
El galardón más prestigioso de la noche recayó en Ousmane Dembelé, extremo francés que brilló con el PSG durante la temporada. Mientras tanto, el premio Puskas, destinado al gol más bello del año, fue para Santiago Montiel, aunque esta distinción individual no logró compensar la falta de futbolistas argentinos en el once titular.
El equipo ideal masculino quedó conformado por Gianluigi Donnarumma (PSG/Italia) en la portería; la línea defensiva integrada por Achraf Hakimi (PSG/Marruecos), William Pacho (PSG/Ecuador), Virgil Van Dijk (Liverpool/Países Bajos) y Nuno Mendes (PSG/Portugal); el centro del campo con Cole Palmer (Chelsea/Inglaterra), Jude Bellingham (Real Madrid/Inglaterra) y Vitinha (PSG/Portugal); y la delantera compuesta por Pedri (Barcelona/España), Lamine Yamal (Barcelona/España) y Ousmane Dembelé (PSG/Francia).
El dominio del Paris Saint-Germain resulta evidente: seis de los once seleccionados visten los colores del club parisino. Esta hegemonía encuentra su justificación en el rendimiento europeo del conjunto francés, que conquistó la Champions League en la última temporada. La competición continental ha pesado más que el Mundial de Clubes, lo que explica que Cole Palmer sea el único representante del Chelsea, campeón del torneo intercontinental celebrado en Estados Unidos.
La novedad más llamativa, sin embargo, reside en la ausencia de futbolistas argentinos. Lionel Messi, quien se había convertido en un habitual indiscutible de esta gala, no figura en el once por primera vez en ocho ediciones. La Pulga había ocupado este pedestal de honor de forma consecutiva desde 2017 hasta 2023, consolidando su estatus como uno de los mejores de la historia. Su exclusión marca el fin de una era y refleja el cambio de ciclo tanto en su carrera como en el panorama futbolístico mundial.
Del mismo modo, Emiliano Dibu Martínez, quien había logrado colarse en el equipo ideal en 2024 gracias a sus extraordinarias actuaciones con el Aston Villa y la selección argentina, tampoco repite presencia. La competencia en la portería ha sido feroz, y Donnarumma se ha llevado el puesto por su consistencia con el PSG y la selección italiana.
Este vacío argentino en el once ideal masculino contrasta con la presencia española, que cuenta con tres representantes: Pedri, Lamine Yamal y, en el equipo femenino, varias jugadoras del Barcelona. La cantera ibérica demuestra su vigencia, mientras que el fútbol argentino deberá buscar nuevos referentes que puedan regresar a esta élite en futuras ediciones.
Respecto al once ideal femenino, la configuración resulta igualmente reveladora. El equipo está compuesto por Hannah Hampton (Chelsea/Inglaterra), Lucy Bronze (Chelsea/Inglaterra), Leah Williamson (Arsenal/Inglaterra), Irene Paredes (Barcelona/España), Ona Batlle (Barcelona/España), Aitana Bonmatí (Barcelona/España), Patricia Guijarro (Barcelona/España), Claudia Pina (Barcelona/España), Mariona Caldentey (Arsenal/España), Alessia Russo (Arsenal/Inglaterra) y Alexia Putellas (Barcelona/España).
Curiosamente, el dominio del fútbol femenino recae en el FC Barcelona, con seis jugadoras del conjunto catalán, a pesar de que el Arsenal fue el club que levantó la Champions League femenina. Esta distribución indica que el criterio de selección valora el rendimiento individual y colectivo a lo largo de toda la temporada, más allá del resultado de una final concreta.
El contraste entre ambos equipos ideales resulta instructivo: mientras el masculino premia el éxito continental inmediato (Champions del PSG), el femenino reconoce la excelencia sostenida del Barcelona, aunque cayera en la final europea. Esta aparente dualidad de criterios refuerza la idea de que la votación de entrenadores, capitanes, periodistas y aficionados contempla matices que van más allá de los títulos absolutos.
Para el fútbol argentino, esta ausencia debe servir como punto de inflexión. La generación dorada que conquistó el Mundial de Catar 2022 y que mantuvo el nivel en años posteriores está dando paso a una transición necesaria. La irrupción de talentos como Lamine Yamal (nacido en 2007) demuestra que el relevo generacional es imparable y que las nuevas estrellas emergen con mayor rapidez que nunca.
La pregunta que surge es quiénes podrían ser los próximos argentinos en regresar a este podio. Nombres como Julián Álvarez, consolidado en el Atlético de Madrid, o Enzo Fernández y Alexis Mac Allister, asentados en la Premier League, aparecen como candidatos naturales. Sin embargo, la competencia es brutal, y la constancia a lo largo de una temporada completa será determinante.
La FIFA, por su parte, ha confirmado que los criterios de votación mantienen su equilibrio entre rendimiento individual, éxito colectivo y fair play. La ausencia de argentinos no implica un menoscabo para el fútbol del país, sino que refleja la globalización del talento y la emergencia de nuevas potencias futbolísticas en todos los continentes.
En definitiva, la edición 2025 de los premios The Best marca un antes y un después. Cierra la era de la presencia argentina ininterrumpida y abre un nuevo capítulo donde el PSG y el Barcelona lideran el panorama, donde la juventud de Lamine Yamal convive con la experiencia de Virgil Van Dijk, y donde el fútbol demuestra, una vez más, su capacidad de renovación constante. Los aficionados argentinos tendrán que esperar, confiando en que nuevos ídolles retornarán pronto a la élite mundial.