El Ibex 35 cerró este viernes con una caída del 1,4%, situándose por debajo de los 16.400 puntos tras una jornada marcada por la volatilidad y el pesimismo inversor. La sesión comenzó con una pérdida del 1,04%, rompiendo la barrera psicológica de los 16.500 enteros, y terminó en 16.345,9 puntos, pese a haber acumulado un avance semanal del 2,79%.
La caída del índice español se enmarca en un contexto global de correcciones en los mercados bursátiles, impulsadas principalmente por dos factores: el miedo a una posible burbuja en el sector tecnológico y la revisión a la baja de las expectativas de recortes de tipos de interés por parte de la Reserva Federal estadounidense. Estos elementos han generado una oleada de ventas en múltiples plazas europeas y estadounidenses.
Entre las empresas del selectivo español, Acciona fue la más castigada, con una caída del 7,62%. La causa: la presencia de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil en varias de sus sedes, en el marco de una investigación relacionada con el 'caso Koldo', que se desarrolla bajo secreto de sumario. Su filial, Acciona Energía, también sufrió una fuerte corrección, con un descenso del 5,90%. Le siguieron Colonial y Merlin Properties, ambas con pérdidas del 5,90% y 5,17% respectivamente, y CaixaBank, que cedió un 2,97%.
En contraste, algunos valores lograron resistir la presión bajista. Solaria lideró las subidas con un alza del 2,11%, seguida de Naturgy (+1,40%), Indra (+0,90%), Telefónica (+0,46%) y Endesa (+0,34%). Estos movimientos reflejan la diversidad de reacciones dentro del índice ante el mismo contexto macroeconómico.
En Europa, el tono negativo fue generalizado. La Bolsa de Milán registró la mayor caída, con un 1,70%, seguida de Londres (-1,11%), París (-0,76%) y Fráncfort (-0,69%). En Wall Street, la sesión fue mixta: el Dow Jones cedió un 0,20%, mientras que el Nasdaq Composite y el S&P 500 anotaron avances del 0,88% y 0,5% respectivamente, impulsados por ciertos valores tecnológicos que lograron recuperarse tras las fuertes caídas del jueves.
El analista Manuel Pinto destacó que “los mercados han pasado de la euforia al pánico en apenas una semana”, sin que haya cambios fundamentales en la economía real o en los beneficios empresariales. Aunque reconoce que existen señales de alerta —como las altas valoraciones, el crecimiento de la deuda o las dudas de inversores legendarios—, Pinto considera que “es demasiado pronto para entrar en pánico”.
En el ámbito internacional, la administración de Donald Trump anunció acuerdos comerciales con Argentina, Guatemala, Ecuador y El Salvador. Estos pactos incluyen la reducción de aranceles a productos agrícolas y textiles de esos países, a cambio de que abran sus mercados a bienes estadounidenses. Un movimiento que busca fortalecer las relaciones comerciales en América Latina.
En España, el Índice de Precios de Consumo (IPC) registró en octubre una tasa interanual del 3,1%, su nivel más alto en meses, lo que añade presión sobre las expectativas de política monetaria y refuerza la cautela de los inversores ante posibles ajustes en las tasas de interés.
En resumen, la jornada refleja un cambio de ánimo en los mercados, donde la incertidumbre vuelve a tomar el protagonismo. Aunque los fundamentos económicos no han cambiado drásticamente, la percepción de riesgo —especialmente en el sector tecnológico— y la evolución de las políticas monetarias globales están marcando el ritmo de las cotizaciones. Los inversores ahora miran con atención los próximos datos macroeconómicos y las declaraciones de los bancos centrales para reajustar sus estrategias.