Baskonia cae en Valencia por su irregularidad defensiva

El equipo vitoriano cometió 22 pérdidas y un 7/26 en triples en su tercer partido en cinco días, mientras que el Valencia demostró mejor gestión del cansancio

El Valencia Basket se impuso este martes al Baskonia en un encuentro correspondiente a la jornada 18 de la Euroliga que dejó patente las diferencias en la gestión del cansancio entre ambos conjuntos. El equipo taronja, que disputaba su tercer partido en seis días, demostró una capacidad superior para sobreponerse al desgaste físico y mental, mientras que los vitorianos, en su tercer compromiso en cinco jornadas, sucumbieron a su propia irregularidad.

La clave del duelo en el Roig Arena estuvo en la tremenda facilidad con la que el Valencia anotó durante los primeros compases. Los locales registraron 50 puntos y 10 triples en los primeros 15 minutos, un ritmo ofensivo demoledor que resultó insalvable para un Baskonia que volvió a mostrar su cara más vulnerable. La noticia positiva para los visitantes llegó antes del inicio del choque con el anuncio de la renovación de Kobi Simmons hasta final de temporada.

El conjunto de Pedro Martínez supo leer como nadie las circunstancias del partido. El ex baskonista Matt Costello fue el gran protagonista del encuentro, demostrando un conocimiento profundo de su ex equipo y una capacidad excepcional para ejecutar en los momentos decisivos. Por parte del Baskonia, los números fueron demoledores: 22 pérdidas de balón y un escandaloso 7 de 26 en tiros de tres puntos.

El inicio del encuentro reflejó la fatiga acumulada por ambos equipos. Durante más de tres minutos, las imprecisiones se sucedieron sin que ninguno lograra imponer su ritmo. Sin embargo, el calor de la grada del Roig Arena actuó como catalizador para el Valencia, que primero afinó la puntería desde el perímetro y después comenzó a abrir brecha en el marcador de forma progresiva.

Omari Moore se convirtió en la principal amenaza con sus penetraciones, aunque Timothe Luwawu-Cabarrot intentó compensar con acciones en el poste bajo. La defensa de Kameron Taylor sobre el francés logró cerrar esa vía, y fue entonces cuando Costello tomó las riendas. El ala-pívot desplegó todo su repertorio, anotando en prácticamente cada posesión y rompiendo el equilibrio inicial (27-19, m.10).

El segundo cuarto supuso un auténtico vendaval para el Valencia. El impetuoso Badio tomó el relevo y elevó tanto la intensidad defensiva como el acierto desde la línea de tres. El Baskonia, con pocas ideas y menos energía, apenas pudo seguir el ritmo impuesto por los locales y se vio abrumado por un parcial de 24-10 que parecía sentenciar el encuentro (44-26, m.24).

En el peor momento para los visitantes, Luwawu-Cabarrot rescató a los suyos. El francés anotó consecutivamente y permitió a los suyos llegar al descanso solo 11 puntos abajo (58-47), después de haber estado 21 puntos por debajo (50-29). Esta reacción evitó que el partido se convirtiera en un baño para el Baskonia.

La segunda mitad siguió el guion de la primera. El Valencia volvió a abrir una brecha de 22 puntos (74-52) que parecía definitiva. Pero el Baskonia demostró su capacidad para reaccionar una vez más. Una nueva embestida, liderada por un hasta entonces desaparecido Markus Howard, permitió recortar la diferencia hasta solo 6 puntos (80-74) al final del tercer cuarto.

No obstante, la falta de acierto desde el perímetro y las constantes pérdidas impidieron que los vitorianos completaran la remontada. El Valencia gestionó perfectamente los últimos minutos, aprovechando el cansancio evidente del rival y manteniendo la ventaja hasta el final del encuentro sin mayores problemas.

El resultado deja al Valencia Basket en una posición privilegiada en la parte alta de la clasificación, consolidándose como uno de los equipos más sólidos de toda la competición. Por el contrario, el Baskonia continúa estancado en la zona baja, sin lograr escapar de la irregularidad que le ha caracterizado.

El factor físico resultó determinante en el desenlace final. Mientras el Valencia demostró tener más piernas para aguantar el tipo, el Baskonia evidenció las consecuencias del calendario apretado. La gestión del banquillo fue mucho más eficaz en el equipo taronja, que supo dosificar esfuerzos sin perder efectividad en ningún momento.

La victoria permite al Valencia consolidar su posición entre los ocho primeros, crucial para asegurar el pasaporte a los playoffs. Para el Baskonia, la derrota supone un nuevo revés en una temporada complicada. La irregularidad continúa siendo su peor enemiga, y la falta de continuidad dificulta cualquier intento de escapar de las posiciones de abajo de la tabla.

El duelo individual entre Costello y su ex equipo resultó ser una de las historias paralelas más interesantes. El ala-pívot demostró un conocimiento táctico que aprovechó al máximo. Su capacidad para leer las ayudas defensivas y encontrar los espacios libres resultó demoledora para la defensa vitoriana.

Por parte del Baskonia, la ausencia de un líder claro en los momentos de crisis volvió a ser evidente. A pesar de los intentos de Luwawu-Cabarrot y los destellos de Howard, el equipo careció de la contundencia necesaria. Las 22 pérdidas reflejan una falta de concentración preocupante a estas alturas de la competición.

El porcentaje desde el perímetro (7/26) resulta igualmente alarmante. En un deporte donde el tiro de tres puntos es determinante, el Baskonia no puede permitirse tales desaciertos. La falta de confianza y la precipitación en el lanzamiento fueron constantes durante todo el encuentro.

La defensa, presuntamente el pilar del equipo vitoriano, volvió a mostrar fisuras importantes. Recibir 50 puntos en un cuarto y medio evidencia una tibieza defensiva inaceptable. Los cambios tardíos y la falta de comunicación permitieron al Valencia encontrar tiros cómodos una y otra vez.

El ambiente en el Roig Arena también influyó en el desarrollo del encuentro. La afición taronja empujó a su equipo en los momentos de máxima dificultad. El Baskonia, acostumbrado a su fortaleza en el Buesa Arena, echó de menos ese apoyo en los momentos de crisis.

A nivel individual, Badio demostró madurez en la dirección, mientras que Moore aportó energía. La profundidad del banquillo taronja resultó decisiva. En el Baskonia, Luwawu-Cabarrot fue el único que mantuvo el tipo, asumiendo responsabilidades en los momentos de presión.

Howard volvió a mostrar su versión más irregular. Desaparecido durante gran parte del encuentro, apareció en el tercer cuarto para liderar la remontada, pero sus errores en los momentos decisivos impidieron la remontada completa.

El partido reflejó las diferencias en la construcción de los planteles. El Valencia ha conseguido crear un grupo equilibrado, mientras que el Baskonia parece depender demasiado de las individualidades. La victoria taronja también tiene lecturas psicológicas importantes, demostrando fortaleza mental para sobreponerse al cansancio.

El análisis de los datos confirma la superioridad del Valencia en los aspectos clave. La efectividad en tiros abiertos, el control del rebote defensivo y la limitación de pérdidas fueron determinantes. El Baskonia no pudo compensar sus carencias defensivas con su talento individual.

El futuro inmediato presenta desafíos diferentes. El Valencia debe mantener este nivel en un calendario que no da tregua, mientras que el Baskonia necesita encontrar urgentemente soluciones a su inconsistencia. La lección es clara: en la Euroliga, la regularidad defensiva y la gestión inteligente del desgaste son fundamentales. El Valencia demostró tener ambas cualidades; el Baskonia, ninguna de forma consistente.

Referencias

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