En un partido intenso y cargado de emociones, la selección española selló su clasificación para el Mundial con un empate 2-2 ante Turquía en La Cartuja. Aunque el resultado no fue el deseado, el centrocampista Aleix García vio en él una oportunidad de crecimiento colectivo. Tras el encuentro, el futbolista catalán, que disputó su primer partido oficial como titular con la Roja, destacó que el empate "va a servir para aprender" y que el equipo tiene claras las áreas en las que debe mejorar.
García, actualmente en el Bayer Leverkusen, reconoció que el equipo compitió con intensidad y entrega, pero que la falta de acierto en el área rival fue determinante. "Queríamos hacer el partido perfecto, pero no tuvimos el gol que necesitábamos. Turquía prácticamente no hubiera tenido opciones si hubiéramos materializado nuestras ocasiones", señaló. A pesar de ello, el jugador subrayó que el equipo merecía la victoria y que la fluidez en el juego no estuvo a la altura de lo esperado.
"No todos los partidos se pueden ganar, pero sí podemos competir con el máximo nivel", afirmó García, quien destacó el esfuerzo colectivo durante toda la fase de clasificación. "Hemos trabajado mucho para estar en un nuevo Mundial, y eso tiene un valor enorme. Ahora toca analizar lo ocurrido y mejorar para lo que viene", añadió.
El futbolista también habló sobre su primera titularidad oficial con la selección, un momento que calificó como "un privilegio". "Me he sentido muy bien, aunque no fue nuestro mejor partido. Quizá el estado del campo, las piernas cansadas o la acumulación de partidos influyeron. Pero estoy muy contento de haber jugado los 90 minutos junto a estos jugadores", expresó con orgullo.
Sobre su presencia en la lista para el Mundial, García reconoció que es un objetivo "importantísimo" para él, aunque sabe que la competencia es feroz. "Somos todos muy buenos, y el entrenador lo va a tener difícil para elegir. Nuestra misión es ponérselo complicado, que tenga que tomar decisiones difíciles", dijo con una sonrisa. Su actitud refleja la mentalidad de un jugador que no se conforma con estar, sino con demostrar su valía en cada oportunidad.
En cuanto a las expectativas para el Mundial, García fue prudente. "Sí, estamos demostrando que tenemos una gran selección con grandes jugadores. Pero hay muchas selecciones de alto nivel. Sobre el papel, nos pueden poner como favoritos, pero el torneo será muy complicado", advirtió. Para él, la clave está en enfocarse "partido a partido", sin dejarse llevar por la presión o las etiquetas.
El centrocampista también destacó la importancia de la cohesión del grupo. "Siempre jugamos bonito y con intensidad. Eso no cambia, aunque los resultados no siempre sean los esperados. Cuando no ganamos, el resultado resalta más, pero el trabajo y las ocasiones creadas también cuentan", explicó. Su visión es la de un futbolista maduro, que entiende que el fútbol no se mide solo por victorias, sino por la constancia y la evolución.
García aprovechó para agradecer el apoyo de la afición y el ambiente en La Cartuja. "La gente nos ha animado desde el primer minuto. Eso nos da energía y nos hace sentir que estamos haciendo algo importante", dijo. Su mensaje fue claro: el equipo está en un buen camino, pero aún queda mucho por mejorar.
Con la mirada puesta en marzo, cuando la selección volverá a reunirse, García ya piensa en cómo puede aportar más. "Ahora cada uno se va a su club, pero con la cabeza puesta en lo que viene. El Mundial va a ser muy bonito, y queremos estar preparados", concluyó.
En resumen, el empate ante Turquía no fue un paso atrás, sino un espejo que refleja tanto los aciertos como los errores del equipo. Para Aleix García, es una lección valiosa que servirá para pulir detalles y llegar al Mundial con más solidez. Su actitud, humilde pero ambiciosa, es un ejemplo de lo que representa la nueva generación de la selección española: talento, trabajo y una mentalidad ganadora que no se rinde ante los obstáculos.