Ilia Topuria, conocido como El Matador, sigue siendo el centro de atención en el mundo de las artes marciales mixtas tras su contundente victoria sobre Charles Oliveira en junio. Con ese triunfo, se convirtió en el décimo luchador en la historia de la UFC en ostentar dos cinturones simultáneamente, un logro que lo coloca en la élite del deporte. Pero más allá del brillo del momento, la pregunta que todos se hacen es: ¿qué viene ahora para el hispano-georgiano?
La presión sobre Topuria es evidente. En una división tan competitiva como las 155 libras, donde los aspirantes se alinean con ambición, defender su título con rapidez no es una opción, sino una necesidad. La UFC, consciente de su valor comercial y deportivo, busca ya el siguiente gran evento que mantenga a su campeón en el centro del escenario. Y ese escenario, según las últimas señales, podría ser Qatar.
Uno de los nombres que más ha resonado en los últimos meses es el de Paddy Pimblett. El luchador británico, con un carisma innegable y una base de fans en crecimiento, ha sido favorecido por la promoción, subiendo en los rankings sin haber peleado recientemente. La UFC lo ve como el rival ideal para Topuria: una pelea que promete altos ratings y grandes ingresos, especialmente bajo el nuevo contrato de siete años con Paramount. Sin embargo, Pimblett ha comenzado a mostrar cierta reticencia, dejando entrever que su prioridad no es necesariamente enfrentarse al campeón en este momento.
Mientras tanto, otro nombre se cierne sobre el horizonte: Islam Makhachev. El campeón en peso wélter ha dejado la puerta abierta a un posible enfrentamiento con Topuria, lo que añade un nuevo nivel de intriga. Makhachev, conocido por su dominio técnico y su mentalidad competitiva, representa un desafío de alto nivel. Para Topuria, enfrentarse a uno de sus rivales históricos podría ser la oportunidad perfecta para consolidar su legado. Como él mismo ha dicho: "No sabemos qué va a pasar. Nunca se sabe. Podría terminar peleando con Ilia".
La UFC parece estar evaluando cuidadosamente sus opciones. Por un lado, la pelea con Pimblett ofrece un atractivo comercial inmediato. Por otro, un combate contra Makhachev podría ser el evento que defina la próxima era de la división ligera. La decisión no solo afectará a Topuria, sino también a otros contendientes que esperan su oportunidad, como Arman Tsarukyan y Dan Hooker, quienes se enfrentarán en el próximo evento en Qatar.
Tsarukyan, en particular, ha sido vocal en sus aspiraciones. A pesar de una lesión que lo mantuvo fuera durante parte del año, ha utilizado las redes sociales para enviar mensajes directos a Topuria, reclamando su oportunidad. Su pelea contra Hooker podría ser la llave que abra la puerta a un desafío titular, especialmente si logra una victoria convincente.
Para Topuria, Qatar no es solo un destino geográfico, sino un punto de inflexión. Allí, además de seguir la trayectoria de su hermano Aleksandre Topuria, quien ha comenzado su andadura en la UFC con gran promesa, el campeón tendrá la oportunidad de observar de cerca a sus posibles rivales. La velada en Qatar podría definir no solo quién será su próximo oponente, sino también el rumbo que tomará su carrera en los próximos años.
La UFC, por su parte, tiene un dilema estratégico. ¿Priorizar el espectáculo y los ingresos con Pimblett, o apostar por la rivalidad y el prestigio con Makhachev? La respuesta podría depender de múltiples factores, incluyendo la salud de los luchadores, los intereses comerciales y, por supuesto, las decisiones personales de Topuria.
En el fondo, lo que todos quieren ver es a Ilia Topuria en acción. Su estilo agresivo, su mentalidad ganadora y su capacidad para conectar con el público lo convierten en una de las estrellas más atractivas de la UFC. Sea cual sea su próximo paso, una cosa es segura: el mundo del MMA estará atento. Y Qatar, con su nuevo estadio y su creciente relevancia en el deporte, podría ser el escenario perfecto para el próximo capítulo de la historia de El Matador.