Munar salva a España en la Copa Davis con victoria épica

Con confianza y determinación, el español vence al número 17 del mundo y mantiene viva la esperanza de la séptima Ensaladera.

En el tenis, la confianza no es un factor secundario: es el motor que impulsa cada golpe, cada punto, cada partido. Y en la Copa Davis, donde el espíritu colectivo se mezcla con la presión individual, esa confianza se convierte en oro puro. Jaume Munar lo demostró este jueves en Málaga, cuando, con la selección española al borde de la eliminación, derrotó al checo Jiri Lehecka, número 17 del mundo, por 6-3 y 6-4. Un triunfo que no solo salvó a España de caer ante la República Checa, sino que reafirmó a Munar como el líder indiscutible de un equipo que, sin Alcaraz ni Davidovich, necesita figuras con carácter y consistencia.

A sus 28 años, Munar atraviesa la mejor temporada de su carrera. Ya no es solo el especialista en tierra batida que luchaba con uñas y dientes, pero terminaba cediendo ante rivales más completos. Hoy es un tenista con mentalidad ganadora, capaz de imponerse en cualquier superficie y ante cualquier rival. Su victoria ante Lehecka no fue un golpe de suerte, sino el fruto de una confianza sólida, una preparación meticulosa y una capacidad para mantener la calma bajo presión.

Lehecka, por su parte, llegó al partido con más recursos técnicos y físicos. Su potencia en el saque y su capacidad para generar ángulos le dan ventaja en muchos duelos. Pero en esta ocasión, el checo no logró creer en sí mismo. Solo en el segundo set, cuando ya estaba en desventaja, mostró un atisbo de orgullo y logró inquietar a Munar. Sin embargo, el español mantuvo la concentración, especialmente en su servicio, donde fue imbatible. Su consistencia en los momentos clave fue la clave del triunfo.

La victoria de Munar adquiere aún más relevancia si se considera el contexto previo. En el primer partido del día, Jakub Mensik, un joven talento checo de solo 20 años y campeón del Masters 1000 de Miami, derrotó a Pablo Carreño por 7-5 y 6-4. Carreño, que ha admitido que se acerca a la retirada tras años de dolores en el codo derecho, luchó con coraje, pero ya no tiene el repertorio técnico para superar a rivales de este nivel. Mensik, aunque no mostró su mejor versión, aprovechó su saque —sumó 20 aces— y su derecha para llevarse el punto.

El partido de Carreño fue una batalla emocional. En el primer set, llegó a adelantarse con un break (4-3), pero apenas lo mantuvo unos minutos. Luego resistió hasta dos bolas de rotura antes de ceder en la tercera. En el segundo set, con Mensik más afinado, Carreño peleó cada servicio, pero la tarea era demasiado complicada. Su esfuerzo fue admirable, pero no suficiente.

Con el marcador 1-1, todo se decidirá en el dobles. La pareja española formada por Marcel Granollers y Pedro Martínez se enfrentará a la dupla checa, probablemente Tomas Machac y Adam Pavlasek. Si los españoles logran imponerse, España avanzará a las semifinales, donde se enfrentará a Alemania o Argentina. Y en ese escenario, Munar será el jugador a temer. Su confianza, su determinación y su capacidad para rendir bajo presión lo convierten en un rival temible, especialmente en esta etapa de la temporada, cuando muchos jugadores están cansados o lesionados.

La Copa Davis es un torneo único, donde el orgullo nacional y la lealtad al equipo se mezclan con la rivalidad individual. En este contexto, Munar ha demostrado que no solo juega por sí mismo, sino por toda una selección que confía en él. Su victoria ante Lehecka no es solo un triunfo personal, sino un mensaje para el resto del equipo: España sigue viva, y con Munar en forma, la séptima Ensaladera sigue siendo una posibilidad real.

En los próximos días, todo dependerá del dobles. Pero si hay algo que ha quedado claro este jueves, es que Jaume Munar ya no es un jugador que lucha por sobrevivir. Es un líder que juega para ganar. Y en el tenis, eso es lo que realmente importa.

Referencias