Carballeda de Valdeorras apuesta por infraestructuras y turismo industrial en 2025

La alcaldesa María del Carmen González Quintela destaca las inversiones en carreteras y la puesta en valor de la pizarra como motor económico

Carballeda de Valdeorras representa uno de los retos de gobernanza más complejos de Galicia. Con 21 núcleos de población dispersos, una intensa actividad industrial centrada en la pizarra y una red viaria que soporta diariamente el paso de vehículos pesados, este municipio orrequés exige una gestión municipal tan diversa como exigente. Durante 2025, el equipo de gobierno ha desplegado una estrategia que combina obras de mantenimiento esencial con proyectos de mayor calado destinados a vertebrar el territorio y consolidar su futuro.

La alcaldesa, María del Carmen González Quintela, protagoniza este ambicioso plan con un balance rotundamente positivo. En sus palabras, el año ha sido «intenso», marcado por una constante necesidad de atender tanto las demandas de los vecinos como las exigencias de una industria que representa el pulso económico del concello. «Mientras haya personas viviendo en los pueblos, es nuestra obligación garantizar los accesos», afirma González Quintela, dejando claro que ni siquiera los núcleos menos poblados quedan fuera de las prioridades municipales.

La carretera de Ríodolas como proyecto estrella

Entre las actuaciones más significativas del año, la mejora de la carretera de Ríodolas ocupa un lugar destacado. Esta infraestructura no es una vía más en el mapa: constituye la arteria principal de una zona minera de gran relevancia y soporta un tráfico incesante de camiones y maquinaria pesada. Su deterioro histórico había convertido su reparación en una reivindicación prioritaria para empresarios y vecinos.

El proyecto, que supera los 700.000 euros, contempla una financiación compartida al 50% entre la Xunta de Galicia y el Concello. Aunque la ejecución material se prolongará hasta 2026, para la alcaldesa el mero anuncio y la consecución del acuerdo ya representan un logro significativo de 2025. «Esta actuación va a vertebrar definitivamente la zona industrial», subraya González Quintela, convencida de que la mejora de la movilidad directamente impactará en la competitividad del sector pizarra.

La red viaria de Carballeda de Valdeorras, extensa y compleja por naturaleza, requiere una atención constante. La dispersión poblacional y el uso industrial intensivo convierten cada kilómetro de asfalto en una inversión estratégica. La primera edil ya trabaja en identificar nuevas infraestructuras prioritarias para 2026, con la esperanza de anunciar «proyectos similares o incluso de mayor envergadura» que continúen cohesionando el territorio.

Turismo industrial: la pizarra como atractivo

Más allá de las infraestructuras tradicionales, Carballeda de Valdeorras ha puesto en marcha una apuesta decidida por el turismo industrial, un nicho que explota el potencial de su principal recurso natural desde una perspectiva innovadora. Este no es un objetivo que se construya de la noche a la mañana, sino que demanda «un trabajo constante de fondo», tal como advierte la alcaldesa.

Durante 2025, el municipio ha recibido el respaldo de las máximas instituciones gallegas. Las visitas del presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, del director de Turismo de Galicia, Xosé Merelles, y del presidente de la Deputación de Ourense, Luis Menor, han puesto de manifiesto el interés autonómico y provincial por esta iniciativa. Estos desplazamientos no son meros gestos protocolarios, sino el reconocimiento a una estrategia que busca diversificar la economía local sin abandonar su identidad industrial.

González Quintela insiste en la complejidad de estos proyectos: «Antes de que el visitante pueda disfrutar del producto, hay un inmenso trabajo técnico y administrativo». La burocracia, los estudios de viabilidad y la coordinación entre administraciones son fases invisibles pero imprescindibles para materializar cualquier actuación.

De la N-536 a la iluminación de paredes naturales

Los resultados de esta apuesta ya empiezan a ser visibles para el ciudadano. Un ejemplo emblemático es la restauración en pizarra de los antiguos pretiles de la N-536, una carretera histórica construida en 1864 que atraviesa el municipio. Esta intervención no solo mejora la seguridad vial, sino que integra el material autóctono en el paisaje, creando un diálogo entre funcionalidad y estética.

Otras actuaciones de menor escala, pero igual de simbólicas, incluyen la iluminación de paredes naturales y la instalación de paneles explicativos sobre técnicas extractivas. Son «pequeños gestos», reconoce la alcaldesa, que forman parte de una visión global: poner en valor el patrimonio geológico e industrial del municipio para atraer a un turismo especializado y de calidad.

Primer Concello Minero de Galicia

El reconocimiento institucional alcanzó su punto álgido con la visita de la conselleira de Economía e Industria, María Jesús Lorenzana, quien oficializó la designación de Carballeda de Valdeorras como primer concello minero de Galicia. Esta distinción no es meramente honorífica, sino que abre la puerta a líneas de financiación específicas, proyectos de investigación y una mayor proyección nacional e internacional del sector.

Para la alcaldesa, este título representa la culminación de años de trabajo y la oportunidad de «seguir construyendo sobre lo que somos: un municipio minero con futuro». La pizarra ya no es solo materia prima para la exportación, sino el eje de una narrativa turística y cultural única en la región.

Balance y perspectivas

El 2025 se cierra para Carballeda de Valdeorras con un balance de obras tangibles y proyectos estratégicos. La dualidad entre atender las necesidades inmediatas de los 21 núcleos de población y planificar un desarrollo sostenible a largo plazo ha marcado la agenda municipal. La inversión en carreteras garantiza la conectividad y la competitividad industrial, mientras que el turismo abre una vía de diversificación económica respetuosa con la identidad local.

María del Carmen González Quintela deja claro que esta no es una hoja de ruta aislada, sino la base para «seguir creciendo de forma ordenada y con sentido». Los próximos años dependerán de la capacidad de mantener el ritmo de las inversiones y de seguir contando con el respaldo institucional ya conseguido. Con la pizarra como bandera y las infraestructuras como cimiento, Carballeda de Valdeorras dibuja un modelo de desarrollo que busca equilibrar tradición y modernidad, industria y turismo, presente y futuro.

Referencias

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