El Real Madrid vive una situación de incertidumbre inusual en este inicio de curso. A pesar de ocupar la segunda plaza en LaLiga a solo cuatro puntos del Barcelona, el rendimiento mostrado por el conjunto blanco ha despertado dudas en el seno de la entidad. La victoria conseguida ante el Deportivo Alavés ha servido para calmar temporalmente los ánimos, pero no ha logrado disipar completamente las interrogantes que planean sobre el proyecto de Xabi Alonso.
El técnico vasco llegó al banquillo madridista el pasado verano con un prestigio envidiable tras su paso por el Bayer Leverkusen, donde consiguió la primera Bundesliga de la historia del club alemán. Su fichaje se presentó como el inicio de una nueva era, una reconstrucción progresiva tras la etapa de Carlo Ancelotti. Sin embargo, los resultados en competición europea han sido especialmente preocupantes, con un rendimiento irregular que ha puesto en jaque la confianza depositada en el entrenador.
La derrota sufrida ante el Manchester City en Champions League actuó como punto de inflexión. Aunque no provocó una crisis abierta, sí generó un clima de malestar palpable en el Santiago Bernabéu. La rueda de prensa posterior reflejó una tensión evidente, con Alonso más lacónico de lo habitual, alejado de su perfil reflexivo y comunicativo que le caracteriza. El cuerpo técnico percibe que el margen de error se ha reducido drásticamente.
El triunfo en Vitoria frente al Alavés, con goles de Kylian Mbappé y Rodrygo, ha proporcionado un respiro necesario. No obstante, el partido evidenció las carencias actuales del equipo: dominio intermitente, vulnerabilidad defensiva y una dependencia excesiva de la calidad individual. El gol de Rodrygo en los instantes finales evitó un nuevo disgusto que habría intensificado la presión sobre el entrenador.
En este contexto de incertidumbre, un nombre ha emergido con fuerza en las conversaciones internas del club: Álvaro Arbeloa. El ex lateral derecho del Real Madrid, actualmente al frente del Castilla, se ha convertido en una opción real para ocupar el banquillo del primer equipo si la situación no mejora. No se contempla como una solución inmediata, pero su perfil encaja con los valores y la filosofía que el club busca en momentos de crisis.
La principal baza de Arbeloa reside en su conocimiento íntimo de la casa blanca. Formó parte del vestuario durante los años de esplendor en la Champions, compartiendo vestuario con leyendas del club y asimilando la exigencia diaria que conlleva defender esta camiseta. Su experiencia como jugador en las grandes citas europeas le proporciona una credibilidad indiscutible en el entorno madridista.
El trabajo desarrollado en el filial ha fortalecido su candidatura. Desde que asumió el Castilla a principios de año, sustituyendo a Raúl, ha demostrado una capacidad de gestión y liderazgo que no ha pasado desapercibida para la dirección deportiva. Su método de trabajo, basado en la disciplina, el detalle táctico y la comunicación directa con los jugadores, ha sido valorado positivamente en la cantera.
Un aspecto destacado de su proyecto es el cuerpo técnico que ha configurado. En su equipo de confianza destaca Juli Carmona, su mano derecha y cerebro táctico de la operación. Carmona, con acento aragonés, llegó al Real Madrid de la mano de Arbeloa cuando este dirigía a los juveniles. Previamente había formado parte del proyecto del Racing Zaragoza, club que cofundó junto a varios amigos y que se ha consolidado como una de las referencias del fútbol aragonés.
La figura de Carmona resulta clave en el día a día del Castilla. Su preparación, atención al detalle y capacidad para aportar soluciones tácticas han complementado perfectamente la visión de Arbeloa. Juntos han construido una estructura técnica sólida que prepara a los jóvenes talentos para el salto al primer equipo, un trabajo minucioso que no ha pasado desapercibido para la cúpula del club.
La posible promoción de Arbeloa no sería una novedad en la política del Real Madrid. El club ha recurrido históricamente a figuras procedentes de la casa para capear temporadas complicadas. La familiaridad con el entorno, el respeto en el vestuario y la comprensión de la idiosincrasia madridista son factores que pesan significativamente en las decisiones de la dirección.
No obstante, el club mantiene oficialmente su respaldo a Xabi Alonso. La directiva es consciente de que el proyecto necesita tiempo y que los resultados recientes no reflejan el potencial de la plantilla. La experiencia del entrenador en la Bundesliga y su conocimiento del fútbol europeo moderno son activos que el Real Madrid no desea desaprovechar precipitadamente.
La próxima jornada de Champions y los compromisos ligueros contra rivales directos marcarán el futuro inmediato del técnico. La entidad ha transmitido un mensaje de calma, pero los próximos resultados serán determinantes. La presión, aunque no se haga pública, es evidente en cada entrenamiento y cada rueda de prensa.
Mientras tanto, Arbeloa continúa su labor en el Castilla con normalidad, consciente de que su trabajo diario es el mejor aval para cualquier posible promoción. La tranquilidad con la que afronta su rol actual demuestra madurez y profesionalismo, cualidades que no pasan desapercibidas para quienes toman las decisiones en el Santiago Bernabéu.
El mercado de entrenadores ofrece otras alternativas, pero la opción de casa siempre resulta más atractiva en momentos de turbulencia. La combinación de conocimiento del club, experiencia internacional como jugador y un cuerpo técnico preparado hace de Arbeloa una candidatura seria. El tiempo dirá si esta posibilidad se convierte en realidad o si Xabi Alonso consigue revertir la situación y consolidar su proyecto en el banquillo más exigente del mundo futbolístico.
La dinámica de las próximas semanas será crucial. El Real Madrid no puede permitirse distanciarse más en la liga ni comprometer su presencia en octavos de Champions. Cada partido se convierte en una final para Alonso, mientras Arbeloa espera en la sombra, preparado para dar el salto si la oportunidad se presenta. La historia del club está llena de situaciones similares donde la paciencia se agota y las soluciones internas se imponen por necesidad y convicción.