Carlos Alcaraz ha logrado una temporada histórica, y ahora se encuentra a un paso de coronarla con un título que aún le falta: el de las ATP Finals. Tras asegurar su posición como número uno del mundo hasta 2026 —cumpliendo ambas vías posibles: ganar sus tres partidos de grupo y llegar a la final—, el tenista español se prepara para enfrentarse a su gran rival de la temporada: Jannik Sinner.
Este será el sexto choque entre ambos en 2024, y el quinto con un trofeo en juego. El balance favorece a Alcaraz (10-5 en total, 4-1 este año), pero esta vez el escenario cambia. La final se disputará en Turín, donde el público local apoyará con fervor a Sinner, un factor que el murciano no ha querido ignorar.
Tras vencer a Félix Auger-Aliassime en semifinales por 6-2 y 6-4, Alcaraz compareció ante los medios con una mezcla de humildad y determinación. Reconoció que, en esta ocasión, el favorito es su rival: "Sinner juega en su superficie favorita y con su gente detrás. Eso puede marcar la diferencia".
El tenista español no dudó en señalar que el ambiente puede influir en el rendimiento de ambos: "Él se puede crecer con su público, y yo... a lo mejor me puedo achicar. Pero vamos a intentar que eso no ocurra. Todo hay que ponerlo encima de la mesa".
A pesar de reconocer el peso del entorno, Alcaraz mostró una confianza sólida en sus capacidades. "Sé de lo que soy capaz en la pista. Si pensara que no tengo opciones ante Jannik, no saldría a jugar. Pero no es así. Estoy aquí para ganar, y para dejar mi nombre en el trofeo, como lo hicieron Orantes y Corretja".
Estas palabras reflejan no solo la ambición del joven tenista, sino también su conciencia histórica. Solo dos españoles han levantado este título: Manuel Orantes en 1976 y Àlex Corretja en 1998. Alcaraz, con apenas 21 años, tiene la oportunidad de unirse a esa lista exclusiva.
La final no solo es una batalla por el trofeo, sino también por la supremacía en el tenis masculino actual. Sinner, con su juego sólido y su creciente madurez, representa el desafío más serio que Alcaraz ha enfrentado en esta temporada. Pero el murciano ha demostrado en múltiples ocasiones que sabe elevar su nivel cuando más importa.
La clave del partido podría estar en cómo ambos manejen la presión. Sinner, con el apoyo de su afición, podría encontrar un impulso adicional. Alcaraz, por su parte, deberá neutralizar ese factor y confiar en su talento, su experiencia en partidos clave y su capacidad de adaptación.
El español ha mostrado en los últimos meses una mentalidad ganadora, incluso en situaciones adversas. Su victoria en semifinales ante Auger-Aliassime fue un claro ejemplo de cómo puede imponer su ritmo y cerrar partidos con autoridad. Ahora, ante un rival de su misma generación y con un nivel similar, la batalla será táctica, física y mental.
Para Alcaraz, esta final es más que un título. Es la oportunidad de cerrar un año extraordinario con un logro que aún le falta. Es también una prueba de su capacidad para superar obstáculos, incluso cuando el entorno no le favorece. Y, sobre todo, es una chance de consolidarse como el líder indiscutible del tenis mundial.
El tenis mundial estará atento. Dos jóvenes estrellas, dos estilos distintos, dos mentalidades competitivas. La final de las ATP Finals promete ser un duelo épico, donde cada punto contará, y donde el factor humano —el público, la presión, la confianza— podría marcar la diferencia. Pero si hay algo que Alcaraz ha demostrado, es que no se rinde fácilmente. Y que, cuando más se le necesita, suele dar lo mejor de sí.