ING ha fijado su mirada en el mercado español con ambiciosos planes de expansión que incluyen el despliegue de una oferta de banca privada dirigida a clientes con patrimonios a partir de 250.000 euros. La entidad holandesa, que ya opera en España con una sólida base de clientes, prevé poner en marcha este nuevo servicio a principios de 2026, coincidiendo con su objetivo de duplicar su cartera de usuarios hasta alcanzar los 10 millones. Esta movida estratégica representa un salto cualitativo en su presencia en el país, donde hasta ahora se había centrado principalmente en banca de particulares, hipotecas y productos de inversión estándar.
La responsable global de banca privada del grupo, Anneka Treon, ha detallado en declaraciones exclusivas que la estrategia de ING en España va más allá de la simple comercialización de productos de inversión. La entidad busca ofrecer una propuesta integral de gestión patrimonial que incluya planificación financiera personalizada, asesoramiento especializado y soluciones sofisticadas adaptadas a cada perfil de cliente. "No se tratará solo de vender un producto de inversión", enfatiza Treon, "sino de construir relaciones duraderas basadas en el entendimiento profundo de las necesidades de cada familia".
Para liderar esta ambiciosa iniciativa, ING ha reforzado significativamente su equipo directivo en el país. Pablo Porres, hasta ahora responsable de ahorro e inversión de la entidad en España, ha asumido además la dirección de banca privada. Este movimiento estratégico garantiza continuidad y aprovecha el conocimiento profundo que Porres tiene del mercado español y de la base de clientes existente. La promoción interna se complementa con la reciente incorporación de Fernando Candau, quien hasta febrero ocupaba el puesto de jefe de banca privada en España de Deutsche Bank. Esta contratación refleja la intención de ING de acelerar su aprendizaje y ganar credibilidad rápidamente en un segmento donde la experiencia y la red de contactos son fundamentales.
La propuesta de ING se caracteriza por una arquitectura abierta guiada, un modelo que permite a los clientes acceder a fondos de terceros seleccionados cuidadosamente, mientras reciben una asignación estratégica y táctica de activos propuesta por los expertos de la entidad. Treon enfatiza que la selección de proveedores se centrará en las grandes gestoras de activos reconocidas del mercado, garantizando la calidad y diversificación de las opciones disponibles. "Pero siempre trabajaremos con terceras entidades, con las grandes gestoras de activos que todos conocemos", matiza la ejecutiva, "seleccionando los mejores proveedores de cada activo". Este enfoque equilibra la libertad de elección del cliente con la orientación experta que caracteriza la banca privada tradicional.
El motor de esta nueva oferta será el Centro Global de Inversiones que ING ha establecido recientemente en Ámsterdam. Desde esta plataforma centralizada, el grupo gestiona aproximadamente 260.000 millones de euros en inversiones y coordinará la estrategia de activos para todos sus mercados, incluido España. Esta estructura permitirá a la entidad ofrecer un nivel de sofisticación creciente en función del volumen de patrimonio de cada cliente, escalando desde soluciones estándar hasta propuestas altamente personalizadas para grandes fortunas.
El umbral de 250.000 euros fijado por ING resulta notablemente inferior a los 500.000 euros que tradicionalmente han marcado la banca y algunos jugadores independientes como mínimo para acceder a servicios de banca privada. Esta decisión refleja una tendencia creciente en el sector de democratizar estos servicios, aprovechando las capacidades tecnológicas para reducir costes y llegar a un segmento de clientes más amplio. La banca privada está dejando de ser un club exclusivo para convertirse en un servicio accesible para una clase media alta que busca optimizar su patrimonio con asesoramiento profesional.
En este sentido, entidades como BBVA y Sabadell ya han revisado sus estrategias para expandir la banca privada hacia territorios antes reservados a la banca personal, utilizando la tecnología como palanca de crecimiento. ING sigue esta misma línea, pero con la ventaja competitiva de su modelo digital nativo y su experiencia en la captación masiva de clientes a través de canales online. La capacidad de combinar eficiencia operacional con personalización selectiva podría representar una ventaja diferencial en un mercado donde los costes de estructura tradicional limitan la flexibilidad de precios.
La oferta de ING evolucionará según el patrimonio del cliente, con niveles crecientes de complejidad y personalización. Entre los productos más innovadores destacan los vehículos ELTIF (European Long-Term Investment Funds), que la entidad lanzará inicialmente en Países Bajos con un importe mínimo de 25.000 euros y posteriormente replicará en otros mercados, incluido España. Estos fondos alternativos permitirán a los inversores acceder a mercados privados con menor capital que el tradicionalmente requerido, abriendo oportunidades previamente inaccesibles para este segmento de clientes.
Además, ING prepara carteras de gestión discrecional que incorporarán inversiones en mercados privados, ofreciendo así una diversificación más allá de los activos tradicionales. Esta capacidad de acceder a oportunidades de inversión alternativas representa un valor añadido significativo para clientes con patrimonios medios-altos que buscan optimizar sus rendimientos y proteger su capital en entornos de volatilidad. La inclusión de activos privados en carteras de tamaño moderado constituye una innovación que podría alterar las expectativas del mercado.
Otro elemento clave de la estrategia es la creación de una sucursal insignia en España destinada a reuniones con clientes de alto patrimonio. Este espacio físico, que estará operativo en 2026, busca ofrecer un entorno cómodo y exclusivo donde los clientes puedan mantener encuentros personales con sus asesores. Esta decisión resulta paradigmática en una entidad que ha basado su modelo en la banca digital, reconociendo la importancia del contacto humano en el segmento de alta gama. "Es algo que estamos desarrollando para 2026 en España", confirma Treon, subrayando que el objetivo es que los clientes "puedan ir y sentirse cómodos".
La expansión de ING en banca privada en España llega en un momento de intensa competencia en el sector, donde las entidades tradicionales y los nuevos jugadores digitales luchan por captar el ahorro de las familias españolas. La combinación de una propuesta tecnológica avanzada, comisiones competitivas y una oferta de productos sofisticada podría representar una amenaza significativa para los actores establecidos, especialmente aquellos que dependen de redes de oficinas extensas y estructuras costosas.
El éxito de esta iniciativa dependerá de la capacidad de ING para transmitir confianza y demostrar valor añadido en un segmento donde la relación personal y la reputación juegan un papel fundamental. La incorporación de profesionales de alto nivel como Candau, con experiencia en entidades de referencia del sector, sugiere que la entidad está tomando medidas concretas para construir la credibilidad necesaria. La clave estará en equilibrar la eficiencia digital con la calidad del asesoramiento humano.
Con esta apuesta, ING no solo busca aumentar su rentabilidad por cliente, sino también fortalecer su posicionamiento en un mercado maduro como el español, donde la fidelización a través de servicios de mayor valor añadido se presenta como crucial para el crecimiento sostenible. La banca privada se convierte así en el siguiente escalón de la evolución de la entidad en España, tras consolidar su presencia en banca de particulares y negocio hipotecario. La capacidad de ejecutar esta transformación sin perder su esencia digital determinará el impacto real de esta ambiciosa estrategia.